Los dos Partidos Comunistas de Cuba
PEDRO CAMPOS | La Habana | 29 Ene 2015 - 7:28 am.
Uno es el del aparato burocrático; el otro, el verdadero, el de las
bases, está mejor preparado para enfrentar los cambios que el país demanda.
El sistemático intercambio directo con militantes del Partido Comunista
de Cuba (PCC) en las bases que sostenemos los compañeros que nos
vinculamos a través del boletín SPD (Socialismo Participativo y
Democrático) nos ha llevado a varios a concluir que en Cuba hay dos
partidos comunistas.
El burocrático, de Machado Ventura y su estructura designada de
dirección, que todavía sigue adscrita al arcaico "marxismo leninismo"
con sus vetustas concepciones sobre la "dictadura del proletariado", el
papel dirigente del Partido, los sindicatos y organizaciones de masa
como poleas de transmisión y control sobre las bases, la economía
centralizada y planificada, las empresas estatales asalariadas y la
lucha contra el "enemigo imperialista y todos sus aliados
contrarrevolucionarios" como "caballito de batalla".
Allí todo es complacencia, nada se quiere en verdad cambiar y todo
discurso está vacío de contenido revolucionario.
Y el de la bases, el otro, el verdadero PCC, compuesto por los núcleos
en los centros de producción o servicios, algunos en los mismos aparatos
burocráticos y en los llamados núcleos zonales que agrupan a los
jubilados. En este se manifiesta ampliamente la crítica del sistema
burocrático impuesto en nombre del socialismo y sus trabas estatalistas
y se hacen propuestas constantes, poco oídas y menos respondidas, sobre
cómo enfrentar los problemas comunales, de la producción o los servicios
con una visión renovadora.
Este fenómeno no es nuevo, se viene manifestando con mucha más fuerza
desde las discusiones del IV Congreso del PCC en 1990-91, cuando en no
pocos núcleos, a partir del proceso de descomposición de la URSS y el
"campo socialista", se hicieron análisis de las contradicciones y
desviaciones de la concepción de socialismo que se aplicaba en Cuba como
copia de aquel que había fracasado en todas partes y empezaron a
aparecer propuestas muy precisas sobre la necesidad de democratizar el
partido y la sociedad y socializar la producción y la apropiación.
Estas manifestaciones se han incrementando a partir de las discusiones
del VI Congreso que, con todo y su verticalismo y demás limitaciones,
posibilitaron de nuevo que las bases del partido se proyectaran y
aprendieran que se pueden tener y sostener públicamente criterios
diferentes. Esto se ha ido convirtiendo en un ejercicio cotidiano que el
PCC-Burocrático ni sus comisarios llamados instructores pueden controlar.
Pero ese destape crítico es mayor aún en las organizaciones de base de
la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), manifiesto en las reuniones y
foros de todo tipo donde participan. Sobre el tema de la UJC me
extenderé en otra ocasión.
Ya hoy es evidente que la dirección burocrática del PCC anda por un lado
y buena parte de las bases anda por otro. Por eso hablamos de dos
Partidos Comunistas.
Y es una suerte, porque se dice mucho que el país no está preparado para
los cambios progresivos y progresistas inminentes en las nuevas
tecnologías informáticas y en las relaciones de producción estatales
asalariadas que débilmente facilita la llamada "actualización",
impulsada por el equipo militar de Raúl Castro, pero que, sobre todo,
impone la realidad misma y las ansias de jóvenes, maduros y viejos por
salir el esquemático atraso en que nos ha sumido el "socialismo de Estado".
Realmente, el pueblo cubano, los trabajadores, los jubilados y las amas
de casa y especialmente las bases del PCC y la UJC, están mucho más
preparados para asimilar y desarrollar los cambios de lo que proyectan
Granma, el NTV y la Mesa Redonda, informativos emblemáticos del añejo
neoestalinismo incrustado en las estructuras burocrática del Partido.
Hoy, cuando vemos la forma en que se presentan las noticias los medios
oficiales, nos damos cuenta que esa estructura no está preparada para
lidiar con la nueva política de acercamiento de EEUU.
Pero la situación es distinta en las bases del Partido, donde hay mucha
más conciencia de la necesidad y la urgencia del cambio, y donde el
impacto de muchas de las medidas "democratizadoras" de Obama puede ser
mejor asimilado y hasta acogido en función del empoderamiento ciudadano
por el que hace tiempo se clama y demanda en los núcleos de base del PCC
y de la UJC.
Los militantes del PCC que se relacionan con el SPD aseguran que han
calado en las bases del partido las ideas de un socialismo más
democrático, de la democratización del partido y la sociedad, la
libertad de expresión y asociación y la aceptación del pluralismo
político, así como el avance hacia formas de la economía social
relacionadas —a través de la cooperación, los créditos y las
relaciones monetarias y el mercado— con formas tradicionales de la
producción capitalista privada.
En la base se demanda la modernización de la economía y del amplio
acceso popular a las nuevas tecnologías informáticas.
El Gobierno de EEUU está promoviendo elementos que coinciden con las
demandas de las propias bases del PCC, de la UJC y de importantes
sectores del pueblo cubano, algunos hasta contemplados en los
Lineamiento de la "actualización" pero que la burocracia partidista se
obstina en obstaculizar.
Raúl y los que en su entorno están interesados en un verdadero progreso
del país, pueden y deben apoyar los intereses que se manifiestan en los
núcleos, si es que la estructura burocrática permite que les llegue esa
información, y deben aprovechar la creciente marea de críticas al viejo
socialismo y el apoyo a una amplia apertura democrática y socializadora
presentes en esos niveles del propio Partido, y acabar de desprenderse
del ala burocrática que lastra y retarda los avances necesarios.
Gorbachov cometió tres errores graves que dieron al traste con la
perestroika: 1) no desarrolló ampliamente las formas autogestionarias de
producción y mantuvo muchos frenos estatales a las mismas; 2) no buscó
la alianza con las clases medias y las fuerzas democráticas; y 3) no
enfrentó ni derrotó a las fuerzas conservadoras del neoestalinismo en el
PCUS que, a la postre, le dieron el golpe de Estado. Esto será abordado
en forma más amplia en escrito posterior.
Y se debe recordar que los golpes de Estado no son solo militares,
también pueden ser "institucionales" y que no fue el acercamiento a
Occidente lo que acabó con la URSS, sino los serruchos internos.
La "revolución", que algunos entienden como el fenómeno de los 60
vinculado a un grupo de figuras históricas que trataron de imponer una
visión neoestalinista de socialismo, ya fue rebasada por la historia y
vive fundamentalmente en los recuerdos de las generaciones mayores y en
los medios controlados por la burocracia partidista.
La otra, la verdadera, la revolución que implica un proceso de
democratización de la vida política y socialización de la economía,
tiene amplio apoyo y está muy viva en las bases del partido y la sociedad.
Source: Los dos Partidos Comunistas de Cuba | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1422483738_12584.html
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