Pacientes con dolores severos, en dificultades para acceder a un analgésico
ADRIANA ZAMORA | La Habana | 26 Jun 2015 - 9:46 pm.
La razón, según una especialista, es la falsificación de recetas de
Tramadol para su uso como droga, lo que ha llevado a un endurecimiento
de los controles.
El Tramadol, analgésico de acción central indicado para dolores tan
severos como los producidos por el cáncer y los procedimientos
quirúrgicos, es en estos días muy difícil de conseguir en las farmacias
cubanas.
Nayra Delgado, paciente de cáncer que vive en el municipio Habana del
Este, lleva dos semanas sin el medicamento que le permite aliviar los
dolores que su enfermedad provoca. "En mi farmacia no hay, no porque
esté en falta, sino porque entra una cantidad pequeña y se acaba
enseguida", explica. "Pero cuando eso pasa, mi hija me lo compra en otra
farmacia, donde lo pueda localizar".
Su hija, Yeney Salgueiro, asegura que nunca había tenido dificultad para
adquirir el medicamento con las recetas del médico de la familia. "Pero
esta vez no sé lo que ha pasado que nadie me lo quiere vender", asegura.
"La receta está igual que siempre, con el cuño del policlínico, el del
médico, el diagnóstico y los datos de mi mamá, incluyendo el carnet de
identidad".
El Tramadol, un medicamento de venta controlada, es producido en Cuba
por la Empresa Laboratorio Farmacéutico Reinaldo Gutiérrez.
En la última semana, Yeney recorrió farmacias en varios municipios de la
capital. "Me decían que no me lo podían vender, que fuera a mi farmacia.
Cuando les explicaba que en mi farmacia no había, me respondían que
tenía que esperar a que entrara. ¿Cómo voy a esperar si mi mamá tiene
dolor y el medicamento está en otras farmacias?"
En la farmacia ubicada en Enlace y Rotaria, Regla, Yeney pasó un mal
rato. "Pedí ver a la administradora y me trataron como una delincuente.
La mujer me preguntó que por qué yo iba a comprar en esa farmacia si no
vivía en Regla. Le dije que yo compraba donde hubiera el medicamento,
pero nada. Se negó a vendérmelo sin explicación".
Finalmente, en el establecimiento de Calzada de Managua y Progreso, en
Mantilla, le explicaron que a la receta le faltaba la dirección del
médico que la expidió. "Primera vez que oigo eso", dice Yeney. "Yo creía
que con el cuño, el número del médico ya se podía saber quién hizo la
receta. Hasta ahora había sido así".
Esmeralda, administradora de una farmacia en Habana del Este, se muestra
reticente a explicar los datos que debe llevar una receta de Tramadol
para que pueda ser despachado. "Me tienes que traer la receta para
decirte lo que le falta, así sin verla yo no te puedo decir".
Como es lógico, no hace falta tener una receta en particular para
recibir esta explicación, pues la cuestión es lo que indica el
reglamento en general. Pero Esmeralda no entiende de generalidades y
contesta evasivamente: "La receta lleva todos los datos que el médico
considere pertinentes".
El comportamiento de Esmeralda va acompañado de una alta dosis de
suspicacia. Al parecer, cualquiera que mencione la palabra "Tramadol" en
su presencia es sospechoso de ser un delincuente. "Estamos sobregirados
en la venta de Tramadol", es su muletilla.
Una especialista de un área de salud que prefiere no ser identificada es
quien da una explicación al fenómeno. "Lo que pasa es que se han dado
casos de recetas falsificadas, porque el Tramadol se está usando mucho
para drogarse, sobre todo entre los jóvenes. Ahora mismo hay una
investigación con presencia del DTI y todo, porque la cosa es grande.
Nadie quiere verse implicado, por eso a veces exageran".
Para los pacientes como Nayra, que realmente necesitan el medicamento,
la especialista recomienda que le exijan al médico que en la receta "los
dos cuños estén perfectamente legibles, que esté puesta la impresión
diagnóstica, el número de historia clínica, los datos del paciente y los
datos del médico, incluida su dirección particular. Esos han sido
siempre los requisitos para las medicinas controladas y si no se han
cumplido hasta ahora es responsabilidad del médico que da la receta".
"Yo entiendo que cuiden su pellejo", afirma Yeney Salgueiro, "pero no
puede ser a costa del sufrimiento de mi mamá. Ella no tiene por qué
aguantar dolores por culpa de quienes se drogan, ni yo tengo que
soportar que me maltraten en las farmacias por querer comprar Tramadol.
Ha sido negro, en algunos lugares me hicieron sentir que tener cáncer es
un delito".
Source: Pacientes con dolores severos, en dificultades para acceder a un
analgésico | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1435351617_15377.html
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