2007-12-24.
Julio Beltrán Iglesias, Corresponsal en la isla de Misceláneas de Cuba
Al entrar en El Rancho, caserío este ubicado en Santiago de las Vegas,
Municipio Boyero, Ciudad de La Habana, el corazón se me detuvo, como
mismo se detuvo el tiempo en aquel poblado. Los ojos se me aguaron, la
tristeza me cundió al ver tanta pobreza y poderla tocar con mis propias
manos, por así decirlo.
Jamás pensé ver, oler, caminar tanta pobreza dentro de mi propio país.
No existen aceras ni asfalto en este caserío ubicado en la capital. Las
casas son de madera, en las cuales en un espacio no mayor de cinco
metros de largo por cuatro de ancho podemos encontrar cuatro o cinco
viviendas de familias distintas, con dos o tres matrimonios viviendo
dentro de ese espacio; con techos de lo que aparezca, lo mismo de madera
que de nailon. Creo que cuando llueve es mejor sentarse afuera bajo la
lluvia que permanecer dentro de la vivienda.
Jamás pensé que existiera un lugar así en Cuba que lucha tanto contra la
pobreza y la critica severamente.
Lo que sí me llamó mucho la atención fue que cuando nos adentramos al
caserío vimos unos palacios, por así decir, dentro de todas esas penosas
viviendas que allí existen. ¿Y quién vive allí?, pregunté. Los
millonarios del lugar son los que representan al Gobierno: el Delegado,
el Presidente del Comité y sus familiares.
¡Hasta viveros tienen! ¿Qué es eso?, pregunté. Unas parcelas de tierras
sembradas con plantas ornamentales que les sacan una pila de peso, me
respondió un señor que allí entre nosotros se encontraba. No mencionaré
su nombre para no causarle más problemas de los que ya tienen, pero sin
duda esto nadie lo puede borrar; cualquiera puede llegar y ver si es
verdad o mentira.
Firmamos algunas escenas con una vieja cámara que llevamos y muchos
vecinos nos dieron sus opiniones y hasta nos declararon que sí estaban
de acuerdo con un cambio hasta político y de gobierno, ya que el actual
no se preocupaba por nadie y solo hace promesas, las cuales no cumplen
ni cumplirán.
Nos comentaba una señora que le ha solicitado al Delegado ayuda para
arreglar su casa, y un señor minusválido que se les ha acercado también
a pedir ayuda a estos funcionarios, los cuales les han respondido
públicamente: "Nosotros no ayudamos a la contrarrevolución." Eso, tan
solo por decir lo que piensan y lo que ven.
Nos comentaba Ernesto Días Silva, minusválido, que ni una silla de rueda
decente tiene, ya que este Gobierno no le ha dado la facilidad de
comprarla: "Con solo 150 pesos en MN (Moneda Nacional) que recibo al
mes, pretenden que yo pueda comprarme una prótesis que me cuesta 240 MN.
Son unos bárbaros y tú oyes como les donan esas cosas a personas de
otros países. ¿Y los suyos qué?"
¿Cómo un país que aboga porque no exista tanta pobreza o porque se
elimine la pobreza en la tierra, tiene una población tan pobre? Este
gobierno está tan ciego que no se mira a sí mismo antes de criticar a otros.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13320
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