Todo se vende
Miércoles, Octubre 2, 2013 | Por Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -¿Adónde fueron a parar
aquellos tiempos en los que Fidel Castro, con sus kilométricos
discursos, le metió en la cabeza a los cubanos que las sociedades de
consumo estaban enfermas de egoísmo, despiadadas, enloquecidas, víctimas
de absurdas leyes capitalistas en proceso de extinción, junto con el
Imperialismo?
Ahora resulta que padecemos esa enfermedad, muy difícil de controlar,
según la prensa oficialista. Todos quieren vender, ganar dinero, fuera
de los salarios miserables que ofrece el gobierno. "Es que estuvimos
muchos años sin poder hacerlo", me dice un viejo vecino, que trata de
encontrar la causa de la enfermedad.
¨Lo mejor es vivir con poco y con dignidad, vivir con patriotismo¨,
repetía Fidel, año tras año. Entonces, de una patada, hizo desaparecer
aquel comercio floreciente que había surgido desde la colonia: "Vender
es más fácil que trabajar", dice ahora un joven vendedor de tamales
callejero.
Hoy, gracias a cierto pitazo "reformista" que dio su hermano, hace menos
de tres años, con su llamado ¨nuevo modelo económico¨, los cubanos se
han despojado de la vieja y tradicional inercia vivida durante casi
medio siglo y, primeramente consternados, luego desconfiados, y por
último, aguerridamente dispuestos a lanzarse al ruedo, se dedican a
vender. Como si una olla de grillos se hubiera destapado de pronto,
andan como locos de aquí para allá, negociando todo lo vendible, bajo
las miradas acusatorias de inspectores, policías y cederistas.
No importa si son militares de altos grados, o militantes jubilados del
partido comunista. Ha surgido de forma espontánea un cambio de
mentalidad: están puestos para el negocio privado, legal o no legal. El
objetivo es vender, poner más frijoles a la mesa, y sobre todo,
transformar el entorno social y económico, devastado por más de cinco
décadas de dictadura fidelista.
¿Qué se vende? Cacharros viejos de cocina, cajas de muerto… De todo. Lo
propio y lo ajeno. Lo que aparezca. Mis vecinos venden a escondidas todo
lo que traen del extranjero. Los carpinteros, en vez de producir
muebles, venden los que les dan a vender. Los plomeros, en vez de
reparar salideros, tupiciones, etc., ofrecen en sus casas cuanta cosa
hace falta para que otros arreglen salideros, tupiciones…
Los coroneles de mi cuadra, ya retirados, que botean en sus viejos autos
norteamericanos y soviéticos, en vez de dar al día diez viajes, desde el
paradero de Playa hasta el reparto de Santa Fe, dan veinte viajes,
porque quieren que la familia se alimente un poco mejor. Y los panaderos
hacen su pan no tan a escondidas, mientras la panadería está rota.
Este es el panorama ahora. No importa que el transporte no mejore, que
los edificios se desplomen, que las calles sigan rotas y sucias. Tampoco
importa que la ¨cartilla individual del consumidor¨, como la llamó Lenin
al ponerla en vigor, en Moscú, en 1918, apenas ofrezca alimentos en las
tiendas vacías del castrismo. No importa que los eventos políticos
internacionales se den a dos por medio y empeoren el presupuesto
estatal, ni que ahora Fidel esté en contra de la guerra, que crea haber
hecho dos, tres Viet Nam en América Latina, que tengamos tantos médicos
como mosquitos.
A fin de cuentas, en pleno socialismo del siglo XXI, en Cuba, en
proporción, hay más vendedores que en Hong Kong y Miami. Lo malo es que
no hay compradores.
Source: "Todo se vende | Cubanet" -
http://www.cubanet.org/articulos/todo-se-vende/
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