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Saturday, March 26, 2016

Raúl Castro, nueve días antes de nacer Barack Obama

Raúl Castro, nueve días antes de nacer Barack Obama
La retórica antiestadounidense del actual mandatario cubano, cinco
décadas antes de ser 'amigo' de EEUU
sábado, marzo 26, 2016 | Alberto Méndez Castelló

LAS TUNAS, Cuba.- Atisbando en la Casa Blanca para congraciarse con sus
inquilinos, por fin el castrismo consiguió lo buscado: un presidente de
"agenda abierta" para negociar "de igual a igual."

Pronto hará 55 años de la conjunción. Ocurrió lejos de Honolulu, Hawái,
nueve días antes de Barack Obama nacer el viernes 4 de agosto de 1961.
El hecho hoy consumado parecería una idea tonta o perversa, expresada en
Santiago de Cuba el miércoles 26 de julio. Raúl Castro era un comandante
de 30 años de edad y dijo:

"Nuestra revolución, por esencia y carácter, no ataca a ningún país, no
agrede a nadie, estando incluso dispuesta a negociar, y lo ha dicho una
y mil veces, hasta con el gobierno de los Estados Unidos, siempre que
sea con agenda abierta y de igual a igual".

El ahora interlocutor de Barack Obama, en aquel discurso por el octavo
aniversario del asalto al cuartel Moncada, expresó lo que ahora es útil
recordar: "Los imperialistas yanquis se preparan para nuevas aventuras
armadas contra la revolución cubana (…) La agresión militar viene
precedida y acompañada del más bárbaro bloqueo económico.

"Nuestro país dependía del abastecimiento norteamericano en grasas. El
imperialismo, con el objeto de desprenderse de grandes sobrantes de su
producción de puercos, convirtió nuestro país en receptor de manteca que
el pueblo norteamericano no consume por considerarla de inferior
calidad. Eran enviadas a Cuba y conociendo los imperialistas que no
existen en los mercados mundiales cantidades suficientes de ese tipo de
grasa para sustituir el consumo de Cuba, han pasado al embargo de la
manteca".

"¡Cuba no cambiará su revolución socialista por manteca yanqui!"

"Fidel expuso el plan de trabajo de la revolución para en 18 meses
resolver el abastecimiento de grasa de nuestro pueblo con la producción
nacional".

"Con la nacionalización de las grandes empresas la revolución entra
definitivamente en la etapa socialista".

"Los exiliados contrarrevolucionarios rusos tuvieron que meterse a
cocheros en París. Los de aquí hoy han tenido que ir a Miami a fregar
platos y se morirán de viejos con una ilusión que nunca lograrán alcanzar".

"Y hablando de vuelos interplanetarios, debemos felicitar a los
nubenautas. Gagarin es un cosmonauta que sube al cosmos. Los de los
yanquis son nubenautas, llegan hasta las nubes nada más".

"Pero hay que felicitar a Sheppard y Grissom, los nubenautas
norteamericanos, para encaramarse en un cohete yanqui sí se necesita
valor de verdad".

"Detrás de Gagarin estaban un ejército de científicos, un gobierno, un
partido y un pueblo que ya ha eliminado la explotación del hombre por el
hombre".

"Detrás de los nubenautas norteamericanos están los monopolios en
competencia (…) las aspiraciones guerreristas de los generales
trasnochados del Pentágono; un pueblo con una mentalidad prefabricada a
base de una prensa cuidadosamente alimentada y mantenida por los
monopolios y un régimen social donde el hombre es lobo del hombre y no
hermano del hombre como ya está en la Unión Soviética y también en
nuestra patria".

"En cuanto a la reacción de aquí, que no subsistiría a no ser por el
apoyo de la Agencia Central de Espionaje yanqui, a los traidores de
aquí, a través de los Comités de Defensa de la Revolución, no puede el
pueblo quitarle el ojo de encima ni la mano del cuello, y esa mano del
cuello la aflojaremos o la apretaremos hasta el infinito de acuerdo a
los ataques que se nos hagan".

"Es decir, que seremos flexibles y seremos severos. La guerra es a
muerte, y lo sabemos. Si aquí ha de suceder lo que sucedió en París en
1871, que pase al revés, y que los muertos los pongan ellos", decía Raúl
Castro en aquel discurso de hace 55 años.

Más que interesarse por cuánta manteca o carne de puerco venderá a Cuba,
Obama debía preguntar a Raúl Castro a qué ese interés el suyo de
comerciar con un pueblo con una mentalidad prefabricada en cuyo régimen
social el hombre es lobo del hombre.

Pero sobre todas las interrogantes posibles, Obama debía esclarecer si
todavía Raúl Castro considera "nubenautas," esto es, meros conejillos
del laboratorio que es Estados Unidos a personas como Rick Husband,
William McCool, Kalpana Chawla, Laurel Clark, Michael Anderson, Ilan
Ramon y Dave Brown, la tripulación del siniestrado transbordador
espacial Columbia, de quienes Darla Racz, supervisora de entrenamiento
de astronautas en el Centro Espacial Johnson dijo: "Se amaban unos a
otros como si fueran una familia".

Más que por las respuestas de un discurso que aunque pronunciadas nueve
días antes de él nacer aún perdura, Barack Obama pasará a la Historia o
quedará como uno más en ella por la actitud adoptada ante aquel
discursante, ahora su interlocutor.

Porque si con el restablecimiento de las relaciones Cuba-USA el
Presidente Obama cree legar a la posteridad un suceso histórico, quizás
deba conformarse con un hecho menos enaltecedor: ser el Presidente de
Estados Unidos a quien dos cazadores contumaces metieron en su morral
luego de más de 50 años de acecho. El tiempo tiene la última palabra,
pero ya el tiempo está en cuenta regresiva.

Source: Raúl Castro, nueve días antes de nacer Barack Obama | Cubanet -
https://www.cubanet.org/mas-noticias/raul-castro-nueve-dias-antes-de-nacer-barack-obama/

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