Así se prohibió la Navidad en Cuba
Después de casi 30 años de aparatosa prohibición, la navidad resurge
como una nueva oportunidad.
Juan Juan Almeida
diciembre 23, 2013
Con cielo nublado y marejadas peligrosas para la navegación de
embarcaciones menores, el pasado miércoles 18 el Consejo de Ministros de
la República de Cuba aprobó, como si de casualidades se hablara, la
importación de autos nuevos y usados al territorio nacional.
Dios mio, se armó el mismo revuelo mediático que cuando en 1997, poco
antes de la visita del Su Santidad El Papa Juan Pablo II a La Habana,
sin explicación alguna el gobierno revolucionario, bolígrafo en mano,
decretó, o retomó como día feriado el 25 de diciembre.
Desde entonces sin miedo nuestros abuelos desempolvan y lustran sus
tradiciones y pese a las adversidades disfrazan la isla de olores
porque, unos más, y muchos menos, en Nochebuena engalanan sus hogares
con un trozo de carne de cerdo, pollo, arroz, frijoles, y viandas, de
preferencia yucas, aderezadas con un rechupete de mojo a base de naranja
agria y mucho ajo. Lo mismo se puede leer en las ofertas navideñas que
ofrecen los restaurantes.
Toda una bomba calórica nacional en torno a la que se reunen
melancólicos y orgullosos, alegres o en paz, católicos y no católicos,
agnósticos, protestantes, santeros, masones y ateos, todos para celebrar
las fiestas y esperar el advenimiento de un niño que nació hace ya más
de 2 mil años.
Muchas razones se usaron para borrar la navidad: La muerte de Ernesto
Guevara, el período de zafra azucarera, prioridades revolucionarias, en
fin, todo lo que ya ustedes de sobra conocen; pero fue un mensaje
navideño que paradójicamente llegó justamente del cielo el 24 de
diciembre de 1968, lo que despertó la furia del ex-comandante en jefe y
después de una sonada palabrota acabó la celebración.
Resulta que estaba el señor, por supuesto me refiero el que vestía
verdeolivo, sentado a la diestra de un radio con onda corta sintonizando
la VOA. De pronto se escucha la voz del astronauta Bill Anders
acercándose al amanecer lunar, y en vez de un anuncio de guerra, leyó
los primeros versículos del Génesis, expresando así su admiración ante
las maravillas del Cosmos y la grandeza de su Hacedor.
Fidel Castro enfureció, se sintió disminuido, no obstante se quedó
escuchando, esperaba el cañonazo y recibió un relámpago en vena.
Así concluyó aquella transmisión que llegaba desde el cielo: "Y por
parte de los tripulantes del Apolo 8 terminamos diciendo. Buenas noches,
Buena suerte, Feliz Navidad y que Dios los bendiga a todos, a todos
ustedes en la buena Tierra"
La soberbia lo invade. Alzó, retando, la frente;
crúzose al hombro una
manta,
en arco su brazo levanta y - como la bailarina española - repicó
con sus tacones como si la tabla fuera
Tablado de corazones. Al rato se
escuchó "……(una palabrototota), se acabó con la Navidad".
No solo eso suspendió, desde entonces todo evento religioso fue víctima
de una suerte de amnesia impuesta por el joven gobierno triunfante de
1959. Después de casi 30 años de aparatosa prohibición, la navidad
resurge como una nueva oportunidad. Nuestro patrimonio cultural
familiar, ecléptico-religioso, y nuestras tradiciones heredadas de la
conquista española, no se borran por decreto, permanecen, esta es la
prueba. FELIZ NAVIDAD.
Source: "Así se prohibió la Navidad en Cuba" -
http://www.martinoticias.com/content/cuba-navidad-suspencion-fidel-castro-/30431.html
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