El Estado proxeneta
CARLOS ALBERTO MONTANER | Miami | 1 Feb 2014 - 3:10 am.
El modelo creado por los Castro es el Estado proxeneta. Se han 
especializado en la extorsión de sus propios ciudadanos o de los aliados.
Los 33 presidentes y dignatarios que visitaron La Habana se quedaron 
maravillados. Ninguno sabía cómo, aunque fuera muy precariamente, con 
los edificios en ruina y al filo de la catástrofe, Cuba conseguía 
sostenerse. Acaso con la excepción de Nicolás Maduro, que tiene dotes de 
vidente y un diálogo permanente con los pájaros, lo que lo mantiene 
plenamente informado.
Ninguno ignoraba que la bicentenaria industria azucarera había sido 
liquidada y desguazada por la incapacidad feroz de la dirigencia. Todos 
conocían que las marcas de tabaco y rones fueron vendidas a 
multinacionales europeas hace mucho tiempo. Era evidente que la flota 
pesquera no existía desde los años noventa. No obstante, la Isla, a 
trancas y barrancas, importaba el 80% de todos los insumos que esa 
sociedad necesita, incluidos los alimentos, la medicina y una parte 
sustancial de la energía.
¿Cómo lo hacía? ¿Dónde estaba el truco? ¿De dónde sacaba la plata?
Se lo escuché por primera vez a un diplomático europeo que había vivido 
en Cuba. Luego se ha popularizado. El modelo creado por los Castro es el 
Estado proxeneta. El proxenetismo es una conducta delictiva que consiste 
en obtener beneficios de otra persona a la que se obliga a trabajar 
mediante coacciones o el suministro de protección. Generalmente se 
aplica a la prostitución, pero no solo a ella. Familiarmente también se 
le conoce como "chulería".
Es una denominación incómoda, pero ajustada a la realidad que circula en 
voz baja entre los cubanos de la Isla. El Gobierno se ha especializado 
en la extorsión de sus propios ciudadanos o de los aliados a los que les 
brinda servicios de espionaje y control social, sus dos únicas 
especialidades o "ventajas comparativas", como suelen decir en la jerga 
económica. Cincuenta y cinco años después de implantada la dictadura, 
casi todas las fuentes significativas de ingreso que sostienen al país 
provienen de oscuros negocios realizados en el exterior.
- El subsidio venezolano: Calculado en 13.000 millones de dólares 
anuales por el profesor Carmelo Mesa-Lago, decano de los economistas 
cubanos en esta materia. Eso incluye más de 100.000 barriles diarios de 
petróleo, de los cuales la mitad se reexportan y venden en España. Otros 
30.000 parece que van a Petro Caribe y da origen a una doble corrupción 
de apoyo político y enriquecimiento ilícito. La fuente pública de esta 
información es el experto Pedro Mantellini, uno de los grandes 
conocedores del tema petrolero venezolano. Lo explicó en Miami en el 
programa de María Elvira Salazar en CNN Latino. Caracas compra 
influencia internacional a base de petróleo, pero comparte con sus 
cómplices cubanos la gestión de esas dádivas. Cuba, al fin y al cabo, es 
la metrópolis.
- La trata de médicos y personal sanitario: Alcanza la cifra de 7.500 
millones de dólares anuales. La especialista María Werlau, directora de 
Cuba Archive, ha descrito la actividad en The Miami Herald. El Gobierno 
cubano alquila y cobra por el arrendamiento de sus profesionales de la 
salud. Les confisca a sus "protegidos" el 95% de los salarios. Angola 
paga hasta 60.000 dólares anuales por cada facultativo. Ni siquiera la 
ayuda a Haití se escapa de este esquema de solidaridad tarifada. Los 
servicios prestados en el devastado país se lo abonan a buen precio a La 
Habana los organismos internacionales. Brasil, que paga por muchos 
servicios, es el último gran socio de Cuba en esta oscura actividad del 
proxenetismo sanitario internacional. Dilma no quiere tanto beneficiar a 
sus pobres, como a sus amigos cubanos. Raúl, además, tiene un gran 
dominio del oficio. Es una práctica conocida por los negreros cubanos 
desde el siglo XIX. Mientras duró la esclavitud (hasta 1886) los amos 
solían arrendar a sus esclavos cuando no los necesitaban. La zona más 
rentable del negocio de "alquilar negros" eran las pobres muchachas que 
entregaban a los burdeles. Sus amos cobraban por los servicios que ellas 
prestaban. Eran empresarios-proxenetas. Ahora, simplemente, se trata de 
un estado-proxeneta.
- Otros alquileres, otros negocios: Pero ahí no termina la explotación. 
El Gobierno cubano les arrienda otros profesionales a empresas privadas. 
Los antiguos griegos se referían a los esclavos como "herramientas 
parlantes".  No creo que Raúl conozca a los clásicos, pero entiende 
perfectamente el significado último de la expresión. Hay universidades 
latinoamericanas o de habla portuguesa que contratan con el Gobierno 
cubano los servicios de buenos profesores de matemáticas o física a 
precios de saldo. Hay salas de fiesta y cabarets que contratan músicos o 
teatros que se sirven de los bailarines cubanos, incluido el magnífico 
ballet de Alicia Alonso. Existen compañías europeas y latinoamericanas 
que explotan a técnicos en informática procedentes de la Isla. El 
régimen de los Castro sabe que un cubano bien instruido es totalmente 
improductivo dentro de Cuba, dado el demencial sistema económico de la 
Isla, pero es una fuente potencial de riqueza una vez colocado en el 
exterior. Objetivamente, ese Gobierno es una gigantesca e implacable 
empresa de subcontratación laboral que viola todas las reglas de la 
Organización Internacional del Trabajo (OIT). De eso y para eso vive.
- Las remesas de los exiliados: Emilio Morales, el gran conocedor del 
tema, escapado de Cuba hace relativamente poco tiempo, sitúa esa fuente 
de ingresos (2012) en algo más de 5.000 millones de dólares. La mitad, 
grosso modo, es remitida en efectivo y el resto en mercancías. Crece al 
ritmo del 13% anual. Cada vez que escapa un balsero, el régimen, de 
dientes afuera, gime por la fuga, pero sabe que, al cabo de un tiempo, 
fluyen los dólares hacia la necesitada familia dejaba en la Isla. En 
Cuba, aunque fuera con mendrugos, había que alimentarlo. Una vez en el 
exilio, es una fuente gratis y constante de recursos.
De ahí sale el dinero para pagar por las importaciones. ¿Hasta cuándo 
podrá Raúl Castro sostener a una sociedad casi totalmente improductiva 
mediante actividades que rondan o incurren directamente en el delito?  
No se sabe. Los proxenetas suelen tener larga vida. Hay mucha gente que 
se sirve de su intermediación para acceder a diversas formas de placer, 
incluido el disfrute del poder.
Source: El Estado proxeneta | Diario de Cuba - 
http://www.diariodecuba.com/cuba/1391220641_6939.html
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