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Tuesday, December 25, 2007

CUBA: UNA TRANSICIÓN RAZONABLE (10)

CUBA: UNA TRANSICIÓN RAZONABLE (10)
2007-12-21. Página personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/
Pablo Felipe Pérez Goyry, Analista y Periodista Independiente
La Guerra de los Diez Años (1868 – 1878) [2]

Ciudad de la Eterna Primavera, otoño de 2007.- Síntoma de las divisiones
internas y que van a resentir la estructura de las fuerzas
independentistas es la decisión de la Cámara de Representantes de
destituir a Carlos Manuel de Céspedes (1873); en Lagunas de Varona,
Vicente García y otros generales exigen la modificación de parte de la
Constitución de Guaímaro, una Reforma General del Gobierno en Armas y la
destitución del Presidente interino Salvador Cisneros Betancourt; los
villaclareños y camagüeyanos rechazan de plano los dirija jefes de otras
regiones.

Mas adelante Cisneros renuncia y se convoca a elecciones para renovar la
Cámara. El mando conjunto de Oriente y Camagüey queda en poder de
Vicente García.

No obstante, Gómez no renuncia a su intención de avanzar hacia el
occidente de la isla. Con más de mil hombres, a principios de 1875,
cruza la trocha defensiva de "Júcaro a Morón" que los españoles tienen
levantada entre ambas costa para evitar el avance de las tropas
independentistas hacia el occidente y puedan estos extender la guerra.

Los españoles, con sus fortines y 22 batallones, no pueden detener la
invasión y las tropas mambíes logran ingresar a Las Villas, y algunos
destacamentos incursionan en la provincia de Matanzas. Como balance de
la invasión, el Ejercito Libertador destruye 83 ingenios azucareros,
ocupa dos mil caballos y mil fusiles. Infortunadamente, Ignacio
Agramonte, Calixto García y Carlos Manuel de Céspedes fueron muertos, y
con ellos se inicia el declive de la guerra. Las batallas continúan y no
falta alguna que otra victoria.

En 1976, España envía a la isla al general Arsenio Martínez Campo, con
la misión de poner fin a la guerra. La Cámara de Representantes elige
como presidente de la República en Armas a Tomás Estrada Palma, quien
cae prisionero en 1877, y a mediados de este año las tropas de Vicente
García se oponen a marchar a Las Villas. Por estas fechas, los
holguineros se declaran autónomos y forman su propio gobierno, el
"Cantón de Holguín". No hay dudas que la situación es compleja y la
desmoralización quebranta el optimismo del Ejercito Libertador, que ya
está abocado al descalabro por estar diezmado y tras registrar 200.000
bajas. Una esperada intervención estadounidense no llegó a producirse.

Todos estos eventos serán la antesala de la "Paz del Zanjón" (Camagüey),
que se firma en febrero de 1878 y que pactaba:

- la abolición de la esclavitud en Cuba,
- la entrega de las armas de los insurrectos cubanos,
- se ofreció la amnistía a los presos por motivos políticos desde 1868,
- la salida de la isla a los líderes rebeldes,
- la emancipación de los negros y asiáticos que participaron en la
insurrección,
- España acepta que Cuba tenga los mismos derechos políticos y
administrativos que Puerto Rico.

Antonio Maceo no se somete al pacto (Protesta de Baraguá) y decide
proseguir la lucha, pero no logra su objetivo y sale del país. España no
cumple lo pactado y esto estimula el inicio de la Guerra Chiquita (23 de
marzo de 1879), que revive las hostilidades entre españoles y mambíes.
Ante la superioridad de los peninsulares, esta guerra fracasa.

No se debe desconocer que son importantes los triunfos de Vicente
Aguilera, Antonio Maceo y Máximo Gómez, pero, a finales de 1877 sólo
quedaban unos 140 insurrectos en el Camagüey. Si bien es cierto de la
"Protesta de Baraguá" fue un gesto decoroso para el Ejercito Libertador
y la dignidad de la nación cubana, no se puede negar que los eventos
durante el año 1877 no fueron beneficiosos para los mambíes.

La estrategia puesta en práctica por el general Arsenio Martínez Campos
produce frutos. De un lado cercaba a las fuerzas insurgentes y del otro
respetaba la vida de los prisioneros e indultaba a los desertores. A
pesar de esta realidad, Antonio Maceo con sus tropas (constituidas por
negros, mulatos libres, y esclavos libertos) continúa firme en su
determinación de no rendirse y en sangrientas batallas logra victorias
en Palma Soriano, Juan Mulato y San Ulpiano, en este último hace polvo
el batallón español de San Quintín.

El regionalismo enfermizo ayuda a las intenciones de Martines Campos de
poner en aprietos al Ejercito Libertador o a lo que va quedando de sus
desperdigadas tropas y las contradicciones de los jefes. Es así como el
8 de febrero de 1878, los diputados a la Cámara y los Jefes insurgentes
del Camagüey, deciden capitular, sin consultar a los jefes del frente
oriental (Antonio Maceo y Vicente García) y villaclareña (Ramón Leocadio
Bonachea). En San Agustín del Brazo, se toma la decisión de disolver la
Cámara.

La Paz del Zanjón, se firma el 10 de febrero de 1878, y puso fin a la
guerra (1868-1878) entre los independentistas cubanos y el gobierno
español. Contienda heroica que pasará a la historia como un meritorio
intento de los cubanos para librarse del yugo colonial, sin embargo, sus
mayores pecados fueron la falta de unidad nacional y, las pugnas entre
independentistas, anexionistas y reformistas que causan al fracaso de la
guerra. También, se pierda la coyuntura propicia para la independencia
de Cuba. En 1886, se decreta la abolición de la esclavitud, y la
igualdad civil para negros y blancos se promulga en 1893.

Finalmente, mi opinión es que la enérgica Protesta de Baraguá honra el
espíritu independentista de la generalidad de cubanos, que perdura hasta
1895. La Guerra de los Diez Años, también conocida como Guerra Grande, y
la Protesta de Baraguá, consolidan la identidad y talante de la nación
cubana. Una buena razón para reflexionar y anticipar las consecuencias
de la evidente falta de unidad que en este momento existe en el seno de
la oposición anticastrista.

Si se pretende alcanzar una transición razonable en Cuba, bueno sería de
los líderes de la oposición y la nación toda no vacilaran en ilustrarse
sobre los triunfos y fracasos históricos, para descifrar sus
consecuencias. No quisiera se mal interprete y mucho menos que soy
pesimista, empero, con respeto de los que no opinan lo mismo, mi punto
de vista es que los opositores del marxismo-fidelismo, en Cuba y el
exilio, sólo pueden alcanzar el triunfo si renuncian al individualismo
egoísta y morboso; aceptan el pluralismo dinámico en la práctica y no
solamente en palabras a secas; ser coherentes al admitir de que en la
unidad está la fuerza; sus acciones gocen de liberalidad, justicia y
compromiso.

Para este humilde mortal, la historia será siempre un conexo al presente
que es el hoy y el aquí, y si no borramos de la memoria histórica esta
verdad es posible, en el futuro no muy distante, evitar reincidir en
errores execrables y apocalípticos. ¡NAMASTE! [Continúa en Cuba: Una
transición razonable (11)]

©Pablo Felipe Pérez Goyry.

http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=13135

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