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Tuesday, January 01, 2008

CUBA 2008: ENTRE ESPERANZAS E INCERTIDUMBRES

CUBA 2008: ENTRE ESPERANZAS E INCERTIDUMBRES
2007-12-29.
Oscar Espinosa Chepe, Economista y Periodista Independiente

La Habana, 28 de Diciembre de 2007.- El comienzo del nuevo año abre
grandes esperanzas de progreso para el pueblo cubano a través de un
proceso de cambios, propiciador del mejoramiento de sus condiciones de vida.

Esto se basa en lo expresado por el General Raúl Castro el pasado 26 de
julio, cuando reconoció la gravedad de la situación económico-social
imperante, con salarios insuficientes y una agricultura en estado
calamitoso; refiriéndose, además, al posible inicio de cambios
estructurales y de conceptos en la economía cubana.

Ese discurso se debatió posteriormente en las organizaciones de base del
Partido Comunista y otras organizaciones, donde según ha sido informado
se hicieron más de un millón de planteamientos de cambios y críticas.

Paralelamente, en los últimos meses, muchos intelectuales, incluidos
algunos con fuertes vínculos oficiales, han reconocido la necesidad de
ejecutar los cambios, llegándose a subrayar el indisoluble nexo
existente entre los conceptos de socialismo y democracia, a la vez de
señalar la necesidad de promover una cultura del debate en un marco
responsable y civilizado, donde todos los ciudadanos tengan la
oportunidad de formular sus ideas sin cortapisas.

A ello se refirió también Raúl Castro durante su visita a Santiago de
Cuba, a mediados de diciembre, pero recalcando que las opiniones deben
ser expresadas de forma adecuada en el lugar y momento oportuno, lo cual
muestra la intención de que no se salgan de los cauces fijados.

Desde los puntos de vista económico, social, demográfico y de valores
humanos, la acumulación de problemas ha llegado a un nivel insostenible
en la sociedad cubana. Si no ha estallado ha sido por la aparición de un
nuevo patronato, esta vez procedente de Venezuela que con sus
petrodólares la ha apuntalado; situación que en modo alguno es segura
por sustentarse en una coyuntura de altos precios del petróleo, una
materia prima básica, y de un hecho político acontecido por la ascensión
al poder del Teniente Coronel Hugo Chávez. Factores, ambos, no
totalmente fiables como lo apunta la experiencia del referendo efectuado
a principios de diciembre en ese país.

Por otra parte, en Cuba con el mito máximo de la revolución seriamente
enfermo y una población agotada de escuchar falsas promesas y de un
socialismo inexistente, el consenso político se ha resquebrajado, lo
cual se aprecia en cualquier esquina por los comentarios de desaliento y
ausencia de fe en el futuro de un sistema disfuncional.

Evidentemente, los cambios son imprescindibles para liberar las
reprimidas potencialidades económicas del país, a fin de permitir la
elevación del nivel de vida de la población y terminar la prolongada
crisis polifacética imperante desde hace muchos años.

Por todo ello, las manifestaciones del General Raúl Castro y de
intelectuales vinculados al Gobierno, así como artículos publicados en
la prensa oficial cubana con opiniones sobre la necesidad de resolver
ingentes problemas, han estimulado esperanzas entre la población de que
en el 2008 se inicien cambios graduales en la economía y la sociedad
cubana en general, que enrumben el país hacia el progreso y lo saquen
del actual marasmo.

No obstante el cauteloso optimismo sobre futuras transformaciones,
también existen signos contradictorios que podrían indicar la
resistencia de algunos elementos dentro del Gobierno y el Partido
Comunista a los cambios para preservar el poder absoluto mantenido por
decenios. La forma como se han preparado las elecciones del Poder
Popular es idéntica a la utilizada en los anteriores procesos,
caracterizados por mecanismos absolutamente antidemocráticos, donde no
hay verdadera selección sino la imposición de candidatos.

Al mismo tiempo, los prisioneros de conciencia y políticos pacíficos
continúan en las cárceles en condiciones inhumanas, a pesar de que los
planteamientos de Raúl Castro son similares a los formulados por ellos
durante muchos años. En adición, los medios continúan sus campañas de
calumnias contra los defensores de los derechos humanos y la democracia
en Cuba. Los inmensos aparatos represivos siguen persiguiendo a los
disidentes pacíficos, y listos para acometer una nueva asonada de alto
vuelo. Todo ello contradice los anunciados debates e intercambios libres
de ideas anunciados.

Debe subrayarse que la dirección provisional del gobierno con sus
anuncios de posibles cambios ha creado una gran expectativa en la
sociedad, que espera medidas liberadoras de la asfixia existente, pero
si este proceso no se materializa en hechos concretos y efectivos
devendría en un nuevo engaño.

La frustración resultante sería inmensa y con consecuencias
impredecibles, teniendo en cuenta que el clima político se ha
transformado radicalmente. Si las fuerzas inmovilistas y conservadoras
logran nuevamente paralizar el proceso de cambio, la respuesta popular
puede ser insospechada y conducir a la desestabilización del país. Un
escenario indeseado por todo aquel que se sienta responsable por su destino.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13366

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