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Wednesday, May 25, 2011

El adobe del futuro

Pedro Pablo Oliva, Pintura, Disidencia

El adobe del futuro

La expulsión del pintor, por parte de las autoridades cubanas, no
resulta sorprendente. Las que sí son sorprendentes son las muchas
opiniones en su contra que circulan en la red

Luis Manuel García Méndez, Madrid | 25/05/2011

Visitar la obra de Pedro Pablo Oliva es una fiesta de la imaginación. Su
sugerente Extraño enigma de la luz. La inquietante Nueva historia para
Caperucita Roja. La Manada de novias que echa a volar sobre las olas
como quien persigue hacia Europa un cuadro de Chagall. Los tenebrosos
Amores de don Pascual Angulo y la evanescente Penélope y su cocuyo. La
Niña paseando un pájaro que conjuga, al mejor modo de Rembrandt (a quien
también rinde homenaje explícito en otra obra), los juegos de la luz y
la sombra, o mejor, de la luz desvaneciéndose en la sombra. Sus
juguetes, besos, amores, personajes condenados a vivir con una piedra en
la cabeza van más allá del mero objeto plástico. Son imágenes que
persisten en la memoria, que invocan sueños y pesadillas con esa
persistencia de que goza la buena poesía.

Ahora Pedro Pablo Oliva acaba de ser expulsado de la Asamblea Provincial
del Poder Popular por manifestar su acuerdo con el pluripartidismo, por
enviar una carta al blog de Yoani donde hace explícito su desacuerdo con
el hecho de que un solo hombre gobierne durante décadas un país, algo
que se conjuga con una de sus series, El gran abuelo, donde un Fidel
Castro senil asiste embelesado en sí mismo a la realidad que ya no le
pertenece, que ya se ha enmaridado con otro, o toca la flauta como de
casualidad.

El que haya sido destituido no es noticia. Era de esperar que un
gobierno intolerante reaccionara de ese modo, reproduciendo en un edicto
el cuadro de Pedro Pablo Oliva Hombre desnudo: una bandera cubana cuelga
de un anzuelo, al extremo de una caña, como recién pescada, mientras un
hombre de perfil, sin brazos, muestra su pene al que han hecho un nudo.

El Estado había pasado por alto el hecho de que fuera un "artista",
había pasado por alto sus lienzos oblicuamente contestatarios, lo que no
le perdonan son sus herejías verbales y escribirle a la bloguera
"mercenaria" por excelencia.

Repito que su excomunión no me sorprende. Las que sí me sorprenden han
sido las muchas opiniones que he leído en la red. Se le tilda de siervo
de la dictadura, de vender su alma al diablo, de despreciar, como
"esclavo que sirve en casa del amo" "a los que sudan al sol". Se le ha
tachado de "intelectual orgánico" genuflexo ante el castrismo, etc. etc.
No sé si quienes así hablan han visitado su obra, ni siquiera sé si les
interesa su obra que no es, obviamente, propiedad de castristas ni de
anticastristas, sino de cualquiera cuya sensibilidad entre en resonancia
con ella. Lo que realmente me preocupa es que se constituyan en una
Anti-Asamblea del Poder Popular, que lo sancionen desde una presunta
superioridad moral que reside en el exilio. Y me preocupa porque el día
de mañana serán patrimonio de Cuba la plástica de P. P. Oliva y la de
Julio Larraz, la literatura de Cintio Vitier y la de Rafael Rojas, las
ideas de los comunistas, de los neocomunistas, de los liberales y de los
neoliberales. Con todos esos materiales disímiles habrá que levantar el
adobe de un nuevo país. A pesar de lo cual, y como demuestran muchas
casas de La Habana Vieja, el adobe puede ser muy perdurable.

http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/el-adobe-del-futuro-263221

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