2007-08-12.
Roberto Santana Rodríguez, Periodista Independiente
12 de agosto de 2007. La Habana.– Los topes o competencias preparatorias 
son fundamentales cuando se quiere lograr resultados deportivos 
favorables a cualquier nivel. Se convierten en el colofón de cualquier 
plan de entrenamiento.
Son imprescindibles desde el punto de vista psicológico, porque hacen 
desaparecer en los atletas el hándicap que puede representar el 
enfrentarse a lo desconocido, haciéndoles ganar en confianza.
Un atleta con déficit en este importante factor de la preparación se 
encuentra en desventaja con respecto a sus contrarios en la competencia 
fundamental, por muy bien preparado que esté en los aspectos técnico, 
táctico y estratégico, siente que le falta "algo", no tiene el "techo 
que requieren las circunstancias".
De ahí la inestabilidad que puede aquejarle en los momentos claves de la 
competición que deciden quien gana y quien pierde.
Ejemplo claro de esto lo vemos desde hace años en el comportamiento del 
equipo nacional de Volleyball cubano. Con todo para imponerse: juventud, 
elevada estatura, fuerza en el ataque, jugadores con poderosos saques, 
buenos bloqueadores, entre otras virtudes –ensalzadas hasta por Rezende, 
el  entrenador del mejor equipo del mundo en la disciplina, Brasil–, no 
obtiene los resultados que de él se esperan en el más alto nivel mundial.
¿Por qué?, porque los voleibolistas no participan en las mejores ligas 
del mundo como la italiana o la brasileña, producto de la intolerancia 
oficial que no lo permite, lo que les daría experiencia competitiva, 
"horas de vuelo".
Quien se atreva a hacerlo se convierte automáticamente en un 
desaparecido, "traidor", "apátrida", "mercenario". Los ejemplos están 
ahí, Ihosvany Hernández, Ramón Gato, Leonel Marshall…
Años ha se disimulaba esta situación por la posibilidad de los equipos 
cubanos de ir a la extinta URSS y a los países socialistas de Europa del 
Este y topar con sus similares de esos países que ciertamente tenían 
nivel en algunas disciplinas deportivas.
Al desaparecer esta posibilidad, en la nueva coyuntura internacional, y 
ante la tozudez de las autoridades se aprecian los resultados, la baja 
que ha experimentado el movimiento deportivo cubano en los últimos años 
traducida en menos medallas y lugares en eventos internacionales.
Recordemos los deportes que aportaron la mayor cantidad de galardones de 
oro, plata y bronce a Cuba en el medallero de Juegos Panamericanos de 
Brasil 2007.
El atletismo, el boxeo, la lucha, el judo, el volleyball femenino, el 
canotaje, el ciclismo, las pesas, etc. Todos de alguna manera tienen 
roce internacional con destaque para los atletas del deporte rey que 
participan en giras europeas, entre otras competiciones y las chicas del 
voli, las espectaculares morenas del Caribe, que como equipo, ¿por qué 
no de forma individual?, también se codean con lo mejor de su deporte a 
nivel mundial.
Deportes faltos de tope internacional en Cuba, entre otros, se puede 
mencionar a la Gimnasia, tanto artística como rítmica, la mencionada 
natación, el polo acuático, el baloncesto masculino, y el balonmano en 
ambos sexos.
El baseball, el deporte nacional, pienso que no goza de tantos topes 
como debiera tener. Este año, para no ir más lejos sólo tuvo siete 
juegos en casa con el equipo de Venezuela de cara a Río.
Sin los necesarios topes le falta un ingrediente fundamental a la 
preparación de un atleta o equipo. De no buscar las autoridades 
adaptarse a las nuevas condiciones imperantes en el deporte 
internacional, rompiendo esquemas y conceptos arcaicos, absurdos, los 
resultados seguirán en picada en cada cita deportiva a la que se asista.
El gobierno cubano, único patrocinador del deporte en la Isla, aunque 
quiera no puede garantizar apoyo, topes incluidos, para todas las 
disciplinas deportivas con muchos eventos con potencialidades de aportar 
medallas que catapulten al país a los primeros lugares de una cita 
multinacional como panamericanos u olimpiadas.
Hay que implementar alternativas viables, sin temor a los cambios, hay 
que desterrar los falsos argumentos como que los atletas al convertirse 
en profesionales y no responder más a los "principios de la revolución" 
serian mercancías sin interés de representar al país en las competencias 
internacionales.
¿Cuántos países comunistas o socialistas quedan en el mundo?, muy pocos, 
para no decir ninguno, excepto, ¿Cuba?, y entonces, ¿Por qué siguen 
desarrollándose los eventos con masiva y orgullosa participación de 
deportistas?
No son comunistas, sin embargo los que así lo deciden, es su derecho, 
compiten dándolo todo por su pabellón nacional. Lo mismo sucedería con 
los cubanos, los de aquí y los de allá, con el mismo derecho, de 
competir por la patria.
Se imponen, entre otras medidas tendentes a reforzar los resultados del 
deporte nacional en la palestra internacional, liberalizar el deporte en 
Cuba, permitir el libre viajar de los atletas, la firma de contratos a 
deportistas y entrenadores, permitir el deporte profesional en 
coexistencia con su homologo y natural cantera, el amateur como se hace 
en países democráticos con relevantes sitiales a nivel mundial en el 
deporte.
Actuar de otra manera equivale al anquilosamiento fosilizador, que 
repito, sólo conducirá a que empeore cada vez más la salud del 
movimiento deportivo cubano.
El tiempo dará la razón a quien la tenga, pero, ¿Sin topes?
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11142
 
 
No comments:
Post a Comment