OPINIÓN
What's up, WOLA?
FRANK CALZON | Washington | 25 Abr 2014 - 11:04 am.
¿Por qué no me sorprende que la 'Washington Office on Latin America'
(WOLA) le diga al Presidente Barack Obama que debe cambiar a Alan Gross
por los espías cubanos?
¿Por qué no me sorprende que la Washington Office on Latin America
(WOLA) le diga al presidente Barack Obama que debe cambiar a Alan Gross
por los espías cubanos?
Quizás porque, después de cierta edad, ya estoy de acuerdo con la frase
bíblica memorable de que no hay nada nuevo bajo el sol. O quizás porque,
después de décadas de conocer las abominaciones de WOLA, nada nunca me
sorprenderá.
En los años setenta, siendo un estudiante ingenuo en Washington DC, me
acerqué al reverendo Joe Eldridge, el entonces director ejecutivo de
WOLA. Mi petición no era muy complicada. WOLA venía desarrollando un
trabajo muy importante en la denuncia de las dictaduras
latinoamericanas, y asumí que su falta de actividad sobre Cuba se debía
al mucho trabajo. O a la falta de información.
Cuando hablé con el reverendo y le pedí dirigirme a su junta de
directores, Joe me reveló las complejidades de un Washington que aún yo
no conocía. A WOLA no le interesaba la "cosa cubana". Es más, WOLA veía
con buenos ojos lo que Irving Horowitz había descrito como "estalinismo
caribeño".
Además, Joe tenía una proposición para mí. Acaso una "modesta
proposición" que quizás no iba en serio pues, probablemente, él estaba
seguro de que ningún cubano exiliado le prestaría atención.
Joe me dijo: "Mira, Frank, si tú apoyas la liberación de los presos
políticos de Pinochet, nosotros consideraríamos apoyar la liberación de
los contrarrevolucionarios cubanos".
Yo le respondí: "Joe, quizás hay algo de confusión en este asunto. Yo
siempre he apoyado la libertad de los presos políticos y de todos los
chilenos. He denunciado la dictadura pinochetista. Pero, en cuanto a lo
que WOLA y tú hagan con respecto a los ciudadanos cubanos, eso queda
entre ustedes, tu dios y tu conciencia".
Desde entonces ha llovido mucho. Han ocurrido nuevas ejecuciones. Muchos
cubanos quedaron para siempre en el fondo del mar, huyendo de Castro. El
régimen ha propinado salvajes golpizas a mujeres indefensas vestidas de
blanco en las calles de la Isla. Pero WOLA siempre se ha mantenido fiel
a sus "principios".
Ahora WOLA le presenta al Presidente una más de sus "sugerencias", de la
que posiblemente Obama ni se enterará. Se trata en este caso de la
necesidad de aceptar el chantaje de La Habana y acceder al cambio de
Alan Gross —el "rehén Alan Gross", como lo describió el exgobernador
Bill Richardson— por los espías castristas culpables de infiltrarse en
bases militares americanas y de cooperar con La Habana en el asesinato
—en el espacio aéreo internacional— de cuatro seres humanos que buscaban
refugiados en el Estrecho de la Florida el 24 de febrero de 1996. Esos
pilotos castristas recibieron medallas por sus crímenes, de manos del
entonces ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Raúl Castro.
En unas grabaciones que Estados Unidos presentó ante Naciones Unidas,
los pilotos asesinos hacían alusión eufórica a sus "cojones". A lo que
la Secretaria de Estado del Presidente Bill Clinton, Madeleine Albright,
replicó ante el Consejo de Seguridad: "francamente, esos no son cojones;
eso es cobardía".
Si WOLA tiene cojones o cobardía, eso no es asunto mío.
Source: What's up, WOLA? | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/1398416698_8302.html
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