2008-03-26.
Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión
La Habana, 2008-03-12. El régimen cubano juega la carta de la UE para
mostrar una imagen de moderación y aceptación de los DDHH. Al acudir a
una cita en la capital de la mayor de las Antillas, el Comisario Louis
Michel cumple con la misión de desempeñar el rol de abogado del diablo
ante la Comisión Europea.
Cuba es el único país latinoamericano que no goza de los beneficios de
un Acuerdo Marco de Cooperación con la UE. La causa es la posición del
gobierno cubano de no aceptar condicionamientos como la apertura en
derechos humanos y elecciones libres.
No es difícil deducir que la recién proclamada alta cúpula gobernante
isleña complementa con la visita del alto funcionario de la CE, el
contacto con el jefe de la diplomacia vaticana. Así, se anota un punto
la diplomacia cubana y otro el Canciller por su labor de crear lazos de
convivialidad aparente.
Sostenida por intereses económicos más que por concordancias políticas,
la relación Cuba – UE no deja más expectativa que la posibilidad de que
el gobierno cubano realice ciertos "gestos", como el de excarcelar
últimamente a cuatro presos de conciencia de sus prisiones.
Mientras, dentro del territorio nacional, mantiene una férrea línea de
represión particularizada en algunos grupos de ciudadanos que no cejan
en pedir desde cambios profundos hasta la liberación de todos los presos
políticos.
Deja estupefacto a cualquiera con buena capacidad de pertinencia, la
preocupación mundial y mediática, justa vale decirlo, por la suerte de
los rehenes de las guerrillas colombianas, quienes languidecen en
cárceles vegetales; al mismo tiempo y desde hace ya 5 años, en Cuba hay
más de 50 presos de conciencia, más sus familias, además de dos
centenares y medio de presos políticos y varios cientos de personas a
las que se les impide salir del país definitivamente y viven en un
limbo, cuando hasta el mismísimo Vaticano resolvió que ese espacio
divino quedaba Cerrado por reparación.
Es imprescindible volver a insistir sobre la situación de los presos de
conciencia cubanos. Las causas de sus encierros no pasan de ser las de
expresar con libertad sus ideas, arrogada por sus derechos de hombre
natural, dicho de manera general.
En lo particular, la transgresión cometida a los ojos del régimen
comunista cubano es la propia que ahora mismo realizo, la de escribir en
pro del respeto de los Derechos Humanos, reflejar la realidad de Cuba y
sus habitantes más comunes, plasmar en blanco y negro lo que las
personas dicen en la calle, en los transportes, en sus reuniones íntimas
y, que por miedo a la represión y a sus consecuencias para ellos y sus
familias, no dicen. Expresar lo que la prensa oficial enmascara o no revela.
Dentro de pocos días, los presos de conciencia encarcelados y juzgados
en marzo del 2003 cumplirán cinco años de injusta reclusión. En las
acusaciones fiscales, hallamos causales como la posesión de un radio de
onda corta, asistir a sesiones de videoconferencias sobre periodismo,
navegar por Internet por dos horas semanales en un centro de información
abierto en una sede diplomática, tener una máquina de escribir en su
casa, papeles, bolígrafos, útiles de oficina, escribir sobre la
situación económica cubana y publicarlo en un sitio en la Web, visitar
una sede diplomática.
Hace muy pocos días, un reducido grupo de personas fueron reprimidas,
golpeadas por una turba de militantes del régimen y detenidas por
agentes de la policía política varias horas por la única razón de
repartir en una céntrica calle habanera plegables impresos con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Hecho producido a algunas
horas después de la firma de los Pactos de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales y los de Derechos Civiles y Políticos por el Gobierno cubano.
Visto lo anterior, podrá concordar conmigo que no queda más remedio que
la estupefacción por la desidia de la indiferencia y la falta de
atención a esta triste suerte de parte de la fila de visitantes que se
apresuran y regodean al proclamar el placer de saludar a sus anfitriones
oficiales cubanos.
Quizás, ahora mismo, usted se interrogue si vale la pena que un
Comisario de la UE gaste su tiempo en tratar de conversar con
gobernantes que desprecian los principios más naturales del ser humano y
que la UE dice defender.
La carta que el Gobierno cubano pretende jugar ya, está en mano de un
adlátere del propio lado de la mesa; más aún, los dirigentes cubanos no
han mostrado la que esconden bajo la manga. Esa la conocemos de sobra
por aquí, más cerrazón, más control, más represión.
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Enviado a nuestra redacción por:
Junta Patriótica Cubana.
Comisión de Derechos Humanos.
Mayda Cardín.
(305) 448-9898
jpcdh@bellsouth.net.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=14604
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