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Thursday, March 01, 2007

Señales de humo

Sociedad
Señales de humo

El 'very well' de Castro a Chávez, la expulsión de los corresponsales
extranjeros y la desinformación inducida.

Eva González, Ciudad de La Habana

jueves 1 de marzo de 2007 6:00:00

La reciente expulsión del corresponsal en La Habana del diario mexicano
El Universal, así como la amenaza de suspender el visado de los
corresponsales de medios de prensa como el Chicago Tribune, BBC,
Reuters, El País y AFP, parece ser una nueva vuelta de rosca en la
estrategia represiva del gobierno.

Según un reporte de prensa no divulgado en Cuba, al corresponsal de El
Universal se le informó oficialmente que la forma de enfocar la
situación no es la que más conviene al gobierno.

No debe ser casual la coincidencia de este golpe contra la libertad de
prensa con factores como el operativo de decomiso de las antenas de
televisión clandestinas, que se ha mantenido por un tiempo más
prolongado que lo habitual, la opacidad de la prensa oficial —cada vez
menos "informativa" y más gris—, y el amenazante anuncio del ministro de
la Informática y las Comunicaciones de que es preciso frenar al "potro"
de la internet.

Evidentemente, las autoridades sienten pavor ante la más mínima
posibilidad de que sectores cada vez mayores de la población tengan
algún tipo de acceso a informaciones u opiniones no oficiales, por
limitado que sea.

Nada por aquí, nada por allá

Por otra parte, el debate intelectual que se iniciara en enero —que se
ha mantenido pese a todos los esfuerzos oficialistas por sofocarlo—
tiene a mal traer al ministro de Cultura, quien no convenció de nada a
nadie en su larga intervención en la Casa de las Américas, ante un
auditorio restringido y cuidadosamente seleccionado.

La más reciente reunión sobre ese mismo tema, celebrada en el Instituto
Superior de Arte (ISA) el pasado 23 de febrero, estuvo también limitada
a un segmento escogido de "invitados", a fin de que no trascienda como
fenómeno generalizado la inconformidad de amplios sectores de la
intelectualidad en la Isla.

Como es de suponer, ni la expulsión de los corresponsales de la prensa
extranjera, ni la polémica, ni las dos reuniones ya celebradas a puertas
cerradas con las máximas autoridades de la cultura han trascendido en la
prensa nacional.

Cada vez se hace más evidente la grieta informativa entre las
autoridades y la población. Basta con ojear cualquier diario o ver las
emisiones de "noticias" de televisión para comprobar que se asiste a una
suerte de autismo informativo que mantiene a los cubanos al margen de
los acontecimientos verdaderamente significativos.

Por ejemplo, ¿acaso no debe ser importante mantener informada a la
población acerca de la salud de su gobernante convaleciente? Al cabo de
casi siete meses de su retiro provisional por razones graves de salud,
es preciso esperar a que venga el "otro presidente", Hugo Chávez, para
presentar a Castro ante los medios, en imágenes que no dicen mucho a
favor de la tan cacareada recuperación.

La historia se repitió el martes último, cuando Castro "llamó" al
programa de radio Aló Presidente y conversó con Chávez más de media
hora. Es la primera vez que habla en directo ante un medio de
comunicación —extranjero, para no variar— desde el 31 de julio. "How are
you, Fidel?", preguntó el venezolano. "Very well", dijo el cubano entre
risas.

En fechas recientes, los voceros de La Habana han estado lanzando al
mundo la voz de una favorable recuperación del anciano, quien, se dice,
pronto regresará a sus funciones al frente del Estado, aunque nadie
asegura a ciencia cierta cuándo habría de producirse semejante milagro.

Sociedad embotada

En la actualidad, el aparente limbo de autoridad que dimana de las altas
esferas del gobierno podría estar solapando los conflictos o reacomodos
entre sus protagonistas; de manera que divulgar ante la opinión pública
una supuesta (o medianamente real) recuperación del máximo líder, puede
responder también al imperativo de ganar tiempo mientras se definen los
destinos y se conciertan los intereses de los implicados en el juego del
poder.

Muy bien conocen los hacedores de la política oficial cuánto ayuda el
tremendo arrastre simbólico de la imagen de Castro para mantener esa
suerte de subordinación psicológica, tanto en las esferas de dirección
como entre los "gobernados".

Por el momento, algunas señales parecen marcar el repunte de una nueva
oleada de ese mal endémico que es la represión al interior de la Isla;
mientras otras, como la creciente ansiedad entre los profesionales del
pensamiento, evidencian que es preciso dar pasos para superar el
embotamiento que parece enseñorearse de la sociedad desde el pasado 31
de julio.

http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/senales-de-humo/(gnews)/1172725200

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