¿Es tan fácil hacer un blog en Cuba, Silvio?
Francis Sánchez
Ciego de Ávila 26-06-2011 - 12:02 am.
En televisión, personajes que ejercen como privilegios derechos
elementales negados a los espectadores.
Cierto impacto parece que ha conseguido el programa televisivo "Con dos
que se quieran", bajo la dirección y conducción del cantautor Amaury
Pérez. El invitado para cerrar una primera y larga temporada no podía
ser otro que Silvio Rodríguez.
"¡Final, no!", clama Silvio poco antes de aparecer los créditos, y
Amaury aleja sus temores: se trata sólo del "último programa de esta serie".
Pues bien, el "último" ha traído para el público cubano momentos no
menos memorables que el resto de los programas. Cada martes desfilaron
por la pequeña pantalla personas sin duda excepcionales, por sus éxitos,
por su inteligencia, pero también por pertenecer, en su inmensa mayoría,
a un nivel de vida o una clase social muy distinguida dentro de Cuba.
Es el "barrio alto", donde lo más provocativo que lucen estos personajes
no tiene que ver tanto con lo estrafalario —aunque alguno hable, por
ejemplo, sobre una suerte de "cementerio privado" en La Habana Vieja y
el conductor aproveche para intentar reservar en una parcela. No. Parte
de lo más curioso, impactante o provocativo para los televidentes del
programa ha sido ver con qué ligereza estos personajes usan derechos
naturales y aspiraciones comunes, precisamente como gestos cotidianos,
del montón. Derechos convertidos en pequeños gustos —dígase viajar,
radicarse en otro país y volver a la patria, opinar a
contracorriente...—, cuya prohibición hace tan especial al pueblo
cubano, y que a ellos, que disfrutan y ostentan públicamente tales
posibilidades como sin darse cuenta del país en que viven, los hace
doblemente especiales.
Y Silvio Rodríguez, por supuesto, no ha sido menos.
Amaury Pérez le pregunta por qué se ha hecho un blog, si acaso para
polemizar —¿hemos oído bien?, ¿¡polemizar!?— y el otro, ex diputado a la
Asamblea Nacional del Poder Popular, deja a un lado cualquier motivo de
peso para describir una situación tecnológica muy simple.
¿Por qué alguien como Silvio Rodríguez iba a pensar que es difícil en
Cuba hacerse un blog? ¿Acaso porque nadie cuenta con acceso normal a
Internet? ¿Acaso porque ETECSA, la empresa cubana de las
telecomunicaciones, en sus salas de navegación y mediante contrato a
domicilio, solo ofrece este servicio a extranjeros? ¿Acaso porque una
vez que puedes publicar instantáneamente tus pensamientos corres el
peligro de no autocensurarte a tiempo y, cuando vienes a ver, has dicho
algo que "no te conviene", y tienen que acudir en tu ayuda los
especialistas de la Seguridad del Estado? ¿Acaso porque éstos te ayudan
con tanto celo…?
No, qué va, para Silvio fue apenas cuestión de hacer clic. Lo contó así:
"cuando iba a cerrar la página, miré arriba y decía: '¿Quiere hacer un
blog? Pinche aquí', y entonces yo dije: 'Bueno, no puede ser tan fácil'.
Pinché y me abrió una página. 'Ponga su nombre', puse el nombre. 'Pinche
aquí. ¡Ya usted tiene un blog!' No, espérate, no puede ser así. Y fue
así. Entonces hice un primer escrito, que le llaman post en el mundo de
los blogs, y ya…"
Sin duda, un momento memorable. ¿Así que "no puede ser tan fácil", y a
esto se reduce, estimado pueblo —o sea, público— cubano, el proceso para
tener un blog? ¿Pinche aquí, y ya?
Desde este martes último no han faltado amigos que me dicen "cómo me
acordé de ti".
Acerca de las angustias para crear el blog Hombre en las nubes,
actualizarlo y, sobre todo, acerca de las consecuencias de atreverme a
sostenerlo, puede leerse aún en los últimos post que allí publiqué antes
de su cierre. Pero todo no quedó ahí. Se me informó que mi cuenta de
correo electrónico, en la red de Cubarte, dejaba de existir. Y cuando mi
hermano me hizo el favor de enviarme, desde su cuenta personal, en la
misma red, un ensayo a un concurso en México, supimos que mi obra nunca
llegó a su destino, al recibir de rebote —por contradictorio que
parezca— una confirmación: "Mensaje recibido". Y esa "confirmación"
venía desde una tercera cuenta que nunca estuvo entre los destinatarios,
perteneciente a un viceministro cubano de Cultura.
En su programa, Amaury Pérez Vidal se preocupó de que Silvio pudiese
perder atractivo o misterio después de exponerse en un blog. Preguntó a
su invitado: "tú eres tú, tus canciones y tu misterio, ¿revelar el
misterio en público no será perjudicial para el resultado final de tus
canciones?".
Alguien debiera explicarle a Amaury, para su tranquilidad, que aunque
instalar una antena parabólica en su casa —como él mismo ha contado que
ha hecho— pudiera significar un reto mayor que el de hacer un blog, si
algo no le restan a ellos dos estas facilidades tecnológicas ante
nuestros ojos de televidentes es, precisamente, un misterio.
http://www.ddcuba.com/cuba/5477-es-tan-facil-hacer-un-blog-en-cuba-silvio
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