(Julio 31.06-Julio31.07)
Por Iria González-Rodiles *
Colaboración
Bangkok
Tailandia
La Nueva Cuba
Agosto 2, 2007
Durante casi un año Cuba ha sido, es, un escenario similar a ésos filmes 
de horror hollywoodenses, donde el personaje negativo –'el malo de la 
película' o cualquier otro elemento maligno— revive inusitadamente, una 
y otra vez, cuando parecía extinto, alargando así el desenlace del 
suspense, con el consecuente aumento del ya excesivo nivel de adrenalina 
en los espectadores.
Sucede que, además del cine de horror, se ha incoporado el género de 
ciencia-ficción en la trama iniciada el 31 de julio del pasado año en la 
isla caribeña: Gracias al corresponsal de la TV Española en La Habana, 
he viajado en la máquina del tiempo de H. G. Wells hasta Cuba, sin 
moverme de Europa…!por supuesto!
Con un movimiento de cabeza al estilo hip-hop, el reportero informa 
–¿informa?— que todo está normal en Cuba, ningún problema, todo va bien… 
(aquí entra música de fondo, ya que en la TV es posible dramatizar, 
hacer ficción con las noticias): "No hay novedad, señora baronesa/ no 
hay novedad, no hay novedad…"
También afirma el músico, digo, el corresponsal, que los ciudadanos 
están preocupados y deseosos, a la vez, de que pronto recupere la salud 
y salve la vida el hombre que les ha desgraciado las suyas. (Para 
probarlo, realizó entrevistas por las calles habaneras, en las cuales, 
seguramente, los cubanos respondieron con igual sinceridad que los 
españoles, durante el franquismo, ante una cámara).
Por supuesto, no hay que desearle la muerte a nadie. Mejor es decir 
"hágase Tu voluntad", y no solamente "por si acaso" o para evitarnos un 
posible reencuentro con el Big Brother cubano en el infierno, sino 
porque así se nos enseña para el Bien de todos.
Hasta George Bush, presidente de los Estados Unidos (país que el 
Innombrable cubano estigmatizó como un Enemigo Eterno y al que dispensó 
todo tipo de improperios en sus aburridos y agotadores discursos, 
durante casi medio siglo), ha expresado que no le desea la muerte a 
ninguna persona, pero, al mismo tiempo, reconoce que ya es hora de que 
el pueblo cubano se encamine hacia la democracia y el progreso.
Mucho menos necesario es solicitar a los feligreses que recen por la 
salud del Big Brother, porque es como pedirles que oren por la 
prolongación del suplicio al que se hallan sometidos los propios fieles 
y todo el pueblo cubano, durante décadas.
Como bien se aconseja a todo creyente, mejor sería que rezaran en la 
intimidad, entre las cuatro paredes de su habitación y no públicamente, 
quienes se sienten obligados a rezar --dada la misión asumida en este 
mundo— por la salud del Innombrable, al igual que cuantas personas aún 
estén dispuestas a hacerlo —dadas otras motivaciones.
Pero si de plegarias públicas se trata, también debía haberse pedido a 
todos los feligreses un rezo por Gustabo Arcos Bergnes, católico 
practicante –no apóstata--, defensor de los Derechos Humanos en Cuba 
hasta que le llegó su día, ese día que tenemos señalado todos nosotros, 
los mortales.
Otro absurdo:
"!Claro que la Iglesia no admitiría nunca una intervención 
norteamericana en Cuba!", respondió el Cardenal cubano, Jaime Ortega , a 
una preguntita –¿saben de quién?— del corresponsal de la TVE en La 
Habana, quien la transmitió, como siempre, con su movimiento de cabeza a 
ritmo de hip-hop.
(Oiga, basta de cuentos. Esa guerra, tan anunciada, ese 'coco" de la 
intervención, nunca existió; mucho menos ahora que los yanquis esperan 
por el "Good bye, Baby", tal como lo vociferaron en cierta ocasión. Por 
demás, ¿cree usted que si existiera una amenaza real de intervención o 
de invasión a Cuba, el Brother del Big Brother insistiría tanto en 
dialogar con los Estados Unidos?).
Aunque la Secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, ha 
declarado que "con quien tiene que hablar el gobierno cubano es con su 
pueblo, el Brother ha insistido en el diálogo con los Estados Unidos, 
una vez más, durante la celebración del 26 de Julio del presente año.
Claro está, se supone que también Estados Unidos, el país que ha 
prometido su apoyo al proceso de transición en la Isla, participará de 
algún modo en las negociaciones, pero cuando llegue el momento adecuado.
Pero todo indica que la dinastía de los Brothers prefiere sentarse a la 
mesa de negociaciones con el estigmatizado Enemigo Yanqui, que con la 
disidencia de la Isla y el exilio cubano.
Nada extraño si se toma en cuenta que los extranjeros en Cuba son 
considerados personas de primera categoría, Very Important Persons 
(VIP), mientras que los ciudadanos cubanos de a pie constituyen una 
especie de non-categoría… y sin olvidar, además, que sólo los 
extranjeros pueden hacer inversiones y negocios en Cuba; los cubanos no, 
ni los de adentro, ni los de afuera.
Durante este largo año han abundado las premoniciones, estrategias, 
incertidumbres, augurios, inquietudes, teorías, disquisiciones y todo 
tipo de dimedireretes y tejemanejes.
Pero, al igual que sucedió con los países socialistas de Europa del Este 
y la Unión Soviética, nadie sabe en realidad cuál será el desenlace del 
drama y del atolladero cubanos, ni siquiera lo saben en el Langley de 
Virgina, ni en la Villa Maristas de La Habana, ni en la Casa Blanca, ni 
en el Comité Central.
Lo único cierto es que quien espera, desespera. Pero quien ha esperado 
mucho, también puede esperar un poco. Y parece que queda muy poco en 
comparación con todo el tiempo de espera.
** Del libro "El Paraíso Castrado": Una visión distinta, con narraciones 
peculiares, sobre 110,862 km cuadrados de viaje instantáneo por la isla 
de lo 'real-desastroso', de Iria Gonzalez-Rodiles
* Iria González-Rodiles, es periodista independiente. Fundadora de la 
Agencia CubaPress. Escribe para la prensa alternativa desde 1995. Sus 
artículos y crónicas han sido publicados en diferentes medios tales como 
en las páginas WEB de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa), 
CubaFreePress, Nueva Prensa Cubana, Cubaicei.org del Instituto de 
Economistas Indepiendientes, RSF (Reporteros sin Fronteras) y en 
revistas como la Hispano Cubana y Nueva Prensa Cubana.
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