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Saturday, December 01, 2007

Carnaval de pobres en Cuba

Carnaval de pobres en Cuba
2007-11-30
Por Beatriz del Carmen Pedroso.
Periodista independiente cubana.

Llegó el invierno en Cuba, con él, un clima inestable, lluvioso y muy
humedo. En el país caribeño se ponen de manifiesto la necesidad y las
carencias. No solo se hace notar en una dieta balanceada y adecuada para
soportar la humedad en los huesos. Claro que no es el único país de
América Latina o a nivel mundial que el cambio de estación no haga
padecer a los estratos sociales más humildes.
Lo cierto es que en la isla caribeña cuando el frío llega surge una gama
de colores y texturas en las calles. La jerga popular le llama a este
desfile callejero y necesario; "carnaval de pobres". Hay que destacar
que no es una fiesta precisamente, las Navidades allí dejaron de ser
una reunión familiar por decreto.
La diversidad de atuendos conque el cubano se proteje de la humedad
haría palidecer al más afamado artista de confecciones de bajo costo.
Es indescriptible lo que se puede apreciar en el invierno cubano en
cuanto a vestimenta se trata. Se puede usar un gris abrigo de astracán
(tela similar a las cortinas en las capillas funerarias) heredado de
antiguas generaciones. Este abrigo puede acompañarse de un pantalón de
cuero de los años 70. Hay quienes prefieren ropa gruesa verde oliva
adquirida de algún oficial retirado, un sueter de la extinta Unión
Soviética o exibir tonos diferentes no combinados en disímiles tejidos.
Lo cierto es señores que un sencillo jacket cuesta como mínimo 30
dólares , unos 780 pesos al cambio en moneda nacional. El doble y más
del salario promedio de los habitantes de la isla.
Esto tocante a moda invernal y urgencia de cubrirse, porque a lo sumo la
temperatura baja a 9°C en algunos lugares, como en Bainoa que bajó a
0.6°C en 1996. No así la lluvia y los vientos que se se hacen notar.
Hay quienes van a la escuela o al trabajo en mangas de camisa, puede que
por vanidad o por carencia.
Por otra parte están los escolares, bajitos y delgados parecen pollitos
mojados con sus uniformes que consisten en shorts y vestidos cortos.
Increiblemente los pantalones largos no los venden hasta el quinto
grado. Ni hablar de un estomago mal nutrido que por regla general es la
mayoría.
Que decir de los desamparados, ya sea por razones de alcoholismo,
drogas, demencia o aquellos luchadores que proceden de las provincias
orientales y que llaman "palestinos".
Sin embargo en esta sociedad de utópico socialismo, las diferencias de
clases se multiplicaron. Hay quienes visten apropiadamente gracias a las
remesas familiares, negocios conservados y bendecidos o puestos de
incalculable suerte y valor dentro de las esferas gubernamentales. Al
que Dios se lo dió, San Pedro se lo bendiga.
El caso es doloroso e injusto, no solo por culpa de un régimen famoso
por su propaganda política y sus poces de víctima, sino por la
cooperación de terceros en su perpetuidad.

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=10166

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