Con las manos atadas
JUEVES, 24 DE JULIO DE 2014 11:58 ESCRITO POR YOEL ESPINOSA MEDRANO
Cuba actualidad, Santa Clara (PD) "La cosa está que arde" es la frase
que corre de boca en boca entre los habitantes de la central provincia
de Villa Clara. No es porque haya fuego en este territorio, sino por la
corrida que lleva a cabo el gobierno por erradicar las llamadas
ilegalidades, que al final no son tan ilícitas como se pretende.
La mayoría de los cubanos no tiene bien claro lo que realmente es legal.
Lo que la gente concientiza a las mil maravillas es que se vive con una
doble moral y que la subsistencia diaria constituye una ilegalidad, al
menos para las autoridades.
Para nadie es un secreto que el salario de los trabajadores estatales en
Cuba -con marcado énfasis en los cubanos de a pie- los mantiene en una
gran pobreza. Los que llevan la peor parte son los jubilados. La escasez
de alimentos y sus astronómicos precios resultan un quebradero de cabeza
para las familias.
En aras de suplir las necesidades básicas las personas atentan hasta
contra sus propios valores. La fiebre por erradicar las ilegalidades ha
convertido a Cuba en una jungla donde el gobierno es el depredador y el
pueblo la víctima.
Los operativos conjuntos entre los cuerpos de inspección, fiscalizadores
y policías están a la orden del día en Villa Clara. A diario se reportan
registros de viviendas en diferentes barriadas. Los materiales de
construcción constituyen un botín exquisito para los depredadores.
El sector de trabajadores por cuenta propia es uno de los más
reprimidos. No olvidemos que a inicios de año se pusieron en práctica
resoluciones que afectaron directamente al sector laboral no estatal.
Estas regulaciones fueron el comienzo de la odisea que hoy enfrentan.
Basta con visitar las áreas comunes conocidas como Los Framboyanes,
Hospital Nuevo o Mercado Buen Viaje, en Santa Clara, para ver que más
del 50% de los que laboraban a finales del año pasado se fueron a
bolina, mejor dicho los fueron. La presión constante de inspectores y
policías es la causa fundamental del cierre de los negocios.
Nada vale protestar ni exigir a instancias gubernamentales. Las propias
autoridades son juez y parte a la hora de impartir justicia. Las
sanciones son severas. Las multas oscilan entre 700 y 2500 pesos, además
de los decomisos.
A este sector laboral el Estado le prohíbe conformar gremios; sólo se
les permite asociarse a sindicatos de centros de trabajadores estatales
donde los activistas apenas defienden los intereses de la masa trabajadora.
Lo cierto es que en aras de eliminar las ilegalidades el gobierno y sus
mecanismos protagonizan una guerra sin cuartel contra la población, en
especial los trabajadores por cuenta propia, que cada día se sienten con
las manos atadas para llevar adelante sus negocios.
Para Cuba actualidad: yoelito001973@gmail.com
Source: Con las manos atadas | Cuba noticias actualidad.Periodismo
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