2007-08-12.
Shelyn Rojas, Periodista Independiente
La Habana– Nació en Las Villas en el año 1922. Fue bautizada como Petra 
Serafina Díaz Castillo, pero todos la llaman, cariñosamente, Finita.
Finita fue la única de su familia que no apoyó lo que vino en el año 
1959. Tenía un taller de costura. Era suficiente para vivir con 
tranquilidad. Poco tiempo después del "triunfo de la revolución" le fue 
intervenido, tronchándole su pequeña entrada económica.
En el año 1964 fue capturada y condenada a 10 años de prisión. 
Participaba como enlace de información para los alzados en el Escambray. 
Apoyó con todas sus fuerzas a las guerrillas campesinas que se 
enfrentaron al régimen  en ese entonces.
Junto al año 1980 llegó la ola migratoria conocida como Mariel, en 
alusión al puerto donde embarcaban. Eliseo, el único hijo de Finita, le 
propuso irse del país.
Finita no escapó de los actos de repudio que por aquella época le 
hicieron a todos los que abandonaban el país. Aparte de otros muchos 
epítetos, como a todos los que se fueron anteriormente, les llamaban 
gusanos, que luego hicieron su metamorfosis a mariposa.
Una mañana en su casa escuchó las ofensas de sus vecinos. Los golpes en 
la puerta la alertaron. Al abrir fue recibida por una lluvia de huevos y 
cáscaras de frutas y vegetales en estado de descomposición.
Finita cerró para evitar ser golpeada por la turba que se abalanzaba 
contra ella. Al poco rato escuchó la orden de abrir en nombre de la ley. 
  No tuvo tiempo de limpiar ni cambiarse de ropa. Fue trasladada hacia 
la estación de policía.
Al mismo tiempo su hijo en su centro laboral, un organismo de la Central 
de Trabajadores de Cuba (CTC), era golpeado por sus compañeros de 
trabajo. De igual forma le gritaban traidor.
Fue expulsado del centro laboral. Eliseo quedó lesionado a causa de los 
golpes que recibió en la cabeza. Una mano le quedó inmóvil. Poco tiempo 
después le fue amputado un pie. Luego falleció de un infarto.
Finita ya no tenía motivos para emigrar. A cambio, decidió los años que 
le quedaran de vida luchar contra el régimen.
Pronto Finita cumplirá 85 años. Ha pertenecido y colaborado con muchos 
grupos defensores de los Derechos Humanos. El año pasado sufrió un 
derrame cerebral, apenas puede hablar.
Aún se mantiene en pie. Junto a las Damas de Blanco, mujeres familiares 
de los 75 prisioneros de conciencia de la ola represiva del año 2003, 
marcha los domingos desde la Iglesia Santa Rita por la Quinta Avenida. 
Como Dama de apoyo Finita pide la libertad de todos los presos políticos 
y de Cuba también.
En su humilde casa cerca de La Palma, en los límites de los municipios 
Arroyo Naranjo y 10 de Octubre, tiene una biblioteca independiente. La 
nombró Damas de Blanco, en honor a las valerosas mujeres. Afirma que las 
quiere como a sus hijas.
Finita sólo pide un deseo. Morir luego de que su patria sea libre. Sabe 
que le queda poco, la salud se le deteriora. De no llegar, exige a sus 
amigos que su féretro lo llenen con pegatinas de la palabra CAMBIO antes 
de ser enterrada. De esa forma piensa que descansará en paz, cerca de 
Dios, junto a su hijo.
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/article.asp?artID=11145
No comments:
Post a Comment