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Tuesday, June 05, 2007

Los cubanos somos menos

Los cubanos somos menos
Oscar Espinosa Chepe
5 de junio de 2007

La Habana – bitacoracubana - La población cubana decreció en 4 330
habitantes aproximadamente en el 2007, con respecto al año anterior.
Esta información brindada preliminarmente a los diputados participantes
en la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre,
fue ratificada por el Director del Centro de Estudios de Población y
Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), según reflejó
el diario Granma el 16 de Mayo.

La regresión poblacional desde hacía tiempo se evidenciaba en la caída
paulatina de las tasas de crecimiento. La reducción absoluta antes
únicamente había ocurrido a finales del siglo XIX por la Guerra de
Independencia y el genocidio ocasionado por la Reconcentración dictada
por Weiler, capitán general español, causante de la muerte de 170 000
cubanos, según estimados de la época, y en 1980 debido al éxodo del
Mariel, cuando salieron abruptamente hacia el exterior 125 000 personas.

Entre los factores actuantes ahora están la caída en barrena de la tasa
de natalidad, en alrededor de un 70,0%, pues sí en los años 1960 se
llegó a 35 nacimientos por 1000 habitantes, en el 2006 sólo fue del 9,9.
Así la relación entre la tasa de natalidad y la de mortalidad que en
aquellos años llegó a ser de más de 5 nacimientos por 1 fallecimiento,
en la actualidad la primera supera a la segunda en sólo un 39,0%.

Esto ha llevado a una reducción de la tasa global de fecundidad (total
de hijos por mujer) a 1,54 y la tasa bruta de reproducción (hijas por
mujer) a 0,75 en el 2005; indicadores insuficientes para garantizar el
incremento poblacional.

A los problemas relacionados con la natalidad se agrega el éxodo
permanente de los cubanos hacia el exterior, cuyo saldo migratorio
externo negativo fue de 190 802 personas en el período 2000-2005, según
estadísticas oficiales, en especial personas en edad laboral.

Paralelamente al decrecimiento poblacional, se añade un paulatino
envejecimiento de la población, reflejado en el incremento de la
población de 60 años o más. Al cierre del 2005 este sector representaba
16,2% del total de los cubanos residentes en el país, y se espera que
para el 2015 ronde el 20,0%, según proyecciones de ONE.

La esperanza de vida al nacer, relativamente alta en Cuba desde antes de
1959, aunque ahora inferior en la región a los índices de Costa Rica
(78,5 años) y Chile (78,3 años), se mantiene alta con 77 años de acuerdo
con datos de 2005 por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

La caída de la población y su envejecimiento, en un país empobrecido y
sumido en una profunda crisis, tiene consecuencias desastrosas para el
futuro de Cuba. A pesar de que las pensiones son insuficientes para
vivir -más del 50% de los pensionados reciben una asignación promedio
mensual de 164 pesos, equivalentes a 8.20$ US-, el fondo destinado a
éstas ya se financia en un 40,0% por fuentes del presupuesto diferentes
a la contribución de los trabajadores activos para estos fines,
situación que continuará agravándose.

Al mismo tiempo, el envejecimiento demanda el aumento de las
asignaciones para los crecientes gastos de salud y cuidado de los
ancianos, sin existir los recursos y el financiamiento
para ello, lo cual ya está creando problemas sociales muy serios, y una
relación muy desfavorable entre la población mayor de 60 años y la
comprendida en edad laboral. Este problema es extremadamente peliagudo
por las bajas tasas de productividad existentes, en un país bloqueado
por un sistema económico y social infuncional.

Lamentablemente, parece que no existe conciencia entre las autoridades
sobre esta bomba demográfica, si se tiene en cuenta que en la nota
informativa de Granma, se cita como motivo del decrecimiento un supuesto
cambio favorable registrado en la condición económica de mujer cubana
dentro de la sociedad. Esta apreciación ofende la inteligencia de los
cubanos y la sensibilidad de las mujeres, que precisamente son las más
golpeadas por la difícil situación presente desde hace años sin que se
vislumbre su término. Ellas son las más perjudicadas por los bajos
salarios insuficientes para una vida digna; la difícil obtención de
alimentos, vestido y calzado; la extrema carencia de vivienda; la falta
de transporte; y una interminable lista de problemas existenciales que
hacen que las familias rechacen reproducirse.

En este escenario, no resulta una sorpresa que Cuba posea actualmente el
triste expediente de estar entre los países de más altas tasas a nivel
mundial de divorcialidad, abortos, alcoholismo, suicidios y otros males,
claro reflejo del clima de frustración imperante desde hace mucho tiempo
en la sociedad cubana.

El problema demográfico es grave. Será de imposible solución en el marco
del sistema que lo ha generado. Es indispensable un debate sobre esta
crisis que, de no resolverse puede tener consecuencias desastrosas. Se
debe devolver las esperanzas a la familia cubana y esto únicamente podrá
lograrse mediante la transformación de un sistema que ha llevado el país
al caos.

Oscar Espinosa Chepe, Economista y Periodista Independiente

http://www.bitacoracubana.com/desdecuba/portada2.php?id=4888

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