El Día de los Reyes Magos fue un día de terror en Cuba
enero 21, 2016 11:59 am·
El Globo, Arroyo Naranjo, Agustín López, (PD) Procedo de una muy
humilde familia campesina. Sin embargo, recuerdo que nos daban mucha
felicidad y alegría las Navidades, el fin de año, el Día de los Reyes
Magos. Fidel Castro y su "revolución" acabaron con todas esas
celebraciones. Claro, para los de abajo. Los de arriba siguieron
disfrutando de ellas.
Recuerdo que los días seis de enero me despertaba y lo primero que
hacía era buscar debajo de la cama donde había dejado la cartica para
los Reyes Magos pidiéndole el juguete preferido. No fui un niño egoísta
o ambicioso, siempre pedía un carrito. Aunque creía en los Reyes
Magos, intuía que eran pobres y aceptaba lo que me trajeran, antes de
que descubriera que era lo que me podían comprar, sobre todo gracias al
esfuerzo de mi madre.
Pero llegó Fidel Castro y su "revolución", queriéndolo cambiar todo a su
"imagen y semejanza". Se jodieron las Navidades, el fin de año y el Día
de Reyes. "Se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar",
como decía aquel infame estribillo de los años 60.
Con el ocaso de Fidel Castro, las relaciones diplomáticas con los EE.UU
y las supuestas reformas raulistas, pensé que todo eso había quedado en
el pasado. Pero no, que es presente y muy real: la orden del Comandante
sigue vigente.
Con ayuda del exilio – por supuesto, porque la mayor parte de los
cubanos de abajo solo tenemos para malcomer- intentamos a través de las
bibliotecas independientes y otros grupos de pensadores libres rescatar
el Día de los Reyes Magos.
¿Cuál fue la respuesta de gobierno? Primero, amenaza de allanamiento y
prisión para los que se atrevieran; sitio policial de las casas,
después, y por ultimo, para algunos, el robo de los juguetes comprados
para los niños.
El robo fue a la fuerza, con violencia por parte de la Policía Nacional
Revolucionaria y la policía política, por órdenes directas del
presidente del gobierno, Raúl Castro.
Cerca del mediodía del pasado nueve de enero se situaron tres
patrullas de policías, con dos agentes de la policía politica, a unos
100 metros de la casa de Ada María López Canino, donde se iba a celebrar
el cumpleaños de sus hijas junto con la actividad por el Día de los
Reyes Magos programada por ella y sustentada por caritativos y
bondadosos cubanos y otros ciudadanos del exterior que hicieron
donaciones a la la Biblioteca Comunitaria Independiente "José Martí".
El martes cinco, en horas de la tarde, se había presentado en la casa
el agente Marcos, para intentar convencer a Ada María de que no hiciera
la celebración. Ante su negativa a ceder y permitir la violación de
nuestros derechos, el agente le había dicho con toda autoridad que no
iban a permitir la celebración y la repartición de los juguetes.
El jueves siete de enero, en la mañana, después de varios intentos de
la Gestapo Castrista para que Ada María asistiera a la estación de
policías de Santiago de las Vegas, la interceptaron cuando salía de su
casa.
A Marcos lo acompañaba Luisito, el jefe inmediato de los operativos
dominicales en el parque Gandhi contra las Damas de Blanco. Volvió a
las amenazas, asegurándole que no permitirían la celebración y que
allanarían la vivienda.
Los agentes se marcharon luego de advertir que regresarían a las 18
horas. Los esperamos preparados para lo peor y para defendernos en caso
de allanamiento. No íbamos a acatar ninguna orden de registro así
viniera firmada por el mismisimo presidente del gobierno.
Gracias a Dios no vinieron. Luisito comunicó por teléfono que vendría al
otro día a las 10 de la mañana, pero se personó casi al mediodía.
Todos estos plazos y demoras son estrategias psicológicas utilizadas
para mantenernos en tensión, que a unos debilita y a otros, los que
están decididos a llegar al final sin claudicar, fortalece.
