Cuba en la pantalla: el negocio de las apps
LILIANNE RUIZ, La Habana | Enero 04, 2016
Basta un toque con el dedo índice y un mapa de la ciudad se abre ante
los ojos. Otro, y en la pantalla aparecen recomendados los mejores
restaurantes del país. Muchos programadores cubanos desarrollan
aplicaciones para teléfonos inteligentes y tabletas con contenido
vinculado a los servicios del sector privado.
Rafael Jiménez se graduó en ciencias de la computación en la Universidad
de La Habana. Cuando creó su primera app la distribuyó en varios
talleres de reparación de celulares para darse a conocer. "Fue una buena
idea porque en poco tiempo tenía pedidos para programar nuevas
herramientas", asegura mientras muestra la utilidad que le abrió las
puertas a ese mundo.
Jiménez unificó en una funcionalidad para dispositivos con sistema
Android los servicios básicos que brinda la Empresa de
Telecomunicaciones (Etecsa). Desde enviar un mensaje de texto, realizar
una transferencia de saldo, conocer el estado del tiempo o votar por los
premios Lucas al mejor videoclip cubano.
"La idea era facilitarle a la gente las tareas con el móvil", asegura el
orgulloso creador de la aplicación, que hizo la interfaz por un deseo
personal, pero después comprendió que se había topado con un nicho de
mercado. "Muchos desarrolladores crean aplicaciones por sus propias
necesidades y descubren que terminan sirviéndole a mucha gente", afirma
Jiménez.
Entre los caminos para distribuir estas herramientas se encuentra el
llamado paquete, donde junto a los audiovisuales y la música, cada día
se agregan más programas para computadoras además de apps, la mayoría de
las cuales han sido desarrolladas por programadores del patio y están
diseñadas para funcionar sin necesidad de conectarse a internet.
Además de las utilidades para hacer más eficiente el uso de los
celulares, también proliferan la que dan visibilidad o ayudan en la
gestión a los negocios por cuenta propia. Algunos de estos empresarios
ya piden "a la carta" la app que necesitan. Es el caso de Pedro Sierra,
chofer de taxi, que con su Chevrolet de 1956 pasea turistas por toda la
Isla.
El conductor conoció a un joven apasionado de la programación y decidió
invertir en una herramienta que ha hecho más eficiente su trabajo.
"Quería algo parecido a Google Earth pero que trabajara sin conexión",
cuenta. Al final compró una app, cien por cien cubana y pensada
especialmente para sus necesidades. En la pantalla de su tableta, Sierra
dibuja el trayecto y la utilidad calcula la distancia y el gasto de
combustible.
"Ahora puedo definir las tarifas antes de iniciar el viaje", comenta el
chofer, quien lleva el dispositivo colocado en un soporte pegado en el
interior del parabrisas. "No tengo nada que envidiar a los que tienen un
TomTom satelital", alardea.
El graduado de informática que le vendió la app, tuvo que hacerlo de
manera ilegal. La licencia para trabajo por cuenta propia que permite
laborar como programador de equipos de cómputo no incluye la
comercialización de software. Las operaciones deben hacerse sin
reconocimiento legal y el pago, en efectivo.
Para los cubanos radicados en la Isla aún no es posible manejar una
cuenta de PayPal debido a las restricciones financieras del embargo
estadounidense, y pocos cuentan con tarjetas de crédito o débito que le
ha enviado algún familiar emigrado o que han logrado hacerse durante un
viaje al extranjero.
Esa limitación impide a muchos comprar herramientas de pago en Google
Play para mejorar su trabajo. Tampoco pueden poner a la venta sus
creaciones, por la falta de mecanismos de pago. Registrarse en el sitio
para obtener una licencia como desarrollador conlleva una transferencia
electrónica de 25 dólares.
Sin embargo, los obstáculos no frenan el negocio nacional de las apps.
Isladentro es una de las más populares en Cuba. Se trata de una guía
para viajeros disponible de manera gratuita y con un diseño muy
atractivo. En su interfaz aparecen los servicios, estatales y privados,
ordenados por provincia.
A falta de internet, para hacer uso de Isladentro, un dispositivo debe
estar conectado a la red de telefonía móvil para que funcione la
localización a través de las antenas de la red celular. "Creamos esta
aplicación para que funcione totalmente offline", explica a 14ymedio
Indhira Sotillo, directora del equipo de trabajo que desarrolló la utilidad.
Isladentro no ocupa demasiado espacio en la capacidad del dispositivo,
funciona tanto en iOS para aparatos de Apple, como para los que cuentan
con el sistema operativo Android, aunque en el primer caso debe
realizarse primero el jailbreak (desbloqueo) del móvil o del iPad.
El sueño del equipo es poder subir Isladentro a la plataforma Google
Play, como ha ocurrido con otras apps producidas en Cuba al estilo de
AlaMesa y Ke Hay Pa Hoy. Por el momento sólo pueden hacerlo para su
descarga gratuita o a través de amigos o familiares en el extranjero que
cobren por ellos el importe de la descarga.
Sotillo prefiere ser cautelosa y no poner en peligro lo que ya se ha
logrado. "No es lo mismo que aparezcan una o dos apps hechas en Cuba [en
la tienda digital] a que aparezcamos todas. Puede ser que no pase nada o
quizás nos tumben de un día para otro".
Mientras tanto, Isladentro continúa actualizándose en información,
diseño y códigos. Los emprendedores cambian sus ofertas y surgen nuevos
restaurantes a lo largo del país, otros cambian de lugar o cierran. "Eso
nos obliga a trabajar continuamente", dice Sotillo con una convicción
que no deja ninguna duda sobre su capacidad e ingenio para crear en el
futuro una empresa de software a mayor escala.
Source: Cuba en la pantalla: el negocio de las apps -
http://www.14ymedio.com/nacional/Cuba-pantalla-negocio-apps_0_1919808005.html
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