Los refugiados cubanos vuelven a soñar con alcanzar EE UU
Los 8.000 migrantes bloqueados en Costa Rica esperan el traslado tras un
acuerdo entre varios países centroamericanos
La ruta será en avión hasta El Salvador, para seguir por tierra hacia el
norte
ÁLVARO MURILLO La Cruz de Guanacaste (Costa Rica) 3 ENE 2016 - 00:42 CET
El albergue ahora es diferente. La incertidumbre y la ansiedad parecen
haberse ido con el año viejo para los refugiados cubanos que desde hace
casi dos meses esperan en la población costarricense de La Cruz a
proseguir su viaje hacia Estados Unidos. Las mujeres se tiñen el
cabello, los hombres se arreglan la barba y en los patios otros se
esmeran en asar la carne de cerdo o pollo para celebrar la llegada de
2016. Decenas hablan por móvil con sus familiares en Cuba o Miami con
otro tono, con entusiasmo. "Mamita bella, ahora sí que sí, ya casi nos
vemos", le decía Ulises, un profesor de 44 años, a su madre en EE UU.
Ya saben que se van, que el estancamiento en suelo costarricense se
acaba y que pronto pisarán EE UU. No tienen detalles, costos ni fecha,
pero saben que hubo un acuerdo internacional para retomar a principios
de este mes su ruta hacia el sueño americano. La noticia les llegó el 28
de diciembre y desde entonces se frotan las manos; ya esto no es
zozobra. Solo esperan precisiones sobre un viaje que los obligará tomar
un vuelo a El Salvador, para evitar el rechazo de Nicaragua al paso de
los migrantes cubanos, y viajar después en autobuses por el resto de
Centroamérica y México hasta tocar la frontera terrestre estadounidense,
donde pueden obtener beneficios migratorios por la Ley de Ajuste Cubano.
Esta forma "excepcional, segura y ordenada" de emigrar fue la que
acordaron las autoridades centroamericanas después de semanas de
desencuentros políticos. Los beneficiarios son 7.802 cubanos que
llegaron por tierra desde Ecuador —que no les exige visado— con ayuda de
coyotes, hasta quedar estancados por el portazo de Nicaragua en su
frontera. Costa Rica debió desplegar una red de ayuda humanitaria con 32
albergues, uno de ellos instalado en un colegio de La Cruz, el pueblo
más cercano al puesto fronterizo con Nicaragua, Peñas Blancas. El
ambiente era festivo el pasado jueves: algunos bebían ron barato o
armaban el tradicional muñeco de trapo que quemarían a medianoche; otros
asaban un puerco "en púa", al estilo de la isla que abandonaron por
razones económicas, explicaban.
Otros cocinaban en casas cercanas de familias costarricenses que los han
acogido en estos dos meses. "Hoy nos toca a nosotros, les vamos a hacer
congrí [arroz con frijoles] y carne de puerco. Es una forma de
agradecerles porque ya casi nos vamos", decía José Alberto saliendo del
supermercado, mientras otros hacían cola ante la pequeña oficina de
Western Union para sacar dólares que les envían familiares desde EE UU.
Uno de ellos, Roberto Díaz, un músico percusionista, hacía cálculos de
dinero para guardar lo suficiente para el vuelo a El Salvador: "Cueste
lo que cueste, yo lo pago, para eso salí de Cuba, para irme a EE UU".
La salida de los cubanos de Costa Rica comenzará con un plan piloto para
probar la coordinación entre países y empezará por quienes tienen el
dinero para pagar el avión, aunque "todos serán atendidos paso a paso",
aseguró la directora de Migración de Costa Rica, Kathya Rodríguez.
Se prevé que sea en esta primera semana de enero cuando viajen los
primeros y se comience a resolver la mayor crisis migratoria de Costa
Rica en 30 años, que la llevó a suspender su participación en la mesa
política del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) como medida
de protesta por la "falta de solidaridad" de otros países. México,
Colombia, Ecuador, Cuba, EE UU y la Organización Mundial de las
Migraciones también se han involucrado en dar salida a la crisis.
Una de las migrantes, la enfermera Nasandy Soto, prefirió trabajar de
camarera en una fonda junto al puesto fronterizo de Peñas Blancas. No
habría soportado pasar los días tumbada en las colchonetas de espuma que
el Gobierno costarricense repartió en los albergues. Con su marido,
Eduardo Valdez, alquiló una habitación y cada día han visto el
noticiario en espera de información sobre ellos mismos. Ya por fin
recibieron una luz; no volverán a pagar 900 dólares a los coyotes para
una travesía por suelo nicaragüense. "Por eso fue tanta la alegría. Casi
lloré. En Costa Rica nos han tratado muy bien, pero la meta no era
quedarnos aquí. Salimos de Cuba para ir a Estados Unidos y sabíamos que
iba a ser difícil, pero no tanto".
Los afectados apuntan a La Habana
A los migrantes cubanos nadie les quita de la cabeza la idea de que la
decisión del pasado noviembre de impedirles el paso por Nicaragua llegó
de La Habana.
"Fue para decir a Estados Unidos: 'Vean la crisis que están causando con
la Ley de Ajuste Cubano'. Eso es obvio sabiendo cómo se maneja Raúl
[Castro, presidente de Cuba] y la influencia que tiene sobre Gobiernos
amigos como el de Nicaragua", defiende Misael Pérez, uno de los afectados.
Esa es también la opinión de muchos analistas que consideran que el
bloqueo de Nicaragua y la decisión de Ecuador de imponer de nuevo
visados a los cubanos es una operación conjunta con La Habana para
presionar a EE UU y lograr que derogue la ley que beneficia a los
cubanos que logren tocar suelo norteamericano.
Source: Los refugiados cubanos vuelven a soñar con alcanzar EE UU |
Internacional | EL PAÍS -
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