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Monday, September 26, 2011

Burocracia estatal: vía crucis matrimonial

Burocracia estatal: vía crucis matrimonial. / Miguel Iturria Savón.
Publicado por Ancla insular
21 septiembre, 2011

Como tantos españoles que viajan a Cuba, Ángela A. F. sabe que los
habitantes de esta isla viven inmersos en sus problemas, atiborrados de
penurias y frivolidades, al borde del caos y la enajenación. Sabe además
que son afables y amigos de sobredimensionar los sucesos de su entorno.
No sabía, sin embargo, que al casarse con un cubano con el cual llevaba
dos años de relación, atravesaría un calvario de citas, esperas, sellos,
papeles y divisas a granel, sin contar las trabas de todo tipo para
legitimar su unión ante el Consulado de su país en La Habana.

En los días previos a su cuarto viaje, antes de descender en el
aeropuerto capitalino y abrazar a su amado, tuvo que corretear entre
Castellón y el Consulado de Cuba en Valencia, donde pagó 500 euros por
cuatro documentos que mostraría a la especialista de la Notaría
Internacional ubicada en Miramar, quien certificó la unión ante dos
testigos y un fotógrafo, tras cobrarle 625 pesos convertibles
(equivalentes al dólar) y revisar el manojo de papeles del novio
cubiche, un cincuentón apacible y escéptico que anduvo con ella bajo el
sol tropical, entre almendrones y oficinas. Luego respiraron felices
durante tres días en Varadero.

Mas la felicidad duró poco, porque antes de acudir al Consulado de
España en La Habana solicitaron el Certificado de viajes en la
Consultoría Internacional de Miramar, donde le cobraron 150 pesos
convertibles y le advirtieron que la entrega del documento demora de uno
a dos meses. Para colmo de males, en la cita consular la funcionaria
hispana no recibió el resto de la documentación pues su cónyuge debe
gestionar un Acta de Notoriedad e inscribir tres certificados en la
Notaría Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, situada
en 21 y 24, Vedado.

Con tantos papeles pendientes y la entrevista marital pospuesta, Ángela
decidió regresar al Mediterráneo hasta nuevo aviso. Mientras esperan por
los cuños de Relaciones Exteriores y por el dichoso Certificado
migratorio, la pareja hispano cubana se comunica por mensajes al móvil,
llamadas y correos electrónicos. En su caso, la nueva tecnología actúa
como celestina del reencuentro.

La odisea continuará con la solicitud de otra cita consular, la entrega
de los documentos pospuestos y el retorno de ella a La Habana para la
entrevista, en la cual responderán a preguntas surrealistas que
demuestren la legitimidad del matrimonio, pues como los cubanos inventan
vías de escape, los funcionarios consulares son catedráticos en trucajes
migratorios. Para dicho encuentro ambos mostrarán las cartas cruzadas,
fotografías de pareja y las facturas de pago por los mensajes de
Internet y las llamadas realizadas desde España a la isla.

Si el Consulado considera legítimo el matrimonio y lo inscribe en sus
archivos no cesará el muro de papeles y gestiones. Él tendrá que ponerse
las pilas al recibir el Libro de Familia, solicitar el Visado por
reagrupación y luego bregar ante los uniformados de Inmigración y
Extranjería, quienes le exigirán el Certificado de matrimonio, el
Pasaporte, la obtención del Permiso de Salida, identificada como Tarjeta
blanca o Carta de Libertad; todos en divisas, al igual que el Permiso de
Residencia en el Exterior, sea Temporal o Permanente, y otros detalles
legales que multiplican las incertidumbres y frustraciones.

Aunque el futuro es incierto y la distancia dolorosa, Ángela es tenaz y
confía en el amor. Su cónyuge cubano ha sobrevivido a pruebas de mayor
realeza. Por el momento, ambos forman parte de esa legión de parejas que
andan separadas por la burocracia de Estado.

http://vocescubanas.com/anclainsular/2011/09/21/burocracia-estatal-via-crucis-matrimonial-miguel-iturria-savon/

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