Alan Gross declaró en el juicio que fue "engañado" y "utilizado"
"No hice nada en Cuba que no se haga cada día en millones de hogares y
oficinas en todo el mundo", indicó el contratista estadounidense, según
su abogado
Redacción CE, Miami | 03/09/2011
El contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años de cárcel
en Cuba por actuar contra su "independencia y soberanía", dijo ante el
Tribunal Supremo de la Isla ser un "tonto confiado" al que engañaron y
utilizaron, informó este viernes su abogado, reportó la AFP.
Según el letrado, el pasado 4 de marzo, durante la vista de apelación
ante el Tribunal Supremo, que ratificó la sentencia, Gross declaró:
"Tengo un cariño inmenso por el pueblo de Cuba y estoy profundamente
apenado por haber sido un tonto confiado. Fui engañado, utilizado".
Un mensaje de la oficina en Washington de su abogado Peter J. Kahn,
enviado a la AFP en La Habana, reveló parte de las declaraciones de
Gross ese día, en las que no precisó quién lo habría engañado.
De acuerdo con la justicia cubana, Gross introdujo al país "de manera
ilegal medios de infocomunicaciones para crear redes internas, como
parte de un programa del Gobierno de Estados Unidos dirigido a promover
acciones desestabilizadoras en el país y a subvertir el orden
constitucional".
"Quiero ser absolutamente claro y sin ambigüedades: Nunca hice, nunca
haría y nunca haré intencionalmente o a sabiendas algo personal o
profesionalmente para subvertir un gobierno o sistema político, o hacer
daño a nadie", aseguró en su declaración Gross, detenido en diciembre de
2009 en La Habana.
"No hice nada en Cuba que no se haga cada día en millones de hogares y
oficinas en todo el mundo (…). Lamento profundamente que mis acciones
hayan sido malinterpretadas como algo perjudicial y una amenaza para la
seguridad y la independencia de Cuba", añadió.
Tras la ratificación de la sentencia, el 5 de agosto, Estados Unidos
reaccionó pidiendo la liberación "inmediata e incondicional" del
contratista. El Gobierno cubano debe "permitirle regresar con su familia
y poner fin al largo suplicio", dijo el portavoz del Consejo de
Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Tommy Vietor.
"Mi familia y yo hemos pagado un alto precio por esto, especialmente mi
esposa, que ha sufrido la peor parte de esto", sostuvo en su deposición
el contratista de 62 años, cuya madre e hija padecen de cáncer.
Entre más de un centenar de comunicados de la Sección de Intereses de
Estados Unidos en La Habana filtrados por WikiLeaks en esta fecha hay
algunos referidos al arresto de Gross y sus primeros contactos con los
diplomáticos de su país.
El estadounidense preso, quien ha perdido mucho peso en la prisión
cubana y está aquejado de algunas dolencias, pidió entonces al
diplomático que transmitiera a su familia "que su sentido del humor está
intacto, que se preocupa por ellos y que quiere que su nombre se
mantenga fuera de la prensa".
Los detalles del caso Alan Gross
El diario El Nuevo Herald publicó este viernes informaciones de los
nuevos cables diplomáticos clasificados de Estados Unidos y filtrados
por Wikileaks, donde aparecen destalles del caso Alan Gross.
Los cables, que forman parte de más de 250.000 despachos diplomáticos
estadounidenses, muestran que Gross reportó haber perdido 30 libras
durante sus primeros 25 días de cárcel, y que habló sólo en términos
vagos sobre la misión semiclandestina que lo llevó a caer en manos de la
Dirección General de la Seguridad del Estado.
Señala el rotativo que un despacho enviado horas antes de que la cónsul
general de EEUU en La Habana en ese momento, Martha Melzow, hiciera su
primera visita de una hora a Gross el 28 de diciembre en Villa Marista
lo describió como preocupado por lo incierto de su situación.
El Nuevo Herald añade que, de acuerdo con los cables, Gross reportó
estar sufriendo de alta presión arterial, de lo que no padecía antes de
su arresto, una úlcera duodenal y altos niveles de ácido úrico en su
orina. El contratista quería dejar de tomar uno de los cinco
medicamentos por prescripción facultativa que estaba recibiendo porque
"estaba afectando su inteligencia y su equilibrio".
Alan Gross añadió "que se había caído y también había perdido el
conocimiento, y que tenía que pararse despacio cada vez que se sentaba",
indica la nota.
"Ha perdido 30 libras… observó que le habían dado de comer lechuga y
frutas frescas, y bromeó que la buena salud parecía ser un concepto
importante para la cárcel".
