Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) -  En septiembre de 1980, como 
era de rigor, se proyectó a los cadetes el documental El espía 
Francisco.  En 1966 un militar fue acusado, condenado a muerte y 
ejecutado por ser espía de los Estados Unidos.  Eso narraba el material, 
y advertía a los futuros oficiales de las fuerzas armadas y el 
Ministerio del Interior sobre el destino de los espías.
Los espías sirven a las dictaduras para reforzar la represión y la idea 
de plaza sitiada. Cuando no cumplen estos paradigmas no existen. Por 
eso, los espías por excelencia son los norteamericanos. Los agentes de 
la Agencia Central de Inteligencia (CIA).  Los que no tengan esa marca 
pasaran sin penas ni glorias para los medios de comunicación.
Ese es el caso de los expulsados espías españoles, oficiales del Centro 
Nacional de Inteligencia (CNI).  Según los medios de prensa 
internacionales, estaban involucrados en obtener información sobre 
terroristas vascos en La Habana. Algunos medios sugieren que estaban 
involucrados en las sustituciones de Carlos Lage, Felipe Pérez y 
Fernando Remírez. Sin embargo,  ellos no son agentes "malos".  Pasarán 
sin penas ni glorias por la prensa y los medios del gobierno.
El hecho no es novedoso. La explosión el 3 de octubre de 1960 del buque 
francés La Coubre, fue achacada a la agencia de inteligencia 
norteamericana. No obstante, los historiadores mantienen la hipótesis de 
que el atentado fue organizado por  independentistas argelinos. Las 
razones más racionales están en una confusión. Ellos vieron un buque 
francés cargado de armas en Bélgica. La lógica los llevó a pensar que 
las armas serían para los argelinos pro-franceses.
Otro caso sucedió a principios de la década del ochenta, cuando la ex 
oficial de inteligencia, Mayra López, detectó la presencia de un espía 
libio en La Habana. El agente norafricano fue expulsado varios meses 
después de ser detectado y pasar una temporada en el cuartel general de 
la policía política, Villa Maristas. Para el gobierno militar fue más 
importante promover el incidente del bombardeo norteamericano a los 
terroristas libios. La defensa de la soberanía nacional no la consideró 
tan importante.
A principios de este siglo, los iraníes establecieron en su embajada en 
la Habana un sistema de bloqueo de las señales televisivas que los 
norteamericanos enviaban en persa. El incidente fue reportado por las 
autoridades norteamericanas. Rápidamente, la policía política cubana 
expulso a los diplomáticos iraníes implicados en el hecho. El incidente 
nunca trascendió.
Para el gobierno cubano existen espías buenos y espías malos. Recordemos 
el tratamiento dado a la red Avispa, descubierta en los Estados Unidos. 
Los cinco que se declararon culpables y cooperaron con las autoridades 
americanas no existen.
Cuba: Espías buenos, espías malos (1 June 2009)
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