Documentos desclasificados
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Para que un hombre se sienta
grande, no necesariamente tiene que medir más de seis pies. Con sólo ser
dictador de un país basta. Dicen los psicólogos que esos hombres, desde
que nacen se sienten importantes en la vida, que su mayor esfuerzo es
precisamente ese: llegar a ser el hombre fuerte de su país.
Francisco Franco, dictador español por más de tres décadas, apoyado en
la Iglesia y el ejército y empujado por sus ansias de grandeza, soñó con
poseer armas nucleares. Por estos días la prensa de ese país ibérico se
refirió a documentos desclasificados de la CIA, fechados en mayo de
1974, donde se confirma el sueño de Franco de obtener la bomba atómica.
Franco precisamente no había firmado en 1970 el Tratado de No
Proliferación Nuclear por ser algo incompatible con sus planes secretos.
El señor Donato Fuejo, quien fuera presidente del Consejo de Seguridad
Nuclear, aceptó como ciertos dichos documentos. Explicó a la prensa
madrileña que el franquismo, obsesionado por el desarrollo nuclear,
pretendía convertir a la península ibérica en una potencia, a la altura
de Francia y Reino Unido. Por último, exclama: "¡No sé qué habría pasado
si sigue la dictadura!".
Gracias a la democracia, España se libró de la bomba atómica. También
Cuba se libró de los misiles de alcance medio con capacidad nuclear, en
octubre de 1962. Como Franco, Fidel Castro también ha estado obsesionado
con el desarrollo nuclear y pretendió fortificar militarmente la isla,
como ningún otro país latinoamericano.
Especialistas en la materia califican la Crisis de Octubre como el
episodio más peligroso para la humanidad. Documentos desclasificados
recientemente nos dicen hoy que el 27 de octubre de 1962, frente a las
costas cubanas, un destructor norteamericano lanzó cargas de profundidad
que, de forma accidental, estallaron frente al casco de un submarino
soviético, equipado con armamento nuclear.
Durante 13 días el presidente estadounidense John F. Kennedy y el
soviético Niñita Khrushchev, a espaldas de Fidel Castro, trataron por
todos los medios de evitar un enfrentamiento bélico de gran magnitud.
Aunque la democracia no se hizo presente en Cuba, como ocurrió por
suerte con el franquismo, el régimen de la isla aceptó deshacerse de
una importante carga explosiva que, el tiempo lo ha demostrado, no le
era necesaria. Aún así, nunca el castrismo podrá evadir la
responsabilidad de haber convertido a nuestro pequeño y empobrecido país
en el eje de un gravísimo conflicto nuclear, capaz de destruir el planeta.
No comments:
Post a Comment