La historia del ferrocarril en Cuba comenzó cuando María...
EMILIO J. LEZCANO
Especial para El Nuevo Herald
La historia del ferrocarril en Cuba comenzó cuando María Cristina de 
Borbón, reina de España de 1829 a 1833 y regente desde 1833 a 1840, 
autorizó a la Junta de Fomento el 12 de diciembre de 1834 a hipotecar 
sus rentas para amortizar un préstamo con Inglaterra, lo que permitió el 
comienzo y la realización de la construcción de la primera línea de 
ferrocarril en la Isla.
La responsabilidad estuvo a cargo de la empresa Compañía de Caminos de 
Hierro de La Habana la cual construyó los 27.5 kilómetros entre San 
Cristóbal de La Habana y Santiago de Bejucal, el 19 de noviembre de 
1837, convirtiéndose en el primer ferrocarril de Latinoamérica y 
predecesor del de España.
Cuba, la colonia caribeña, se le adelantó a la metrópoli en 11 años. La 
primera línea de España --de Mataró a Barcelona-- comenzó a funcionar a 
partir del año 1848.
Para las obras de construcción de la línea férrea se emplearon a 
criollos, chinos, yucatecos, irlandeses de Estados Unidos y de las Islas 
Canarias. En ocasión del onomástico de la reina Isabel II, (todavía 
menor de edad), el 19 de noviembre de 1837, la Real Junta de Fomento 
inauguró solemnemente el primer ferrocarril de Cuba y sin perder tiempo, 
ese domingo a las 8 de la mañana, salió el primer tren cubriendo la 
distancia entre San Cristóbal de La Habana, pasando por San Felipe y 
destino final Santiago de Bejucal.
Con la inauguración de esta línea, la Compañía de Caminos de Hierro de 
La Habana, puso en marcha el primer ferrocarril cubano, español, y 
latinoamericano.
El primer viaje entre San Cristóbal de La Habana y Santiago de Bejucal 
se realizó durante una mañana de invierno y lluviosa. Sin embargo no fue 
un obstáculo para que un público muy entusiasta se situara alrededor de 
los 27.5 kilómetros del recorrido para ver el ''monstruo de hierro'' 
arrojando un espeso humo negro por la chimenea y dando vivas a la reina 
Isabel II.
Según algunos historiadores el tren partió de la estación de Garcini, 
situada en la calle de Oquendo entre Estrella y Maloja, con varios 
vagones que acomodaron a unos 70 pasajeros, donde se destacaban 
importantes personajes y autoridades de la colonia, y fue recibido, en 
Santiago de Bejucal, por el Alcalde Corregidor y otras personalidades de 
la ciudad. El precio de la primera clase fue de 20 reales, segunda, 10 
reales y los de tercera, 5 reales. El viaje de regreso salió a las 2 de 
la tarde con igual número de pasajeros.
Los coches fueron construidos en Inglaterra y eran de tres clases, según 
señalan los documentos de la época. Los vagones de primera clase tenían 
ventanillas corredizas, el techo cubierto de piel, molduras y manijas de 
bronce y el exterior era de madera de caoba. Los asientos eran cómodos y 
tenían cojines de tela. En cuanto a la segunda clase los coches eran 
parecidos y la diferencia con los de tercera clase consistía en que la 
madera usada en su construcción era de pino.
De esta forma Cuba se convirtió en pionera del ferrocarril en 
Latinoamérica y en el séptimo país en el mundo en poseer este medio de 
transporte. El primer ferrocarril lo había logrado Inglaterra en 1825, 
seguido por Estados Unidos, Francia, Alemania, Bélgica y Rusia.
http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/288471.html
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