La nostalgia de la nostalgia
[03-06-2015 00:00:41]
Misael Aguilar Hernández
Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
(www.miscelaneasdecuba.net).- Una imagen es recurrente en la mente
colectiva de las personas de la tercera edad en Cuba, son los liceos o
sociedades que florecieron a todo lo largo del país en los tiempos de la
República y un poco más allá. En estas edificaciones -al decir de los
más viejos- se podía desde jugar un partido de domino, leer la prensa,
las revistas de la época hasta escuchar a las mejores orquestas del momento.
El liceo era parte imprescindible de la vida social de los cubanos,
sobre todo en los llamados pueblos de provincia distantes de la capital.
Fueron algo así… como la representación arquitectónica del buen gusto,
donde en cómodos sillones se podía sostener una conversación.
Eran en fin un sitio idóneo para escapar del tedio. Hoy, aquellos
lugares que ocupaban son gigantes expuestos al deterioro. Un ejemplo de
esta situación de abandono lo podemos encontrar en el municipio de
Bejucal, en la provincia de Mayabeque, donde esas edificaciones ya no
cumplen ninguna función social.
Lo que fue el Casino Español que tanto atraía a los lugareños, es hoy un
enorme caserón que solo conserva el esqueleto de la construcción; eso
sí, la fachada está pintada, pero el techo ya no existe. En su interior
en las horas de la mañana y del mediodía se aglomeran con sus mercancías
los vendedores de utensilios domésticos y otros artículos como zapatos,
fosforeras, jarros y cazuelas. Cuando llueve estos vendedores deben
cobijarse bajo las grandes sombrillas que traen consigo y proteger con
lonas de nylon a sus mercancías. El lugar se inunda con las aguas de lluvia.
Atravesando el céntrico parque Maceo Gómez hay otro viejo liceo tan
abandonado como el anterior, en el cual acostumbran a reunirse los
bebedores del pueblo, pues en improvisadas mesas en el portal se vende ron.
Para las personas de la tercera edad este tema se convierte en obsesivo,
aflora una y otra vez en su conversación sobre todo cuando hablan con
los más jóvenes, tratando de impregnarles su nostalgia por estos
lugares; pero a ellos el recuento prolijo de estos recuerdos, más bien
suele provocarles cansancio y en no pocas ocasiones incredulidad. Miran
a estos ancianos como a náufragos abandonados en un tiempo del que no
han podido ni desean escapar y que para colmo se impacientan e irritan
cuando sus oyentes no comprenden, que aquellas cosas de que les hablan
eran bellas y necesarias; pues según ellos en aquellos tiempos en un
pueblo de campo como Bejucal, a nadie se le ocurrían decir que estaba
aburrido.
Por otra parte algunos jóvenes -a veces- lamentan el hecho de no poder
sentir nostalgia, por esa nostalgia de los ancianos, les cuesta trabajo
imaginar algo diferente a la sucesión de los días iguales repletos de
calor y sin motivación.
Cincuenta y seis años de proceso socialista no han erradicado de la
mente de los que disfrutaron de estos símbolos de la pasada república,
esa atmósfera acogedora que era como una prolongación de la armonía que
deseaban para sus hogares.
La arquitectura "revolucionaria" no logró crear -a pesar del largo
tiempo- construcciones que se acercasen siquiera a la funcionalidad de
estos gigantes pueblerinos, que hoy son devorados por el deterioro, pero
que sobreviven en el imaginario colectivo de las personas que
disfrutaron en su interior, que las asocian con un ambiente de
dinamismo, sencillo confort, al alcance del pueblo.
Los liceos eran según la expresión de Manuel Aruca: "La nostalgia de la
nostalgia, yo creo, que sólo dejaremos de extrañarlos, cuando estemos
muertos".
Source: La nostalgia de la nostalgia - Misceláneas de Cuba -
http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/556e27893a682e0e40a328eb#.VW9C6c-qqko
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