24-08-2010.
Hugo Araña
Corresponsal de Misceláneas de Cuba
(www.miscelaneasdecuba.net).- Según nos enteramos a través del diario
Granma como en el Juventud Rebelde, de cuanta visita realiza el Primer
Vicepresidente de los Consejos de Estados y Ministros, José Ramón
Machado Ventura, en cualquier lugar de la Isla, lo que más resalta "en
sus orientaciones", es la campaña del ahorro que debe establecerse "como
única vía para salvar el País" (viernes 20 de agosto).
No hay oportunidad que este Ministro tenga siempre presente dicha
orientación. Es una constante de constante. La suelta a diestra y
siniestra como premisa mayor, según él "para avanzar" Tal parece que es
su principal leiv motiv en su existencia ministerial como integrante de
la cúpula gubernamental, donde además, pone según él como ejemplo, los
avances que se palpan en la economía cubana a través del ahorro. Sólo
que desconocemos dónde se encuentra ese avance obtenido, cuando es de
todos conocido que el Régimen (y por supuesto, el pueblo), pasa por un
vía crucis que se ignora cuándo terminará.
El ahorro en sus palabras, debe de permanecer como una premisa hasta en
la misma vida diaria del cubano. Es decir, apretarse más el cinturón,
mucho más. Y es ahí donde inevitablemente caemos de que la vida diaria
del cubano y sus sacrificios, convierten aún más su vida en un gris casi
en sentido general, donde las oportunidades de llevar una existencia
modesta, capaz de incentivar el esfuerzo de todos no se logra, porque en
contraposición, en las altas esferas de los que integran el Régimen, el
llamado ahorro dista mucho de ponerse en función, donde éstas personas
sus modus vivendi no tienen nada que envidiarle a los grandes magnates
de la llamada sociedad capitalista.
El ejemplo, o los ejemplos que nos vienen a la mente cuando escribimos
este Comentario, que podíamos escoger otros, resalta a nuestro criterio,
como viven los hijos de Papá (¿tendremos que sustituir ese vocablo y
hacerlo más entendible?)
Pero estos hijos de los que hablamos, al parecer, viven en otro circuito
más cerrado, más hermético, de cuyas vidas poco se sabe o conoce, como
si fueran seres inmunes a las debilidades humanas que incidirían en sus
existencias.
Pero quién tuvo (y tiene) la posibilidad de acceder a unas copias de los
programas televisivos producidos por la estación televisora Mega TV
miamense en el programa conducido por la famosa María Elvira, así, sin
apellidos que no le hacen falta, nos enteramos a través de fotos y
vídeos en relación con la dolce vita que disfrutan hasta la saciedad
nada menos que sus vástagos Alejandro y Antonio Castro. Este último, el
predilecto de su madre, que no admite crítica alguna sobre la vida que
lleva su amado enfant, y es capaz en un momento dado, de fungir o llegar
a lo indecible.
Las vidas principalmente de estos dos descendientes del Máximo Líder
rebasan lo pensado. Se mueven en círculos bien distantes de toda
información que pudiera obtenerse, y así hacer creer por otra parte, que
son como cualquiera de nuestros conciudadanos. Pero quién tenga acceso a
esos programas, el asombro con su cuota de resentimiento caerá como un
cubo de agua fría, al comprobar que la palabra Ahorrar para ellos no
existe, o la ignoran a conveniencia.
Por favor, que no nos argumente Machado Ventura desconoce como viven
estas personas. Y es hasta probable que en ciertos momentos para
*aliviar sus tensiones de su cargo por el lugar que ocupa*, pueda ser
partícipe de esa convivencia tan chic, siempre y cuando calle, y se haga
como el que no ha visto ni sabe nada.
Si el Régimen quiere que el Ahorro se lleve a cabo, los primeros que
deben ponerlo en función, son los que no nos dan el ejemplo. Por lo
tanto, el cubano, a pié o montado en un viejo auto de marca desconocida
por las adaptaciones que ha tenido que hacerle para ponerlo a rodar,
ahorrar suena vacío, vacuo, cuando no, queda como una arenga de las
tantas que el Régimen lanza a los cuatro vientos, que ese mismo viento
lo difuma por carecer de una verdad sustentable.
Pero no importa, Machado Ventura continúa en su Cruzada, a lo mejor, por
esas situaciones que a veces nos sorprende, cualquier día, porque todo
puede suceder, cansado de sí mismo y de lo que rodea, tome los hábitos y
se refugie dentro de una atmósfera monacal hasta su minuto final, donde
su palabra antes de expirar será: Hay que ahorrar. Améeeen.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=29532
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