Pages

Wednesday, July 16, 2008

Cuba, un cambio sin venganza

TRIBUNA: ILEANA DE LA GUARDIA

Cuba, un cambio sin venganza
ILEANA DE LA GUARDIA 16/07/2008

En la madrugada del 13 de julio de 1989, el general Arnaldo Ochoa, su
ayudante el capitán Jorge Martínez, mi padre el coronel Antonio de la
Guardia y su subordinado el mayor Amado Padrón fueron abatidos por las
balas de un pelotón de fusilamiento cerca de la playa de Baracoa, al
oeste de La Habana.

La mayoría de los cubanos quiere para su país un futuro donde quepan todos

Urge la liberación de los más de 300 detenidos en la isla por sus opiniones

Por no haber denunciado o injuriado a su hermano Antonio, mi tío el
general Patricio de la Guardia fue condenado a 30 años de prisión. Así
concluía la parodia del conocido proceso Ochoa-De la Guardia, en el que,
acusados de corrupción y tráfico de drogas, fueron llevados ante los
tribunales un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
y el Ministerio del Interior. Sus "abogados defensores" fueron impuestos
por el propio Estado cubano y todos eran oficiales de la Seguridad del
Estado. Ninguna prueba material pudo ser mostrada contra los inculpados.
En tan sólo un mes -pues mi padre fue detenido el 13 de junio del mismo
año- se desarrolló la investigación, el proceso judicial y el
cumplimiento de las sentencias.

Dos versiones pueden adelantarse para explicar tanta urgencia. Una: los
servicios norteamericanos de lucha contra el tráfico de drogas estaban
al tanto de supuestas operaciones de narcotráfico lanzadas desde La
Habana, y Fidel Castro, para limpiar su imagen, utilizó a estos
oficiales como chivos expiatorios. Otra, la más creíble: estos oficiales
cansados de guerrear en distintas latitudes -algunos de ellos acababan
de regresar de la guerra de Angola-, bajo la influencia de los aires de
perestroika que soplaban desde la Unión Soviética y, sobre todo, ante la
permanente crisis de la situación cubana y la ausencia de las libertades
más elementales, comenzaron a criticar (esto me consta) en sus círculos
más allegados a la dirección del país. Teniendo en cuenta su nivel de
responsabilidad militar y temiendo que sus comentarios pudieran llegar a
convertirse en una corriente de opinión en el seno de las Fuerzas
Armadas, Fidel y Raúl Castro decidieron sacrificarlos.

En todo caso, espero que algún día la historia y una verdadera justicia
aclaren lo sucedido. Ahora hay que decir que el proceso Ochoa-De la
Guardia fue un episodio más de esta siniestra farsa en la que los
cubanos somos víctimas y actores desde hace 49 largos años.

Hoy nuestra responsabilidad está en el futuro. Hoy y mañana pedir
venganza sólo puede generar más violencia. Fue pidiendo venganza como
comenzó el drama en 1959. ¿O es que acaso se puede olvidar, aunque yo
aún no había nacido, a un pueblo fanatizado pidiendo "paredón" para los
victimarios del régimen recién derrocado del dictador Batista?No, ni a
esa ni a esta Cuba podemos volver ni en sus formas ni en sus métodos.

Hace cerca de un mes, la escritora cubana Zoé Valdés mostraba en su blog
el testimonio del suplicio del escritor René Ariza, injustamente
encarcelado en Cuba, a partir de 1971, durante ocho años y que murió en
el exilio en 1994. El testimonio es conmovedor, pero lo preocupante son
las conclusiones de la escritora. Valdés afirma que "todos los militares
(cubanos) sin excepción deberían pedir perdón, a coro, en la plaza de la
Revolución, y sus hijos deberán callarse para siempre". Aparte de este
concepto escalofriante de "justicia" maoísta que la escritora
reivindica, en la que unas personas son obligadas a pedir perdón en la
plaza pública, asombra el que se permita también exigirnos a los hijos
de los militares que callemos para siempre. Yo, por supuesto, no pienso
hacerlo.

Parece que la escritora cubana tiene una insaciable necesidad de darse
un lustre de anticastrista visceral de toda la vida, luego de haber sido
diplomática cubana en París durante los años 80 y alta funcionaria del
Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC).
Recientemente publicó en España un ensayo titulado La ficción Fidel en
el que, además de comenzar con un "yo acuso" e incluir numerosas
exageraciones, falsificaciones y errores históricos, pretende enlodar la
memoria de mi padre, que fue fusilado, y de mi tío, condenado a 30 años
de reclusión. Por cierto, menciona a este último dos veces como si
también hubiera sido ejecutado.

Zoé Valdés, que en su libro llega a caracterizar a los cubanos como
"corderos", es emblemática de un sector minoritario de la oposición
cubana que, en mi opinión, compromete el futuro de mi país con este tipo
de planteamientos. La mayoría de los cubanos, en efecto, simplemente
quiere construir un futuro donde todos podamos hablar. Donde los que se
fueron antes, los que nos fuimos después y los que se quedaron, todos
juntos propongamos una Cuba mejor.

Pienso que el discurso de la venganza, de los ajustes de cuentas y de
las falsedades históricas sólo sirve para alimentar a los que desde el
poder en La Habana se esfuerzan en frenar la dinámica de cambio que se
ha instalado en los cubanos.

Hace ya dos años que Fidel Castro abandonó el poder. Su hermano, el
actual presidente Raúl Castro, anunció cambios de concepto y
estructurales para enfrentar la aguda crisis económica, política y
social que vive Cuba. Por el momento se han visto pocos resultados. Sin
negar que la firma por Cuba del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales y también el de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones
Unidas tiene su importancia, así como la tienen algunas de las tibias
medidas que ya permiten a los cubanos entrar en los hoteles, comprar un
DVD o contratar una línea de telefonía celular. Por lo demás, una
necesaria valorización de los salarios también está en curso.
¿Suficiente? Por supuesto que no, pero la existencia de una dinámica de
cambio es innegable. No obstante, no puede olvidarse que la liberación
de más de 300 prisioneros por delito de opinión es un reclamo urgente.

Sería doloroso que, una vez más, las promesas sean incumplidas y los
cubanos pierdan la esperanza. De momento, creo, todos los pasos que se
den en el sentido del diálogo político, como lo acaba de hacer la Unión
Europea, son positivos, pues alimentan esa dinámica de cambio. Y ojalá
la próxima Administración estadounidense siga esa misma senda. Y sobre
todo, que los dirigentes cubanos sean, por fin, sensibles a los deseos
de su pueblo.

Desde hace 18 años vivo en el exilio y mi dolor sigue intacto, pero me
esfuerzo por llevarlo con nobleza y dignidad, como tantas otras
víctimas. Por eso quiero que en mi país el odio y la intolerancia sean,
por fin, solo parte del pasado.

Ileana de la Guardia es exiliada cubana en París.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Cuba/cambio/venganza/elpepuopi/20080716elpepiopi_4/Tes

No comments: