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Thursday, June 02, 2016

La crónica de un retiro

La crónica de un retiro
mayo 31, 2016 2:07 pm por Juan Gonzalez Febles

Lawton, La Habana, Juan González, (PD) Desde la siempre fraterna
MartiNoticias, nos llega con la autoría de Armando de Armas, su trabajo
titulado: "Fernández Mell: embajador de Cuba, alcalde de La Habana y
jubilado en Galicia".

Se trata de la crónica del retiro de uno de los más fieles y eximios
servidores del líder histórico del desastre nacional cubano y culpable
en jefe, de todo lo peor Cuba adentro: Fidel Castro.

A algunos que leyeron la entrega de Armando de Armas les cuesta trabajo
entender cómo es posible que Oscar Fernández Mell, que estuvo con Fidel
Castro en la Sierra Maestra durante la "guerra" manigüera contra
Fulgencio Batista, que fue amigo íntimo del Che Guevara, la fría y
eficiente máquina de matar, general, jefe médico y un muy alto
funcionario en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, embajador en
Inglaterra y Finlandia, alcalde durante más de diez años de La Habana,
ahora vive ausente de la "gloria en que han vivido", en la Galicia de
nuestra desgracia y sus ancestros.

Lo más coherente es que hubiera permanecido por acá, en el infierno que
contribuyó a crear. ¿Qué hace tan lejos?

En Cuba, Fernández Mell se hizo acreedor de una cómoda residencia en el
Miramar del privilegio, que recibió como botín y no como fruto de
esfuerzo honrado alguno.

¿Por qué alguien con su nivel de compromiso se va tan lejos a disfrutar
su tajada del pastel?

Parece ser una tendencia que algunos escogidos entre los paniaguados y
herederos sin gloria, se vayan a España, Italia, Estados Unidos, etc., a
terminar en paz su periplo de servicios. ¿Se tratará de que alguien les
preserve de algunos horrores que vendrán?

Fernández Mel, como reseña el trabajo publicado por MartiNoticias, en su
momento y en calidad de embajador extraordinario y plenipotenciario de
Cuba en el Reino Unido, fue responsable del incidente protagonizado por
uno de los miembros de la misión diplomática castrista por aquellos
lares. En el mejor estilo de los sicarios de carteles criminales
latinoamericanos, un funcionario a él subordinado abrió fuego de forma
indiscriminada en una concurrida calle de la capital británica para
asesinar o impedir la deserción de otro diplomático. Dejó a un hombre
con heridas de bala. El gobierno británico expulsó a Fernández Mell y al
otro involucrado en el hecho delictivo.

En Cuba, Fernández Mell no la pasó nada mal. Por un tiempo, vivió en las
residencias que ocupaba el argentino Ernesto Che Guevara, a quien
acompañó en su errática y fracasada aventura africana. También, ligó
bueno, lo mejor de su tiempo. Su novia y después esposa, Odalys Fuentes,
fue una famosa y por entonces bellísima modelo televisiva que promovió
la cerveza Hatuey y los maquillajes y cosméticos Max Factor. El propio
Guevara, que no siempre anduvo ocupado en matar a alguien, fue el
padrino de sus esponsales.

Como Fernández Mell ya tiene más de ochenta años, está en el momento
adecuado para más de un retiro. ¿A qué le teme?

Por lo pronto y para mantener la mente positiva, me pregunto: ¿Será
posible que le consiga acomodo por allá a Raúl Castro? De ser así,
prestará el servicio más valioso de su vida. Servicio que todos por acá
le agradeceremos eternamente.
j.gonzalez.febles@gmail.com; Juan González

Source: La crónica de un retiro | Primavera Digital -
http://primaveradigital.net/la-cronica-de-un-retiro/

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