Estertores del totalitarismo

Estertores del totalitarismo
agosto 31, 2016 3:32 am

Marianao, La Habana, Rogelio Fabio Hurtado, (PD) Recientemente publicó
el diario Granma una carta de un usufructuario de tierra de Sagua la
Grande, quien asegura haber formalizado su contrato para cosechar arroz
durante diez años y está bajo la presión del director del central y del
delegado del Ministerio de agricultura en dicho territorio, quienes le
exigen que coseche caña en vez de arroz.

Refiere el susodicho haber sido incluso multado (mil pesos cubanos) por
persistir en su intención original de cosechar arroz. Dice haberse
quejado en distintas estancias, y que recibió en todos los casos la
callada por respuesta.

Nadie quiere enfrentarse con los pejes gordos, quienes siguen detentando
poder real, aunque leyes y decretos de última hora parezcan conceder
beneficios relativos a los cuentapropistas y usufructuarios.

Más de 50 años de Ordeno y Mando como método favorito de gobierno,
ejercido a rajatabla, sin atender a sus resultados reales, no se
desvanecen de la noche a la mañana.

El rotundo fracaso del sistema totalitario para sacar adelante la
economía da lugar a que la élite burocrática busque auxilio de urgencia
con pequeñas concesiones, que equivalen a introducir medidas
superficiales para explotar indirectamente los esfuerzos productivos de
algunos individuos, en tanto vociferan que la mediocre propiedad estatal
continúa siendo la principal garantía de la productividad nacional, por
demás inexistente.

Quieren seguir los burócratas aprovechándose de su monopolio político
para someter a la economía a retorcijones estériles, con tal de
permanecer soldados a sus cargos y a todas las prebendas que los acompañan.

Me gustaría saber si los usufructuarios de tierras estatales pueden
afiliarse a la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, si bien me
temo que ni siquiera esa Asociación les daría protección alguna, puesto
que el latifundismo estatal pone énfasis en conservar para sí la
propiedad de una tierra que es incapaz de explotar. Al no concederles la
categoría de dueños, no pueden integrarse a esa por demás inoperante
"polea de transmisión", de acuerdo con la terminología leninista.

Dentro de dos o tres semanas, otro flamante burócrata publicará una
respuesta, dándole al usufructuario la razón en parte, solo en parte.
Para entonces, lo más probable es que el hombre ya se haya plegado a las
presiones de los pejes gordos o habrá renunciado al pedacito de tierra.

Con estos bueyes no podemos arar.
rhur46@yahoo.com; Rogelio Fabio Hurtado

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