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Thursday, September 20, 2007

Un perro tras su cola

Economía
Un perro tras su cola

Los meollos del mercado negro son una anécdota de poca monta comparada
con los delitos de cuello blanco de la pretransición.

Federico Fornés, La Habana

miércoles 19 de septiembre de 2007 6:00:00

No hizo la ley, pero sí conoce la trampa. Si un inspector llega a su
puerta, Fermín B. ya no estará en problemas. Mostrará sus vales y todo
en regla.

Como casi todos los del gremio, compra en las tiendas de divisas o
shopping los comprobantes de los insumos empleados para hacer sus
pizzas. Pero sólo los comprobantes, porque las materias primas las
adquiere en el vasto mercado negro a menor precio.

"Esto vale diez pesos", dice Fermín, mostrando el ticket de cinco
paquetes de un kilogramo de harina de trigo.

La misma cantidad obtenida por la izquierda en una panadería es algo
menor que si la consigue en el mercado de los pesos convertibles. De
todas formas, la mayoría de los vendedores de pizzas compran de
contrabando los sacos de harina de cien libras por 250 pesos, para los
cuales no habría cuartada alguna.

En la trastienda de su casa, en el populoso barrio del Cerro, Fermín
cuece varias pizzas en un horno de gas ideado con más imaginación que
piezas de desechos. Una alta yagruma echa sombra a un chihuahua jadeante.

"Espero que nunca me traben, perdería mi negocito", dice.

Una burocracia dispuesta al pecado

La práctica de Fermín tiene poco de excepción y sí mucho de regla. Los
vendedores registrados de café o dulces también mantienen contactos con
las cajeras de las tiendas para las ventas de comprobantes.

Una de ellas confiesa que hace de "chiva loca" para no entregar los
vales a los clientes cuando pagan en la caja. En caso de que sean
solicitados, "no me queda más remedio", pero la mayoría "no lo pide",
dice con alivio.

Aceite, tomate, café, queso, harina y azúcar son los productos más
demandados por los compradores de vales.

Autorizados desde 1994, los cuentapropistas no disponen de almacenes
para comprar sus insumos, por tanto se les exige que documenten sus
existencias contra los mercados en divisas.

Es una manera más de captar dinero, exprimir a la miniempresa privada y
de paso contener los robos en almacenes. Pero esto es sólo en teoría.
Las medidas de control son tan vulnerables, que hacen parecer ridículas
las ordenanzas.

La corrupción en la Isla se aviva de los propios esquemas para
combatirla. Es un perro tras su cola.

"¿Quieres un ejército disciplinado de corruptos? Pues sólo tienes que
nombrar un cuerpo de inspectores", dice un jurista retirado que durante
años trabajó con inventarios empresariales y problemas de este tipo.

Es una rápida conclusión que puede resultar exagerada. Pero muchos
darían la razón al experto.

La tupida maleza de requerimientos y prohibiciones no hace otra cosa que
montar una burocracia dispuesta al pecado, con tal de sacar algunos
pesos. "La calle está muy dura y muchos valores se han perdido",
argumenta el ex jurista.

Conflictiva y decadente

La bestia negra de la corrupción es identificada como el peor enemigo
interno. El propio gobierno debió sentirse muy amenazado cuando dio luz
verde a una insólita investigación que incluso publicó en los medios.

En abril pasado, economistas y otros profesionales de la Isla
discutieron por primera vez desde la revolución de 1959 distintas
alternativas para combatir la "ineficiencia, el robo y la mala calidad"
de los servicios de la economía.

"Encontrar nuevos métodos que posibiliten incrementar la eficiencia
económica y cortarle el paso a la corrupción, son objetivos principales
que pretenden alcanzar un nutrido grupo de profesionales", pudo leerse
en Juventud Rebelde, diario de la Unión de Jóvenes Comunistas, que ha
estado publicando reportajes y artículos sobre diversos problemas
sociales que destapan una Cuba conflictiva y decadente.

"La propiedad socialista en Cuba tiene amenazas externas e internas.
Para combatirlas con éxito es necesario que la ciencia busque las causas
de los problemas", dijo el economista Ernesto Molina, del Instituto
Superior de Relaciones Internacionales.

Molina es uno de los integrantes de una Comisión sobre las Relaciones de
la Propiedad Socialista, cuya creación fue anunciada en octubre de 2006
por Juventud Rebelde.

Sin embargo, la mesura domina el estudio, que por demás es sólo eso: un
estudio de las amenazas que estaría lejos de proponer un cambio radical
de las relaciones de propiedad imperantes.

"Los primeros resultados del amplio y complejo estudio sobre la
propiedad en Cuba se conocerán dentro de tres años", precisó el periódico.

Delitos de cuello blanco

La compra de pagarés de ciertos insumos es, sin embargo, un anécdota de
poca monta comparada con los delitos de cuello blanco que exhibe la Cuba
de la pretransición.

En noviembre pasado, once personas, entre ellas varios directivos del
holding Corporación CIMEX, fueron condenadas a penas de entre 4 y 20
años por fraude y corrupción en un caso relacionado con la firma
española Provimar S.A, que opera en la Isla.

Los condenados, entre ellos un ex vicepresidente comercial de CIMEX, un
ex jefe de ventas del grupo y un funcionario del Ministerio de Comercio
Exterior, fueron acusados de cohecho, malversación, falsificación de
documentos, proxenetismo, trata de personas, hurto y contrabando.

El caso resultó publicado en el semanario oficialista Bohemia, que se
abstuvo de identificar a los acusados.

Sin que aún lleguen a la prensa —tal vez nunca suceda—, permanecen
agazapados los escándalos de la compañía telefónica ETECSA, que al
parecer entró en tratativas no autorizadas con empresas israelíes, y
decenas de millones de dólares que desaparecieron en los laberintos de
un programa destinado a modernizar los servicios postales.

Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2006, de la organización
Transparencia Internacional, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Israel,
Jordania, Laos, Seychelles, Trinidad y Tobago y Túnez son países donde
se detectó un agravamiento del indicador.

"¿Cuántas formas de robo hay en este país?", se preguntaba Fidel Castro
en un discurso en noviembre de 2005.

Ante un auditorio universitario, Castro prometió combatir sin cuartel la
corrupción y anunció que el gobierno podría lanzar a las calles hasta
56.000 trabajadores sociales que hagan las veces de fiscalizadores en el
poroso aparato productivo y burocrático.

"Y les pido a todos, sin excepción, que reflexionen", solicitó entonces
el gobernante y a seguidas preguntó: "¿Puede ser o no irreversible un
proceso revolucionario?, ¿cuáles serían las ideas o el grado de
conciencia que harían imposible la reversión de un proceso revolucionario?".

Las respuestas no han llegado todavía. ¿Flotarán en el viento? Llamemos
a Bob Dylan. Podría echar una mano.

Dirección URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/un-perro-tras-su-cola

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