Esta vez las cosas habían cambiado. No sin antes ratificar la amenaza
de que ellos podían allanar la casa y llevarse todo, inclusive la
computadora, Luisito nos comunicó que iban a permitir la celebración,
pero que no utilizáramos los niños con fines políticos. Como si
nosotros fuéramos los que adoctrináramos a los niños con la pañoleta en
el cuello y los hiciéramos repetir la consigna "Pioneros por el
comunismo, seremos como el Che".
Quedamos en eso y en que colocarían una patrulla a cada lado de la
calle, pero distanciada de la casa. Así que no esperábamos ver tres
patrullas casi al frente de la casa.
Cerca de las 14 y 30 llamó el agente Luisito. Ada le dijo que no habían
quedado en eso, y le preguntó si no tenían palabra. ¿Cómo iban a estar
esas tres patrullas casi en el frente de la casa? ¿Querían aterrorizar a
los participantes en la fiesta?
Unos minutos después los autos policiales cambiaron de posición y se
colocaron un poco más alejados, a unos 150 metros, en la calle Varona,
donde entronca con Vento.
A las 15 horas ya se habían reunido más de 30 niños y algunas madres.
El cake debía ser recogido a las 16 horas, pero como es usual, tenía un
retraso de una hora.
Ya a las 16 horas la sala y el comedor estabas llenos. Había unos 40 o
50 niños y algunos mayores. Algunos casi adolecentes permanecían fuera
con algunas mamás que no deseaban entrar, o quizás tenían deseos de
entrar pero el miedo se los impedía: sabían que eran observadas por la
policía.
Les propuse a las madres que habían entrado repartir los juguetes, pero
no estuvieron de acuerdo porque alegaron que quien controlaría a los
niños con juguetes en las manos.
Esperamos. A las 17 horas trajeron el cake en hombros desde una
distancia de dos kilómetros, los otros dos hijos de Ada, Giovy y Norelvi.
Después de algunas fotos y unas palabras de Ada y mías, comenzamos a
repartir las cajitas con el cake, bocadillos y refrescos, y ya al
final, los juguetes.
Detectamos a algún niño escondiendo su juguete para agarrar otro. No lo
reprendimos, le explicamos. Otros, después de agarrar el suyo, al ver
otro juguete más atractivo pedían que se lo cambiaran, y accedíamos a su
petición.
Así, repartimos cerca de 120 juguetes. No había más de 65 niños, pero
algunos pedían para un primito al que no lo habían dejado venir. Quizás
engañaban, pero qué le vamos a pedir a un niño criado en un sistema
donde más del 80 % de las personas roban y mienten abiertamente. Hay que
irlos conduciendo con mucho tacto para llevarlos al civismo.
Periodistas independientes tomaron fotos y videos de la celebración.
Terminamos cuando ya oscurecía.
Antes de que los policías y los dos de la Seguridad del Estado se
marcharan, acompañado del periodista Reinaldo, del ICLEP, les llevé
una cajita para cada uno. Les expliqué que se las llevaba en una jaba
para que no fueran vistas por curiosos y lo tomaran como un chantaje.
No las aceptaron. El agente Marcos se los prohibió. Pero no creo que
alguno tuviese el valor suficiente para aceptarlas y arriesgarse a ser
amonestado.
-Es su problema -les dije-, somos cubanos de abajo y no les guardamos
rencor por lo que hacen. Yo he llorado mucho por Cuba y estoy seguro que
ustedes aun no. Que tengan buenas noches.
Otras bibliotecas independientes sufrieron peor suerte. Como de la de
Caonao, en Cienfuegos. A Geosbany Alfonso, el esposo de Tania, la
directora de la biblioteca, cuando se trasladaba con 22 juguetes para
niños de Aguada de Pasajeros, fue detenido por el agente Raúl y el
mayor Castellanos, de la Seguridad del Estado. Fue subido por la
fuerza a un auto y conducido a una estación policial donde le
quitaron los juguetes.
Hace unos meses, Cuba fue retirada de la lista de los países señalados
como terroristas. Me pregunto: esto que hicieron el Día de Reyes, ¿no
es terrorismo?
agustinlopez1955@yahoo.com; Agustín López
Source: El Día de los Reyes Magos fue un día de terror en Cuba |
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