Cuba eleva las expectativas de negocio
Unas doscientas familias españolas albergan esperanzas y reclaman la
devolución de su antiguo patrimonio en la isla | Se estima que el valor
de los bienes de los españoles que permanecen en Cuba asciende a casi
10.000 millones de euros
Economía | 28/06/2015 - 00:47h
PIERGIORGIO M. SANDRI
Barcelona
Se multiplican las misiones empresariales a la isla caribeña tras las
primeras aperturas del régimen. Los herederos de los españoles que
tuvieron que abandonar el país esperan poder recuperar sus bienes.
Es una anécdota cargada de simbolismo el hecho de que Raul Castro en su
cuenta de Twitter ya sigue a Barack Obama, además de al Papa Francisco.
Las nuevas relaciones diplomáticas de Cuba con EE.UU. hacen pensar que
se avecinan oportunidades inéditas para hacer negocios.
Hay señales que invitan al optimismo: la economía cubana, según las
fuentes oficiales, está creciendo a un ritmo del 4% en la primera mitad
de este año. Estos días varios hoteles de Varadero, Cayo Coco u otros
polos turísticos cuelgan el cartel de "completo". Se estima que diez
millones de estadounidenses viajarán cada año a la isla, diez veces más
que ahora. La nueva ley de Inversión Extranjera proyecta ofrecer para el
2020 unas 110.000 habitaciones para el turismo. Aunque la mayoría de la
población no tiene acceso a internet, Netflix ha empezado a operar en el
país al ofrecer vídeos en la red. Nunca se sabe...
En España el ministerio de Economía acaba de anunciar la apertura de una
línea de financiación pública para proyectos de empresas españolas en la
isla, que contará con una base inicial de 40 millones de euros. Turismo,
construcción y servicios son las áreas económicas con más potencial. Las
misiones comerciales se multiplican. Una delegación de empresarios
españoles viajará el próximo día 7 a Cuba.
Las compañías no son los únicas que miran a este país con renovado
interés. Hay unas 200 familias españolas, en su mayoría de la segunda o
tercera generación, ubicadas en su mayoría en Galicia, Asturias y
Catalunya que confían en recuperar algún día los bienes que tuvieron que
abandonar en la isla cuando la revolución castrista llegó al poder. No
se hacen ilusiones, pero afilan sus armas. Jordi Cabarrocas está al
mando de 1898-Compañia de Recuperaciones Patrimoniales en Cuba, una
sociedad que agrupa distintas demandas de los herederos para conseguir
una devolución o una indemnización "justa y apropiada" por la pérdida de
su patrimonio, que acabó en manos de los guerrilleros.
A finales de los años sesenta Cuba era un país atenazado por la
corrupción, pero que gozaba de un relativo bienestar. Sobre todo el de
su presidente, Fulgencio Batista. Según el libro de Guillermo Jiménez,
Los propietarios de Cuba 1958, era propietario de al menos tres fábricas
de azúcar, dos refinerías, dos destilerías, un banco, tres aerolíneas,
dos moteles... "Para enmascarar sus intereses en tal increíble numero de
empresas, que se elevaban a unas 70, disponía de una tupida telaraña de
testaferros, intermediarios, cómplices, socios y abogados", afirma
Jiménez. Pese a ello, en aquella época Cuba exportaba más que México. De
cierta manera, era un país más adelantado que España. Pero con la
llegada de Castro, se cerraron fábricas, se ocuparon fincas, tiendas,
empresas. Hasta que en marzo de 1968 se anuncio´que se "eliminaría toda
manifestación de comercio privado".
Arturo González, que ahora vive en Manresa y que nació en la isla cuando
estalló la revuelta, es uno de los afectados. "La paradoja es que
revolución castrista fue financiada por los empresarios de la época, que
querían deshacerse del régimen corrupto de Batista. Pocos podían
imaginar lo que iba a pasar", cuenta. Poco a poco, su padre fue
perdiendo todo. Primero llegaron los soldados que abrieron las cajas
registradoras. Luego fue deposeído de su finca con 1.000 cabezas de
ganado, de sus inmuebles en La Habana, de sus almacenes. Después de
cuatro años su padre se vio obligado a volver a España sin nada.
