El Hombre Nuevo de Cuba en busca de esteroides anabólicos
Primobolan, Proviron, Winstrol, Parabolan, Anadrol…., los jóvenes hablan
de marcas y dosis sin tener la más remota idea de los efectos secundarios.
Juan Juan Almeida
junio 02, 2014
No es necesario ser un crítico experto, sociólogo clarividente ni
político sagaz, para entender que cuando uno crece en un país
totalitario y absolutista como Cuba, inundado de penas sin nombres, es
normal sentirse pequeño.
Por ello, por las grandes restricciones a la libertad individual, el
exiguo acceso a la modernidad y a determinada holganza; cada día más
jóvenes cubanos, atrapados en el destiempo de una época que no se va y
otra que por más que se anuncia no llega; evaden la realidad
refugiándose en el sexo, las drogas, el alcohol, la emigración, en
robar, mentir y en una nueva enfermedad que aunque no está reconocida
como tal por la comunidad médica internacional, ocupa los ratings de moda.
El consumo de esteroides anabólicos se ha incrementado de forma
epidémica, en especial entre adolescente y jóvenes, que quieren mejorar
sus cualidades físicas y estéticas; también aseguran que reduce la grasa
corporal; algo que está en boga. Poseer un cuerpo a imagen y semejanza
de un superhéroe.
En gran medida, los creadores del problema son los medios de
comunicación. El cine, la televisión, la literatura, las revistas, que
con tal de vender un galán, no concienciaron el después. Enjuiciar ya no
da lugar; lo preocupante, es el aumento de jóvenes atendidos en salas de
urgencia de los hospitales cubanos, afectados por severos fallos
hepáticos y multiorgánicos, provocado por la consumición de
anabolizantes; porque el afán de verse bien, incluso como forma de
inconformidad social, les arrastra hasta el dispendio de estas
sustancias que hipertrofia la musculatura.
Primobolan, Proviron, Winstrol, Parabolan, Anadrol…., los jóvenes hablan
de marcas y dosis sin tener la más remota idea de los efectos secundarios.
El gobierno cubano lo sabe, posee la información, incluso ha referido el
tema en extensos editoriales que suenan menos convincentes que el
currículo de Mariela Castro; pero entendiendo que se trata de un huracán
invisible, prefiere practicar su habitual política sedente de justificar
el no accionar. Como si Poseidón, el dios griego del mar, no pudiera
frenar un tsunami.
El Ministerio de Salud Pública, con total desvergüenza, asegura que el
mercado de este tipo de sustancias se controla; pero lo cierto es que se
pueden conseguir sin mucho trabajo en farmacias, hospitales, escuelas de
deporte y circuitos del mercado negro. Pero los principales proveedores
de esta "primavera destructiva" son algunos funcionarios cubanos de la
misión médica en Venezuela que a través de una bati-ruta oscura y en
complicidad con oficiales de la Aduana General de la República de Cuba,
envían y dejan pasar el producto a territorio nacional por tratarse de
una mercancía regulada, pero lícita.
El "Tráfico y la tenencia de drogas tóxicas y otras sustancias
similares" está bien tipificado en el capítulo V (Delitos contra la
salud pública) del código penal cubano; pero su sanción es pobre y, por
asociación, el negocio es mucho más fácil, más rentable, menos
perseguido que el tráfico de cocaína y garantiza de igual forma una
clientela dependiente, creando una hueste de jóvenes atrapados entre las
pesas y esta adicción, llamada científicamente distrofia muscular o
vigorexia, que les obliga a caer en la constante pesadilla de levantar
el autoestima. Mi abuela siempre repetía "mijo, no te dejes engañar, no
existen rosas sin espinas".
Source: El Hombre Nuevo de Cuba en busca de esteroides anabólicos -
http://www.martinoticias.com/content/hombre-nuevo-cuba-busca-esteroides-anab%c3%b3licos-/35661.html
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