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Sunday, September 02, 2012

Cese el divorcio entre la política y la ciencia

Cese el divorcio entre la política y la ciencia
agosto 31, 2012
Por Pedro Campos

HAVANA TIMES — El tema de este artículo está inspirado en el escrito del
Dr. Esteban Morales, "El reto de la intelectualidad", el cual me motivó
algunas consideraciones que deseo compartir con mis lectores.

En lo que la televisión y la prensa oficiales mostraron sobre las
discusiones de los delegados al VI Congreso del PCC y sobre las
reuniones recientes del Pleno del CC, de los Consejos de Estado y de
Ministros y del último período de sesiones de la Asamblea del Poder
Popular, donde se ha estado definiendo y aplicando las políticas de la
"actualización del modelo económico", se ha podido apreciar claramente
la "debilidad de la relación entre política y ciencia", como bien señala
en su artículo el prestigioso académico cubano.

Y es que los políticos que están dirigiendo y tomando las decisiones, en
nombre del Partido y de todo el pueblo, en sus intervenciones están
demostrando que a esos niveles existe una enorme carencia de pensamiento
y análisis científico sobre los problemas generales actuales de la
política y la economía, y muchas de las decisiones no están sustentadas
científica, sino pragmáticamente; no según las demandas de las
circunstancias, sino de acuerdo con los deseos e intereses de quienes
están predominando en ese ámbito.

Veamos algunos ejemplos concretos:

1- La mayoría de los análisis de científicos sociales, marxistas y no
marxistas, cubanos y extranjeros, concuerdan en que el modelo económico
del socialismo intentando en el siglo XX, basado en la propiedad del
estado, el trabajo asalariado y la centralización de todas las
decisiones importantes, no funciona y fracasó debido a que no fue capaz
de superar las contradicciones entre los productores y los medios de
producción, entre la producción y el consumo, entre los intereses
generales de la sociedad y los particulares de los individuos, entre su
economía y su política, entre la socialización de la producción y la
concentración de la apropiación.

Sin embargo, a pesar del fracaso elocuente de la economía cubana, de las
advertencias de muchos científicos sociales cubanos, de las evidencias
presentadas por la propia prensa del partido, de la conocida
indisposición de las mayorías a continuar con el mismos modelo económico
y hasta las mismas críticas de la propia la dirección del
partido-gobierno cubano que, por momentos, ha puesto en entredicho el
modelo, no se ha propuesto superarlo, sino "actualizarlo",
"rectificarlo", realizar una serie de cambios cosméticos y de forma, que
en ningún caso han ido a sus esencias centralizadoras, monopólicas y
no-democráticas.

2- Pudieran mencionarse muchas, pero quizás la decisión política más
divorciada de un análisis científico, la más evidente, haya sido el
decreto y la discusión sostenida en esos altos niveles, sobre la
anticonstitucional "contratación de trabajadores por los
cuentapropistas", lo cual –como ya se ha explicado reiteradamente- no
solo viola el espíritu, la esencia autogestionaria del cuentapropismo,
sino que con ello se ha tratado de encubrir, de enmascarar el desarrollo
del capitalismo privado en el cuentapropismo.

Los argumentos que se esgrimieron para aprobar el entuerto, carecen de
toda cientificidad y solo demuestran cuanta razón tiene el Dr. Esteban
Morales en su afirmación.

No solo se aprobó algo falto de análisis científico, que tuviera en
cuenta sus eventuales consecuencias para el futuro inmediato de Cuba,
sino que se adoptó la más flagrantes violación de la letra y el espíritu
de la Constitución vigente, lo cual solo puede explicarse por la falta
del más elemental respeto a las Ciencias Políticas, a la relación entre
pensamiento revolucionario y la acción práctica, al más vulgar de los
pragmatismos, a la total falta de concordancia entre medios y fines.

El único que se atrevió en el VI Congreso a cuestionar lo que se
engendraba, fue un trabajador; pero los otros que participaron en la
discusión y apoyaron la decisión eran burócratas dedicados a labores
partidistas y de gobierno. Ninguno de los que participó, de los que se
conocieron públicamente, era un dedicado a las Ciencias Sociales. El
trabajador con un enfoque científico y político claro, fue aplastado por
la absoluta mayoría burocrática.

Mucho antes de la celebración del VI Congreso algunos propusimos pública
y privadamente que se invitara al Congreso y a la Conferencia a
personalidades científicas y actores del quehacer socio-político que no
eran delegados, para que contribuyeran en los análisis. Conocemos solo
del caso de Mariela Castro que aportó elementos sobre el tema que ella
trabaja. Ninguno de los conocidos científicos sociales críticos del
sistema estatalista, fue invitado.

Tiene toda la razón el Dr. Esteban Morales, hay un divorcio entre la
política que hace el gobierno partido y la Ciencia Política. El no lo
dice así, pero es lo que se percibe. La política para los
revolucionarios no es "el arte de los posible" como pragmáticamente dijo
Kissinger, y repiten neófitos de esa filosofía, sino la práctica como
criterio de la verdad, más allá de toda teoría.

Hoy vemos como las políticas del gobierno-partido cierran los ojos ante
la realidad socio-política, el descontento generalizado que generan
muchos de sus decretos y leyes con resultados incoherentes, por la falta
de integralidad en su análisis y aplicación, debido al interés primero
en la sobrevivencia del estado y su burocracia. Lo que haya que hacer a
costa del pueblo y sus necesidades, parece no importar. ¿Y para quien
entonces se gobierna?

Eso explica las nuevas regulaciones aduaneras, la continuación de las
absurdas y expoliadoras regulaciones migratorias, la permanencia del
monopolio estatal del mercado interno, todo lo que ha venido ocurriendo
con el cable venezolano e Internet, así como otras medidas anti
populares, antieconómicas y contraproducentes que sería largo enumerar.

Si la política ha de ser científica, ha de ser primero democrática, pues
solo la más amplia participación de todos los interesados en los debates
y en las decisiones, puede responder al hecho científico, a la realidad,
que no puede ser sino, correspondiente con los intereses concretos del
momento histórico.

Dijo Martí: "No queremos redimirnos de una tiranía parar entrar en otra.
No queremos salir de una hipocresía para caer en otra. Amamos la
libertad, porque en ella vemos la verdad. Moriremos por la libertad
verdadera, no por la libertad que sirve de pretexto para mantener a unos
hombres en el goce excesivo y a otros en el dolor innecesario. Se morirá
por la República después si es preciso, como se morirá por la
independencia primero".

"Procurar desde la raíz salvar a Cuba de los peligros de la autoridad
personal y de las disensiones en que por falta de intervención popular y
de los hábitos democráticos en su organización cayeron las primeras
repúblicas americanas".

En estas y en otras muchas ocasiones, fue muy claro el apóstol: la
esencia de la política científica radica en su vinculación con los
intereses democráticos concretos de las mayorías. Cuando esto se viola,
viene el divorcio entre la política y la ciencia y su más elemental
consecuencia: el fracaso.

Cese el divorcio entre la política y la ciencia.
—–
Para escribir a Pedro Campos: perucho1949@yahoo.es

http://www.havanatimes.org/sp/?p=70605

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