Consiguió llevarse los títulos de propiedad por valija diplomática.
Arturo espera que ahora estos papeles les sirvan para valer sus derechos.
Cantaba el argentino Luis Aguilé, otro afectado por la revolución,
"Cuando salí de Cuba, dejé mi vida, dejé mi amor". Y, es de suponer,
unas cuantas cosas más. Los españoles dejaron acciones, pólizas, obras
de arte, automóviles, inmuebles. La devolución de estos últimos es
complicada, porque muchas de las viviendas están en ruinas. La suerte es
que no han desaparecido los registros de la propiedad.
Se estima que 3.000 familias españolas abandonaron unos bienes valorados
hoy en su conjunto unos 10.000 millones de euros. "Durante un viaje a
Cuba estuve sacando foto de mi antiguo edificio en la capital", relata
Arturo González. Expliqué a un grupo de curiosos que esperaba
recuperarlo. ¿Y saben que me contestaron algunos ellos? ¡Ojalá sea pronto!".
Estudios de casos similares ocurridos en Europa del Este tras la caída
del comunismo demuestran que, en el 90% de los casos se consigue algún
tipo de compensación. La idea de Cabarrocas consiste en agrupar las
distintas demandas, que tienen un valor de 2.000 millones, y cobrar el
30% de lo que se consiga. De momento, más de 80 socios están financiando
su empresa. Ya han invertido 6 millones de euros en las gestiones y en
la recopilación documental. Confía que el retorno merezca la pena. "La
reciente apertura del régimen representa sin lugar a dudas una
aceleración. Varios fondos de inversión se han interesado por nuestro
negocio", revela Cabarrocas. "Hay una presión enorme para que haya mucha
inversión cuando termine el régimen. Y para esto se precisa seguridad
jurídica", asegura. Y también paciencia. Suavecito.
Entre realismo y escepticismo
En 1986, España firmó con Cuba un acuerdo para compensar a los
ciudadanos españoles de sus pérdidas. En efecto, La revolución castrista
supuso, a efectos prácticos, confiscar bienes privados en clara
violación del derecho internacional. Se estableció que Cuba pagaría unos
33 millones de euros, una parte en metálico, otra en especies. El
finiquito correspondía entre el 10% y el 20% del valor total de las
indemnizaciones. Según un dictamen del profesor de Derecho Internacional
Privado de la UB, Ramón Viñas Farré, la cantidad fue un mero paliativo.
Sólo el 40% aceptó el pago y un sentencia posterior del Tribunal Supremo
certificó que esto no impediría reclamar, más adelante, indemnizaciones
en su justa cantidad. Ahora bien, se puede tardar más de una década en
conseguirlo. "Los gobiernos sucesores pocas veces pueden escapar de las
deudas en que han incurrido los Estados o gobiernos a los que
reemplazan. La historia ha dejado patente que los regímenes represivos,
como el que actualmente dirige Cuba, con el tiempo se muestran
favorables a la apertura económica si esto favorece a la estabilidad
económica del régimen" sostiene un informe de la Universidad de
Creighton (EE.UU.) sobre las reclamaciones de propiedad entre Cuba y España.
Sin embargo, el escepticismo permanece. El escritor y ensayista cubano
Carlos Alberto Montaner, muy crítico con los Castro, advierte: "El
régimen no tiene el menor interés en propiciar el enriquecimiento de los
empresarios extranjeros. Los Castro desprecian el ánimo de lucro de los
capitalistas. Las inversiones del exterior serán bienvenidas sólo y
únicamente cuando contribuyan a fortalecer el Capitalismo Militar de
Estado", escribe. De hecho, el millonario estadounidense Stephen Ross,
tras regresar de un viaje a Cuba este mes, declaró que no había visto en
el país la menor oportunidad seria de hacer negocios y que,
sencillamente, "la isla no está lista".
Source: Cuba eleva las expectativas de negocio -
http://www.lavanguardia.com/economia/20150628/54432573055/cuba-expectativas-negocio.html
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