2008-10-09.
Guillermo Fariñas Hernández, Periodista Independiente, Cubanacán Press
(www.miscelaneasdecuba.net).- Los fotogramas sorprendieron incluso a los 
propios residentes en Cuba, por las imágenes de pobreza socializada que 
proyectaron. Las carestías materiales de los cubanos de a pie, fueron 
reflejadas y mostraron el estancamiento económico de la sociedad isleña. 
El asombro golpeó las conciencias de los compatriotas dentro de Cuba.
Por las dificultades en el transporte al interior de la isla, los 
nacionales desconocen otras partes de su misma patria. Factor importante 
se constituyen los insalvables aprietos, para lograr hospedarse en 
cualquier hotel de mala muerte. A pagar en una moneda nacional, que no 
sea divisa libremente convertible.
Muchos cubanos saben de la galopante pobreza en su entorno inmediato y 
si acaso conocen sobre otros ambientes a los cuales visitan. Por vivir 
en ellos sus familiares más cercanos, a los que tienen que dar una 
vuelta de un modo periódico. Pero desconocen como viven sus coterráneos 
en otras partes de su tierra.
Al cruzar el huracán Gustav por encima del municipio especial Isla de la 
Juventud y las municipalidades de la parte este de la provincia Pinar 
del Río, se pudieron mirar a través de la televisión el estado de 
pobreza extrema en que coexisten los nacionales. Pero la visión resultó 
relativa, puesto era solo en la zona occidental.
Con la devastación que acarreó el siguiente fenómeno meteorológico, el 
ciclón con nombre americanizado Ike, el cual se caracterizó por destruir 
al archipiélago desde oriente hasta occidente, ninguna provincia quedó 
incólume a sus daños. En algunos territorios por la fuerza de sus 
vientos, y en otros por la crecida de las aguas.
Pero el Sistema de la Televisión Cubana se vio obligado a darle 
cobertura a cada paso destructivo del huracán. Y junto con los fuertes 
vientos o con las revueltas aguas de ríos y mares, también salió a flote 
una cuestión bien escondida; la galopante pobreza en que viven los 
cubanos, por la falta de desarrollo endémica en el país.
En ese preciso momento no se podían exhibir a todo trapo, como si se 
hace en otros instantes. De los flamantes hospitales o escuelas recién 
reinaugurados debido a la Batalla de Ideas, que se ha convertido en una 
constante de la campaña mediática, por propangandizar al socialismo como 
sistema político-social a aceptar por los pueblos.
Las casas de paredes de maderas y techos con tejas de fibrocemento 
pululaban por todas partes de Cuba. Este tipo de vivienda fueron las que 
llevaron la peor parte, ante los embates del meteoro. Por eso se vieron 
obligados a trasmitirlas una y otra vez, por los medios televisivos o de 
soporte digital con que cuenta el estado cubano.
El sentimiento de sorpresa se impregnó en las almas y las mentes de 
cualquier  cubano, en las disímiles partes del mundo donde se 
encontraran en ese momento. Una indescriptible vergüenza sobrecogió a 
todos los nacionales, porque vieron las imágenes precariedad del también 
azotado caribeño Haití.
Instintivamente las compararon con las que salían desde Cuba. Y 
arribaron a triste conclusión patriótica, que la miseria en ambos países 
es la misma. Solo que de Haití sí se plantea en cualquier lugar, que es 
la sociedad más pobre del continente americano. Lo que por cierto, 
sospechosamente no se dice sobre Cuba y su sociedad.
Unos cubanos en el municipio Los Palacios con estupor miraron, que sus 
residencias eran tan enclenques y endebles, como otras también 
derrumbadas en la municipalidad de Antilla. Que a pesar de la distancia 
entre el occidente y el oriente de Cuba, se demuestra al mundo que la 
indigencia pulula en Cuba.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=17542
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