La demencia senil de Fidel Castro
Solamente alguien con sus facultades mentales deterioradas puede 
plantear que un robot sea Presidente de Estados Unidos
Eugenio Yáñez, Miami | 12/01/2012
Sé perfectamente que la brigada de respuesta rápida digital van a 
decirme, de entrada, que el tema de la última "Reflexión" de Fidel 
Castro es un símbolo, una metáfora, y no algo que deba tomarse 
literalmente, por lo que no es de buen gusto destacar esa "inspiración" 
del Comandante como manifestación de demencia senil.
Si se tratara solamente de una idea aislada, un chispazo, un relámpago, 
podría pasarse por alto, pues a cualquier escribano se le va un borrón. 
Sin embargo, sugerir un robot para Presidente del país más poderoso, 
libre, rico y desarrollado del mundo, cuando pocos días antes declaró 
que Israel y Estados Unidos estaban llevando al mundo hacia un abismo al 
pretender desatar una guerra nuclear, sería de risa si no hubiera tanta 
maldad en la intención.
Sí, sí, compañeros, digan que yo estoy destacando aspectos negativos del 
pensamiento del Comandante en Jefe, y que eso no debería hacerse nunca, 
y menos en un momento (que ya dura más de medio siglo) en que se 
pretende exaltar su figura y su visión política para acicalar su legado 
a las generaciones futuras, teniendo en cuenta que ya ni las pasadas ni 
las presentes creen en él, aunque la izquierda carnicera pretenda 
seguirlo presentando como genial y visionario.
Tampoco hay que exagerar: Fidel Castro tiene experiencia en el tema de 
robots actuando como presidentes, al menos en Cuba. Desde enero de 1959 
pretendió robotizar al Dr. Manuel Urrutia Lleó, a quien había nombrado 
presidente del Gobierno Provisional Revolucionario, pero el magistrado 
se negó a ser utilizado como títere del Comandante, y presentó su 
renuncia el 17 de julio de ese año.
Castro no se amilanó: designó Presidente a Osvaldo Dorticós Torrado, y 
lo mantuvo por diecisiete años, hasta eliminar el cargo en 1976, durante 
la "institucionalización" totalitaria exigida por la Unión Soviética 
para mantener los subsidios tras la debacle de la zafra de los no-diez 
millones. Durante todo ese tiempo que se desempeñó como "jefe de 
Estado", el "presidente" nunca dio la más mínima muestra de 
independencia de criterios en ningún tema, y los cubanos se referían a 
él como "cucharita", alguien que ni pincha ni corta.
Tal vez pensando en esa experiencia ahora Fidel Castro desvaría con lo 
de un robot para Presidente de Estados Unidos, y llega a creerse él 
mismo los dislates que publica, con conclusiones disparatadas: "Estoy 
seguro de que el 90 por ciento de los norteamericanos inscriptos, 
especialmente los hispanos, los negros, y el creciente número de la 
clase media, empobrecidos, votaría por el robot".
¿Que le hace pensar al octogenario tirano que se resiste a aceptar que 
ya su tiempo pasó que sus conclusiones, por ser suyas, con acertadas? 
¿Por qué los negros norteamericanos estarían dispuestos a votar por un 
robot, cuando por primera vez en toda su historia tienen un presidente 
negro en la Casa Blanca? ¿Por qué los votantes de origen hispano 
votarían por un robot? ¿Por qué ninguna "democracia" latinoamericana es 
más libre, fuerte o próspera que este "imperio" que tanto odia Fidel 
Castro? ¿Por qué la clase media votaría por un robot, si a través de más 
de dos siglos ninguna clase media en el mundo ha avanzado y prosperado 
más que la norteamericana?
¿Qué pensará Fidel Castro de un negro de origen hispano que forme parte 
de esa clase media norteamericana empobrecida? En su rencor y su envidia 
de descendiente de español derrotado en la guerra hispanoamericana, 
nunca podrá comprender que ese negro de clase media y origen hispano no 
necesita para nada un robot como presidente, pues sabe que si el 
presidente electo no cumple las expectativas de los votantes, a los 
cuatro años será sustituido. Además, sabe que tiene, como cualquier otro 
ciudadano de este país, más futuro, perspectivas, posibilidades y 
esperanzas que el mismo Fidel Castro y toda la nomenklatura totalitaria 
cubana.
Si realmente Fidel Castro quisiera un robot para presidente, no para 
Estados Unidos, sino para Cuba, no tiene que alejarse mucho de Punto 
Cero: Raúl Castro lleva más de cinco años repitiendo como un robot que 
hay que avanzar "sin prisas", y solamente se ven los aplazamientos, no 
los resultados. José Ramón Machado Ventura, primer vicepresidente, lleva 
años repitiendo como un robot que "el ahorro" y "la exigencia" son la 
solución para todos los problemas del país, pero los problemas cada vez 
se agudizan más. El vicepresidente Esteban Lazo acaba de declarar que el 
2012 será un año "duro" y que requerirá "un gran esfuerzo" por parte de 
todos los cubanos. ¿Suena conocida la frase? La repetía Fidel Castro, 
como un robot, durante todos los años de su nefasto, tiránico y 
absolutista mandato en el país.
Entonces, la demencia senil del déspota no radica tanto en lo que dice 
como en confundir a Estados Unidos con la Cuba que él tanto hizo por 
destruir y destruyó. Si los temas mencionados en sus dos recientes 
"Reflexiones" se hubieran referido al caso Cuba —que va marchando hacia 
el abismo dirigida por robots— serían imponderables. Pero pretender que 
"el imperio" funciona como Cuba lo único que es demuestra es su 
alucinación estéril.
Porque es nuestra Patria la que hace muchos años es dirigida por robots 
incapaces de generar pensamiento independiente y opiniones propias y 
libres. Y la está llevando al abismo, no por una guerra nuclear como la 
que Fidel Castro pretendió desatar durante la Crisis de Octubre de 1962, 
sino por mantener un "modelo" que ni sirve ni funciona, una 
gerontocracia inepta e inculta, incapaz de hacer otra cosa que 
justificar su miserable existencia, y que se aferra al poder y los 
privilegios hasta con las uñas.
http://www.cubaencuentro.com/opinion/articulos/la-demencia-senil-de-fidel-castro-272810
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