Más preguntas que respuestas tras la reunión del G-20 para tratar la 
propuesta de una Ley de Cine
MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 1 Nov 2015 - 1:10 pm.
La censura, el tiempo de espera para la normativa y los mecanismos de 
financiación del sector, son tres cabos sueltos a seguir debatiendo.
El llamado G-20 aprobó este sábado el documento Hacia una nueva Ley de 
Cine, aunque hayan quedado más preguntas que respuesta sobre el proceso 
que ha llevado hasta este punto.
En la "asamblea" que realizaron los cineastas en el centro cultural 
Fresa y Chocolate, de La Habana, quedó claro que la censura, el tiempo 
de espera para la ley y los mecanismos de financiación del cine, son 
tres cabos sueltos a seguir debatiendo.
El documento respaldado por el G-20 será enviado al Ministerio de 
Cultura y otros organismos del Estado, según se anunció antes del 
encuentro, al que asistió el presidente del Instituto Cubano del Arte e 
Industria Cinematográficos (ICAIC), Roberto Smith.
La idea general es que, aunque la construcción de la Ley es potestad del 
Estado, es indiscutible que los cineastas necesitan una nueva estructura 
económica y jurídica, que facilite la producción audiovisual.
Tras el análisis del documento por la productora Lía Rodríguez Nieto, 
que ha tenido bajo su responsabilidad los detalles jurídicos de la 
propuesta, las preocupaciones siguen siendo las mismas de hace dos años: 
la censura —que pide una revisión de la política cultural— y los 
mecanismos de fomento, ya sea por mecenazgos, por fondos y ayuda, que 
exigen una solución más expedita.
El tiempo de revisión de la Ley y la presentación en la Asamblea 
Nacional parece prolongarse demasiado.
Para Roberto Smith, "que no se hayan aprobado las normativas también 
entorpece la redimensión del ICAIC"; sin embargo, según explicó 
Rodríguez Nieto, la nueva propuesta pretende integrar al ICAIC a un 
sistema más amplio, no al revés.
Pero, ¿cómo conciliar la censura con la retórica del funcionario y con 
una Ley que pretende cambiar, por su importancia, las relaciones de 
propiedad; que pretende ser amplificadora del cine cubano?
Smith aseguró que los documentos que se refieren a las normativas más 
inmediatas están entregados debidamente al Ministerio de Cultura y al de 
Justicia, y que no entiende "cómo una propuesta tan sensata está siendo 
demorada".
Según el realizador Kiki Álvarez, tras "dos años intentando dialogar" la 
propuesta de una Ley de Cine "ha encontrado oídos sordos".
"Nos han atacado desde Ministerio de Cultura hasta DIARIO DE CUBA", 
afirmó Álvarez.
Ni la UNEAC ni los sindicatos se han pronunciado. La cineasta Magda 
González recordó cómo en una primera etapa los que impulsaron la 
propuesta fueron estigmatizados como "grupo de disidentes".
La intervención de Smith, aun cuando no haya convencido a muchos en el 
encuentro, pareció querer dar la sensación de que el ICAIC es parte del 
proceso, que están siendo marginados o desoídos todos: creadores y 
funcionarios.
El crítico Gustavo Arcos opinó que quedan "difusos" cuatro puntos en el 
proyecto: el primero, en relación con el compromiso que va a tener el 
ICAIC con la exhibición nacional, en especial con las películas de temas 
incómodos; el segundo, el compromiso de la nueva Ley con las escuelas de 
cine; el tercero, la inclusión de los críticos y técnicos en los 
espacios de debates y en la Ley y, el cuarto, la inversión del 
empresario cubano que se avizora en la Cuba del futuro.
Otros manifestaron preocupaciones similares: ¿se necesitarán permisos de 
producción para películas incómodas? ¿los cubanos que viven en el 
extranjero estarán comprendidos también en el registro como creadores?
Y si el registro de estos cineastas del exilio depende de la voluntad 
personal, como dijo Arturo Arango, no se mencionó si el G-20 como 
organización o el ICAIC como institución están proyectando una 
estrategia para propiciar un ambiente de confianza que permita a 
productores independientes y exiliados integrarse.
¿Cuánto queda garantizado el respeto por la creación? Es otra de las 
preguntas en el aire. "Depende de cuánto se pueda ser capaz de 
negociar", dijo Rodríguez Nieto.
Negociaciones que, si no se tiene cuidado en cuánto se cede, podrían 
llevar a un sistema más sofisticado de censura.
La popular actriz Daisy Granados se refirió a la desprotección jurídica 
que padece el gremio. Ese debiera ser otro punto a debatir.
Para los jóvenes el tiempo es la mayor dificultad. "¿Quiénes son los que 
tienen que dar las fechas? ¿a quiénes hay que exigirle?"
Claudia Calviño, productora, aunque no encontró mucho eco propuso marcar 
un tope de espera en enero de 2016.
Pero ¿hasta qué punto asambleas de cineastas pueden mediar entre las 
personas que deciden el cine cubano y aquellos a los que parece no gustarle?
El realizador Fernando Pérez trató de ver el escenario en que están 
intentando insertar la ley. "Existen prejuicios, aunque no sé quiénes ni 
por qué los tienen, que han llegado de manera oblicua, nunca de manera 
directa, quizás sea por la palabra 'independiente'", que describe el 
esfuerzo de los cineastas.
Recordó la reacción de las autoridades culturales hace 25 años contra la 
película Alicia en el pueblo Maravillas, de Daniel Díaz Torres. Parece 
que "en determinadas instancias no gusta el cine que hacemos", concluyó 
para señalar que los prejuicios se mantienen.
Otras interrogantes circulan y no se dicen pero quedaron en el ambiente 
de la reunión. ¿Resulta saludable promover el debate de una Ley y a la 
vez exigirle a la prensa que escriba lo conveniente?, señaló Magda 
González a los periodistas que asistieron a la reunión.
¿Qué puede significar para un debate que pretende ser público e 
inclusivo que se aplauda la idea de "lavar los trapos sucios en casa"? 
¿Hay necesidad de ver a un enemigo en aquel a quien se cuestiona?, añadió.
Permisibilidad–censura–política cultural es un tríptico de conceptos 
difíciles de llevar a la práctica. Quizás en el próximo encuentro, donde 
habrá una mesa de trabajo diseñada para discutir sobre contenido de la 
Ley, relaciones de poder y casos particulares, se convenzan de que no se 
puede exigir derechos con las reservas que solo provoca el miedo al cambio.
Source: Más preguntas que respuestas tras la reunión del G-20 para 
tratar la propuesta de una Ley de Cine | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/cultura/1446376250_17845.html
No comments:
Post a Comment