Tiemblan los Castro
Bertrand de la Grange
Madrid 02-07-2011 - 5:48 pm.
El despliegue montado en La Habana para atender a Chávez delata la
preocupación de los dirigentes cubanos.
Tiemblan los hermanos Castro desde que los médicos cubanos le han
detectado un cáncer al amigo Hugo Chávez. La muerte o la incapacitación
política del caudillo venezolano sería una catástrofe para el régimen de
la Isla, que ha sobrevivido a duras penas en los últimos doce años
gracias a la gigantesca ayuda económica y financiera de Caracas. El
despliegue montado en La Habana para atender a Chávez delata la
preocupación de los dirigentes cubanos: han tomado las riendas del
asunto y han relegado al Gobierno venezolano al rango de simple espectador.
Los Castro tienen una gran experiencia en ese tipo de situación. Los
graves problemas de salud padecidos por Fidel a partir de 2006 les han
enseñado cómo administrar los datos médicos en función de los tiempos
políticos. La enfermedad del Líder Máximo fue declarada "secreto de
Estado" y lo sigue siendo en parte, a pesar de las numerosos detalles
revelados varios meses después de las primeras operaciones intestinales,
que casi le cuestan la vida. Con Chávez, La Habana intentó hacer lo
mismo. Propició la filmación, el pasado martes, de un video donde
aparece el enfermo departiendo con Fidel en un jardín y en la sala de
una casa, ambos ataviados con esa ropa deportiva que se ha convertido en
su uniforme. Se trataba de acallar los rumores sobre la gravedad de sus
dolencias. Tuvo el efecto inverso.
La difusión en la televisión venezolana de ese video de unos 21 minutos
ha tenido, sin embargo, la virtud de exhibir la decrepitud intelectual
—además de física en el caso de Fidel— de dos representantes
emblemáticos de la vieja guardia revolucionaria latinoamericana. Según
la prensa cubana, que ha publicado parte de las conversaciones, pero no
el video, habíamos asistido "a una amena conversación, matizada por el
humor, la reflexión profunda, anécdotas y recuerdos compartidos, que
nuevamente nos dejó el sabor vivo de la historia". Nada de eso. Los "dos
amigos felices", como los calificaron Granma y Juventud Rebelde,
parecían dos ancianitos achispados contando sus antiguas batallitas en
la pulquería de mi barrio, que por cierto se llamaba Las Buenas Amistades.
Sólo los incondicionales dieron crédito a tan burda propaganda. La
abogada estadounidense Eva Golinger, que presume en su blog de haber
recibido un premio de periodismo en México, había denunciado a la prensa
internacional "reaccionaria", como el periódico español El País, por
haber barajado la posibilidad de que Chávez tuviera un cáncer. Al
reconocer públicamente que los médicos cubanos lo habían operado de un
tumor maligno, el propio presidente venezolano ha puesto en evidencia a
la más ferviente de sus admiradoras.
Ahora sabemos que Chávez tiene una enfermedad grave y que el tratamiento
va para largo. Aquí empieza y aquí termina la transparencia. Se mantiene
el secreto sobre el tipo de cáncer, el órgano afectado —algunos expertos
aseguran que es el colon, como ocurrió con Fidel— y la esperanza de
vida. Los venezolanos ignoran si su presidente está capacitado para
seguir gobernando. "Me mantengo al mando", dijo Chávez en su discurso.
No especificó, sin embargo, la fecha de su regreso a Caracas ni si tenía
previsto asistir, en estos días, a las festividades del Bicentenario de
la Independencia, preparadas con mucha antelación y que serían el
pistoletazo para lanzar su candidatura a un cuarto mandato presidencial.
Lo que sí ha quedado claro es que otro gran proyecto bolivariano de
Chávez, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, ha sido
pospuesto. La Cumbre de la CELAC, programada para el 5 de julio, era el
primer paso en la creación de una nueva organización continental sin
Estados Unidos y Canadá. La anulación de esta cita indica que las
prioridades de La Habana y Caracas han cambiado. Sus asesores intentan
pergeñar una solución política para que Chávez pueda gobernar desde Cuba
sin violar descaradamente la Constitución y sin desatar una lucha por el
poder dentro del propio partido oficial en Venezuela. No lo tienen
fácil, pero el presidente cuenta todavía con el apoyo del 50% de la
población, a pesar de la dilapidación de los recursos petroleros, que
sirven en parte para financiar a los países amigos, empezando por Cuba.
¿Y si Chávez no se recupera a tiempo para las elecciones? Algunos
barajan ya varios nombres de sucesores, que podrían aprovechar el tirón
del mandatario. Entre los más citados figura el hermano mayor de Chávez,
Adán, que fue embajador en La Habana y tiene un discurso aún más radical
que el actual presidente. Esta salida a la cubana encantaría a los
hermanos Castro. Para los venezolanos, en cambio, sería un paso más
hacia el abismo.
http://www.diariodecuba.com/internacional/5603-tiemblan-los-castro
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