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Saturday, May 03, 2014

Los cines fantasmas de La Habana

Los cines fantasmas de La Habana
ORLANDO DELGADO | La Habana | 3 Mayo 2014 - 10:11 am.

En el nuevo directorio telefónico habanero aparecen más de 50 cines.
Pero, ¿existen de verdad o son cines fantasmas?

Quien revise la última edición del Directorio telefónico de la empresa
cubana de telefonía ETECSA correspondiente a la capital del país y vaya
al acápite de los cines podría pensar que La Habana es una ciudad con
abundantes salas de cines (más de 50 aparecen en la guía), bien
distribuidos por casi todos los municipios de la capital. Nada más
alejado de la realidad. Lo primero que había que resaltar es que la
inmensa mayoría de esas instalaciones, por no decir todas, se
construyeron antes de 1959.

En la actualidad, con la excepción de los cines ubicados en la céntrica
avenida 23 del Vedado y los que con motivo de la celebración del
Festival de Cine Latinoamericano reciben una priorizada atención
estatal, los cines habaneros han ido desapareciendo lentamente, y los
que subsisten presentan pésimas condiciones constructivas y de
infraestructura para disfrutar de un buen filme.

Nuestro gran escritor Guillermo Cabrera Infante —quien tanto magnificó
en sus novelas la vida nocturna habanera y las amplias y modernas salas
de cines que existían en los años 50— hubiera sufrido un infarto si
visitara, por ejemplo, el cine Actualidades —uno de los más antiguos de
La Habana—, ubicado en la calle Montserrate, en La Habana Vieja. La
edificación fue cerrada hace varios años y presenta un estado deplorable
con un mugriento portal donde duerme un mendigo todas las noches y un
oxidado letrero al que le faltan varias letras. En sus mejores años el
cine Actualidades tenía un excelente sistema de aire acondicionado y
varias tandas de películas al día, pero el sistema de climatización se
averió, y ahí comenzó su lento deterioro. Muy cerca de allí quedan los
lujosos hoteles Plaza y Parque Central, que hacen un fuerte contraste
con la abandonada instalación.

En 1958 Cuba alcanzó la cifra más alta de espectadores en los cines de
su historia con casi 400.000 espectadores. Después nunca más ha podido
rebasar esa cifra, que se apoyó en los más de 100 cines existentes en la
capital y la tupida red de cines de barrio dotados con las más modernas
tecnologías de la época. De esa fecha hasta acá el deterioro ha sido
palpable y, si los cines de barrio hoy son historia —en la calle
Belascoaín existían cinco y hoy no hay ninguno—, los que quedan en las
zonas periféricas de la capital están casi todos con la fachada
despintada, falsos techos caídos, dotados de asientos muy antiguos, con
espaldar de madera y muelles oxidados que impiden sentirse cómodo en el
asiento.

Dichas salas carecen de climatización para el agobiante calor caribeño y
de proyectores en pantalla grande, lo que conllevó a que sus
administradores decidieran presentar una cartelera al día, la cual en
casi todos se confecciona con bolígrafos, pues no poseen impresoras.

Al pasar a manos del Estado, el destino de muchas de esas edificaciones
cambió, y hoy están hechas unas ruinas. (Como el fantasmal cine
Cervantes, de la calle Lamparilla, cuya fachada está cuarteada y carece
de sistema de iluminación.) Son, en el mejor de los casos, sede de
compañías de baile o danzarias. Ese es el estado actual de las
desaparecidas salas Reina, Mara, Erie, Cinecito y Florida. Este último
presenta un estado constructivo pésimo y de su olvidado esplendor solo
se conserva su cartel.

Según sus administradores, la instalación está en reparación. Al menos
eso me dijeron cuando estuve por allí, solo que en años nadie ha visto
una brigada constructora por el lugar.

El cine Atlas, de la Calzada de Luyanó, fue convertido en almacén. Y el
Mónaco, que por su prestancia y capacidad dio nombre a la barriada donde
está enclavado, hace años que permanece cerrado. Las causas de esos
indefinidos cierres siempre son las mismas: debido al obsoleto sistema
de proyección que el presupuesto estatal no modernizó llegó el momento
que los equipos dejaron de funcionar y, ante la imposibilidad
gubernamental de mantener el local, se clausuró. Simbólica resulta la
cartelera que —protegida por un cristal— permanece en el cine Mónaco con
la palabra "Hoy", y donde nunca más ha vuelto aparecer la presentación
de un filme.

Por todo lo anterior, si ETECSA actualizara verdaderamente su guía
telefónica, la cantidad de cines en la capital seguiría disminuyendo y
La Habana, de ser una de las ciudades de América Latina con más salas de
cine antes del castrismo, solo superada por Buenos Aires y Río de
Janeiro, tendría que ubicarse hoy entre las últimas. Por mi cuenta, por
lo menos 10 de los 54 que aparecen en la guía telefónica ya no funcionan
como cines. Y mi cálculo fue modesto.

Source: Los cines fantasmas de La Habana | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1399104718_8324.html

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