Cubanos se niegan a trabajar para el gobierno por salarios irrisorios
Redacción de The Miami Herald
CARDENAS, Cuba
Loraicys tiene 27 años, nunca ha trabajado y no está dispuesta a aceptar 
cualquier trabajo. Y no está sola.
Raúl Castro se ha embarcado en un ambicioso plan para echar a andar la 
economía de esta nación comunista pero enfrenta un enorme desafío: 
muchos cubanos simplemente no trabajan.
Décadas de bajos salarios y vastos subsidios gubernamentales han 
mantenido a muchos jóvenes fuera del mercado laboral porque es más 
lucrativo trabajar en la calle. Otros viven cómodamente de las remesas 
que vienen de Miami y otros lugares.
Loraicys no quiere trabajar como limpiapisos en el barrio con la 
esperanza de conseguir un mejor empleo en hoteles cercanos para 
turistas, donde pudiera conseguir propinas en dólares.
"No lo voy a negar, aquí en Cárdenas, donde yo vivo, hay trabajos. 
¿Haciendo qué? Limpiando hospitales por 150 pesos ($7) al mes'', dijo 
Loraicys, una madre soltera. "Por 150 pesos prefiero quedarme en la casa 
con mi hijo. Estoy dispuesta a trabajar duro pero no a cambio de nada''.
Mientras Cuba lucha por aumentar la productividad, tendrá que encontrar 
una forma para estimular a cientos de miles de jóvenes a buscar trabajo. 
El dilema es una de las mayores dificultades que Castro afronta en lo 
que trata de crear una llamada economía socialista moderna.
El gobierno dice que hay muchos trabajos, simplemente trabajos de bajos 
salarios que los jóvenes no aceptan. Hasta educados profesionales 
prefieren trabajar en la industria turística como camareros o choferes 
de taxi donde ganan mucho más dinero que en empleos estatales, donde 
generalmente tienen salarios de unos $10 mensuales.
Loraicys dijo haber inundado todas las agencias estatales que 
administran centros turísticos cerca de su casa con solicitudes y 
resumés, pero que carece del título de secundaria que hace falta para el 
más modesto de los trabajos. Así que se pasa la mayoría de los días 
frente a su casa, viendo pasar coches de caballos en esta ciudad 
colonial al este de La Habana. Cárdenas es conocida como la Ciudad 
Bandera porque aquí fue donde se izó por primera vez la bandera nacional 
el 19 de mayo de 1850.
"Si Raúl Castro quiere reprimir a la gente que no trabaja, entonces 
debería de ofrecer trabajos reales', dijo Loraicys. "¿No cree usted que 
la gente preferiría tener independencia, tener algo de lo que se 
pudieran sentir orgullosa?"
Oficialmente, las cifras del gobierno cubano dicen que sólo 1.8 por 
ciento de su población en edad laboral está desempleada, el índice más 
bajo de América Latina. Pero una encuesta del periódico oficialista 
Juventud Rebelde mostró que sólo en la provincia de Guantánamo, en el 
extremo oriental de la isla, había 18 veces más desempleados que lo que 
afirman las cifras oficiales.
El Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas dijo que 90 por 
ciento de los jóvenes desempleados quisieran ir a la escuela o al 
trabajo si encontraran "condiciones aceptables''.
Según Granma, el periódico del Partido Comunista:
* El 20 por ciento de la población en edad laboral de La Habana está 
desempleada.
* Casi la mitad ha rechazado los trabajos que se le han ofrecido.
* El 17 por ciento de los más de 17,000 recién graduados de las escuelas 
técnicas no se presentaron a los trabajos que les ofrecieron. Otros 200 
de ellos se presentaron pero dejaron de trabajar a los pocos meses.
"Infortunadamente hay un considerable segmento de nuestra sociedad que 
quiere vivir sin trabajar y considera que va a tener de todo viviendo de 
los demás en el mercado negro'', escribió Lázaro Barrero en un reciente 
editorial de Granma.
