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Tuesday, January 01, 2008

2008, el año de la verdad en Cuba

2008, el año de la verdad en Cuba
(El País)

El teatro Mella, en el barrio habanero del Vedado, se vino abajo el
pasado día 26 cuando el trovador Pablo Milanés terminó de cantar Dos
preguntas de un día. Con palabras de andar por casa, reales y duras como
la vida, la canción cuenta una historia bien conocida por los cubanos:
"Mi hermano Jacinto / que vive en La Habana / no sabe si su hija / que
tuvo una nieta / que aún no ha conocido / sabrá que su madre / murió de
repente. Las autoridades no lo dejan salir...". Milanés, uno de los
artistas más queridos en el país y por mucho tiempo emblema de la
revolución, reflexiona al concluir este tema: "¿Ha valido la pena? /
Pregunto, no sé / Ha valido la pena? / Respondo, no sé".

El público que abarrotó el Mella en la presentación de Regalo, su último
disco, recibió su mensaje con aplausos encendidos. Y similar complicidad
cosecharon otras de sus canciones nuevas, como La libertad o Suicidio.
En una de las estrofas de esta última, el músico lamenta: "Nada me vale
lo mismo que ayer / hay cien motivos para no creer / lo que ayer era una
ilusión / hoy se impone como una razón...", y acaba desgarrado, "quiero
volver / quiero aferrarme a mi pasado / ¿dónde está?".

En la platea había mucha gente de la generación de Pablo, la de los 60
años, pero todavía eran más los jóvenes y adolescentes, todos en
sintonía. Al concluir el concierto, una mujer madura que moqueaba de
emoción se limitó a observar que aquellas letras profundas eran "algo
muy necesario" en "estos momentos" de su país. No pudo expresarlo mejor:
como ella, hoy son muchos los cubanos que quisieran que las inquietudes
comprometidas de Milanés y de otra gente como él sirvieran de revulsivo
en la isla para el año que comienza.

Según la terminología oficial, 2008 será el año 50 de la revolución. Y
para bien o para mal, será también el año de los cambios. Desde hace 17
meses, los que Fidel Castro lleva vestido con chándal deportivo, en Cuba
es el asunto principal, pero los cambios, cuales sean, no acaban de
llegar y son cada vez más las voces que tratan de romper inercias dentro
del sistema y generar conciencia de que es tarde para dejarlo todo para
mañana.

En los debates celebrados en la isla en los últimos meses por iniciativa
del presidente interino, Raúl Castro, el malestar brotó a borbotones: la
dualidad monetaria, el transporte, la precariedad de la vivienda, el
exceso de prohibiciones, la falta de estímulos, el deterioro de la salud
y la educación... Las dificultades de la vida cotidiana, a estas
alturas, más que agobiar aplastan, y sobre todo el problema de los
salarios, que no alcanzan para casi nada y no se corresponden con los
elevados precios de los alimentos y de otros productos básicos.

"Mucho se está jugando hoy en Cuba y mucho se espera de los jóvenes",
dijo recientemente en un discurso el dirigente juvenil Carlos Lage
Codorniú, hijo del vicepresidente cubano. Tocó el cogollo del problema
al asumir como necesario repensar el modelo socialista "entre todos", y
plantear que las "soluciones" que requiere su país no pueden ser
"cosméticas".

Si el primer año de la enfermedad de Fidel Castro fue de tanteos e
incertidumbres, a partir del pasado 26 de julio, cuando el presidente en
funciones Raúl Castro pronunció un discurso autocrítico y anunció la
introducción cambios "estructurales y de concepto" en la economía, se
generaron expectativas notables.

Luego vinieron los debates sobre aquel discurso y la exhortación oficial
a hablar con libertad sobre los problemas y proponer soluciones. "La
gente se explayó, pero fueron pasando las semanas y de nuevo decayó la
ilusión del cambio, un cambio al que todavía nadie ha puesto nombre ni
se sabe su alcance, pero que todo el mundo quiere", afirma un académico,
militante del Partido Comunista Cubano (PCC). No es un secreto que
dentro del partido comunista y en la sociedad en general son cada vez
más los que plantean que hoy lo contrarrevolucionario es no moverse y
empujan en la dirección del movimiento, aunque los equilibrios, hay que
imaginar, son difíciles.

La última sesión del Parlamento de nuevo aclaró el horizonte... Raúl
Castro pronunció un discurso en el que vino a decir que el cambio va,
pero que será lento. Habló de la existencia de "prohibiciones y medidas
legales" que "han sido superadas por la vida"; entre ellas, las que
impiden a los cubanos entrar y salir libremente de su país, a las que
Milanés alude en su canción. También dijo que se pondría la tierra "en
manos" de quien produce con eficiencia, y que se trabajaba en "el
perfeccionamiento del sistema empresarial vinculado a los resultados".

Reiteró Raúl el llamamiento a la democratización interna del PCC, hecho
días antes, al pedir a los dirigentes que sepan "crear el ambiente
propicio para que los demás se expresen con absoluta libertad".

"Todos quisiéramos marchar más rápido, pero no siempre es posible", dijo
el jefe del Ejército, y mencionó la necesidad de "forjar consensos".
Fidel Castro envió un mensaje a la Asamblea Nacional respaldando a su
hermano. Algo que no ocurría de forma explícita desde que el 31 de julio
de 2006 delegó en él "provisionalmente" todos sus poderes y cargos, días
después de ser operado de urgencia debido a una grave crisis de salud.

Sentadas estas bases, comenzará mañana en Cuba el año 50 de la
revolución, para muchos decisivo. La generación histórica de la
revolución desaparece, y el tiempo apremia a sus fundadores si quieren
guiar unos cambios que la historia hará de cualquier modo, alertan
figuras políticas desde dentro del sistema. En la calle, la gente
simplemente vive y espera.

http://www.panactual.com/noticias_detalles.asp?noti_code=47367

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