Qué calor!

¡Qué calor!
LUNES, 28 DE JULIO DE 2014 00:23 ESCRITO POR AIMÉE CABRERA

Cuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) "Cuba es un eterno
verano", dice una frase que invita a los turistas extranjeros a visitar
la Isla durante cualquier época el año. Pero, ¡cuidado!, porque este año
las temperaturas han estado demasiado altas, incluso desde enero.

Las madrugadas son muy calurosas y la mañana muy soleada. Después del
mediodía, los rayos del sol no dejan apenas abrir los ojos a quienes no
portan gafas de sol o sombreros.

Según reportes meteorológicos, otros años han sido tan calurosos como
este 2014. Quizás sea la costumbre del cubano de catalogar como más
caliente al período presente, por eso de exagerarlo todo.

"Para colmo ahora está también el polvo del Sahara, hay más calor y es
un calor raro", comenta una anciana que mueve sin cesar su abanico de
sándalo.

No hay cómo quitarse de encima ese calor que molesta hasta en la sombra.

Es difícil creer que La Habana alguna vez fue un bosque. Debido a la
tala desproporcionada, hay largos tramos de la ciudad sin árboles, donde
los transeúntes no se pueden guarecer del intenso sol. Algunos parques
tienen sus asientos vacíos por esta causa. Los árboles cercanos a los
bancos, son aún pequeños.

El Vedado, que se caracterizaba por sus árboles, ha perdido más de la mitad.

Hay turistas extranjeros que parecen disfrutar el sol habanero. Llevan
ropa playera y protegen sus pieles con lociones: una novedosa manera de
broncearse que solo ellos resisten.

Una señora camina por un tramo de la Calle 27 donde los álamos aparecen
uno a continuación del otro, y conversa con un niño que va a su lado. Al
terminar la calle, ambos se toman de la mano y corren hasta llegar a la
siguiente calle, a pesar de que usan gorras y lentes para el sol.

Las mujeres abren sombrillas sin que llueva. Las llevan de todos los
tamaños; a veces son paraguas. "Mientras más grande, mejor", parece
decir una pareja a la que solo se les ven las sandalias, protegidos por
un paraguas de colores llamativos.

"Si me ven así, me ponen una multa, pero no doy más", confiesa a los
pasajeros el chofer de un taxi particular vestido con bermuda y
camiseta, en el caluroso recorrido que va desde Alamar hasta el centro
de la capital.

En los horarios en que las tiendas deben ahorrar electricidad y apagan
los aires acondicionados, el calor es desesperante. Apenas se ven
personas en estos anticomercios en los que "multan" al cliente, le
hablan en mala forma, le dan mal el cambio y además trabajan sin
climatización.

En los departamentos de venta de cárnicos la peste es insoportable. En
el de efectos electrodomésticos, el dependiente se quita el sudor de la
frente cuando prueba un equipo y mira con mala cara al cliente que no
está satisfecho. En la peletería prefieren decir que solo hay las tallas
de calzados que están en exhibición, para evitar buscarlos en el
sofocante almacén de la trastienda.

Sin embargo, en los horarios en que funciona el aire acondicionado, el
mal trato por parte de los dependientes sigue, pero la gente los ignora
y entra a la tienda a mirar, a hacerse los que van a comprar algo y a
acoger fresco.

Los ventiladores echan un aire caliente y comprarse un aire
acondicionado es el sueño de todo cubano con alguna solvencia por encima
de la media. Con estos aparatos, el consumo de la electricidad asciende
mucho pero quienes pueden, lo pagan.

Lo peor son los apagones. Los de la madrugada son indescriptibles. Los
residentes en espacios reducidos con barbacoa se van para la calle y se
sientan en las aceras.

Transcurre julio. Todavía falta agosto, considerado el mes más caluroso.
No obstante, hay quienes opinan que septiembre es bien caliente y solo
refresca cuando hay mal tiempo.

Este verano, la comida se echa a perder dentro del refrigerador, el
hacer un viaje en un ómnibus urbano es toda una proeza y, antes de
saludarse casi todos exclaman "¡qué calor!".

Para Cuba actualidad: aimeecabcu2003@yahoo.es

Source: ¡Qué calor! | Cuba noticias actualidad.Periodismo independiente.
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