Cuando Castro asumió su cargo el 24 de febrero --convirtiéndose en el 
primer nuevo presidente del país en 49 años-- anunció un aumento en las 
pensiones estatales y en los sueldos. En abril, el comentarista 
económico Ariel Terrero dijo en la televisión nacional que el gobierno 
podría eliminar las límites de los salarios, un cambio importante que 
desafiaba la ideología socialista que durante mucho tiempo ha sido la 
que dicta la política en el país.
"Por primera vez, se dijo claramente que los salarios no tendrían un 
límite, que un salario máximo depende de la productividad'', dijo 
Terrero, según la Associated Press.
Terrero agregó que no consideraba esto como una violación del 
socialismo, sino más bien el principio "de cada quien según su trabajo, 
a cada quien según su capacidad''.
Muchos cubanos le dijeron a The Miami Herald que no trabajaban porque no 
valía la pena hacerlo. El sistema actual de moneda doble que paga los 
salarios estatales en pesos que casi no valen nada y vende la mayor 
parte de los artículos de necesidad en una moneda convertible llamada 
CUC, quiere decir que los sueldos promedio mensuales no cubren el costo 
de los productos básicos como por ejemplo zapatos, que pueden costar 
tres veces el salario promedio mensual de $10.
Eduardo, de 30 años, que trabaja como tramoyista, consiguió su primer 
empleo hace cuatro años. Dijo que la mayoría de sus amigos comenzaron a 
trabajar por primera vez cuando tenían 20 y tantos años, después de 
emigrar a la Florida.
"¿Por qué voy a trabajar? El dinero que me pagarían no va a satisfacer 
las necesidades que tengo'', dijo Eduardo. "Mi madre, que vive en 
Orlando me envía $100 mensuales, y con eso tengo para sobrevivir''.
Los expertos afirman que Castro tiene que cambiar por completo el 
sistema de pago para dar a los cubanos un incentivo para trabajar. "En 
su vida laboral, los cubanos tienen dos formas de enfrentar el trabajo. 
En el sector estatal, para muchos, la actitud es: 'ellos pretenden que 
nos pagan, así que nosotros pretendemos que trabajamos' '', dijo 
Archibald Ritter, que es maestro de Economía Cubana en la Universidad 
Carleton, de Canadá. "Los cubanos pagan por conseguir empleos donde es 
posible sobornar o robar. Muchos trabajan duramente. Realmente trabajan 
muy duro en actividades casi legales y no oficiales''.
Ritter dijo que el gobierno tiene que crear oportunidades para que más 
personas tengan negocios privados y tengan incentivos concretos para 
producir y ganar más de los deseados CUC.
"Durante décadas, Cuba ha tratado de crear el hombre nuevo del 
socialismo, y lo que han creado sin embargo, es un país de 
empresarios'', dijo Ritter. Aunque los salarios aumenten, las leyes 
están hechas para incrementar la productividad. Como presidente inte- 
rino, Castro ordenó que debía haber eficiencia en los centros laborales 
e instauró penalidades para los que llegan tarde o no se quedan las 
horas requeridas.
"En el pasado, si uno cometía alguna infracción en el trabajo, los jefes 
se hacían los de la vista gorda o a lo mejor le rebajaban a uno el 
cargo'', dijo Ariel, que trabaja de cajero en una tienda. "Ahora si 
atrapan a uno cambiando los precios de un producto lo botan de inmediato 
del trabajo''.
Ariel dijo que las mismas reglas que gobiernan los centros de trabajo 
están afectando a los desempleados. A los que encuentran en la calle sin 
hacer nada se les aplica la "Ley contra la vagancia''.
"El argumento que utilizan es que si uno no trabaja, no hace nada, 
entonces, ¿de qué vive? '', dijo Ariel. "Lo consideran a uno peligroso. 
Antes, la peligrosidad equivalía a un año de cárcel, después fueron 
cuatro. Ahora son ocho años''.
The Miami Herald no revela el nombre del corresponsal que escribió este 
reportaje ni los apellidos de algunas de las personas entrevistadas, ya 
que el periodista no tenía la visa que exige el gobierno cubano para 
reportar desde la isla.
 
 
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