Pasados once meses, la esposa del contratista, Judy Gross, reportó que
su esposo había perdido 90 libras.
El Nuevo Herald cita que los oficiales de la seguridad cubana no lo
habían sometido a abusos físicos y lo estaban tratando "con respeto",
aunque sus interrogatorios habían sido "muy intensos en un inicio" y
habían durado un promedio de dos horas al día, según dijo Gross a Melzow.
Su celda contaba con un televisor y un ventilador, pero "expresó
preocupación sobre tener que compartirla con otros dos hombres", señala
el cable, sin dar más detalles.
Gross reportó además que el día de la visita de la cónsul general había
sido la primera vez "que le habían permitido usar un cinturón y cordones
en los zapatos", añadió.
Gross dijo a la cónsul estadounidense que las autoridades cubanas le
habían permitido telefonear a su esposa Judy el 6 de diciembre —tres
días después de su arresto— y otra vez el 23 de diciembre.
Al decirle que su familia había contratado a un abogado estadounidense
para que lo representara, Gross "sacó la tarjeta de negocios de una
abogada cubana que había venido a visitarlo", señaló el cable.
El cable identificó a la abogada como Armanda Nuria Piñero Sierra, quien
representa además a las familias de los cinco espías cubanos presos en
cárceles estadounidenses. Piñero Sierra fue contratada más tarde como su
abogada y se ocupó de su juicio y apelaciones.
Gross estaba aparentemente al tanto de la posibilidad de un canje cuando
se reunió con la cónsul general (CG). Le preguntó "si su caso podría ser
comparado de algún modo con el de los Cinco de Cuba. La CG no
respondió", agregó el cable.
Indica el diario que Gross —o quizá la persona que escribió el despacho—
fue mucho más discreto acerca de su trabajo en Cuba para USAID. No está
claro a partir de los cables lo que sabían los diplomáticos de EEUU
sobre las actividades de Gross antes de su arresto.
"Cuando la CG le preguntó de qué se le acusaba, Gross dijo 'contrabando'
sin hacer más aclaraciones", dice el despacho.
Gross dijo además a Melzow que cualquiera que buscara su nombre en
internet podría enterarse de sus 30 años de carrera en el campo del
desarrollo.
Agregó que "funcionarios del GOC (gobierno de Cuba) lo 'sabían todo'
antes de que él fuera arrestado", señaló el cable.
Gross también "quería saber si la CG conocía sobre sus actividades. Ella
le dijo que no", señaló el cable. Preguntó además "si había otros
estadounidenses en la misma situación, por ejemplo, otros Amcits
(ciudadanos americanos) entrando a Cuba por el mismo tipo de programa
por el que él había sido detenido".
El cable reportó que Melzow no había respondido, y no ha habido reportes
de otros contratistas de USAID detenidos en Cuba.
El cable señala que Gross "quería que su nombre no saliera en la prensa"
y que sus efectos personales en el momento de su arresto incluían un
"decodificador de contraseñas de CityBank (sic)", pero no explicó su uso.
De acuerdo con el rotativo, los cables de WikiLeaks, cuya clasificación
no pasa de "secretos", especulan muy poco sobre por qué la policía
arrestó a Gross, y nada sobre los demás contratistas de USAID
identificados en los programas de televisión de La Habana.
En uno de los cables, agrega El Nuevo Herald, se dice que es posible que
Cuba haya querido presionar a Washington para que detenga los programas
de USAID. Mientras que en otro se insinuó la posibilidad de que Fidel
Castro ordenara el arresto para demostrar que todavía tiene poder sobre
el país.
No obstante, refiere el diario que los cables enviados por la Sección de
Intereses de EEUU en La Habana muestran que el arresto de Gross ocurrió
en medio de un aumento de las tensiones entre ambos países.
Asimismo, señala que un cable fechado el 14 de diciembre reportó que
funcionarios de La Habana se habían quejado días antes a los
diplomáticos estadounidenses de que el Servicio Guardacostas de Estados
Unidos había violado las aguas territoriales cubanas mientras ayudaba a
un barco estadounidense a la deriva.
Según ese cable, Cuba se había quejado de que los diplomáticos de EEUU
habían participado en actividades disidentes el Día de los Derechos
Humanos, entre el 9 y el 10 de diciembre. La misión de EEUU respondió
que sus diplomáticos sólo habían observado los eventos.
El agente de seguridad de la misión reportó además "un aumento reciente
en la supuesta vigilancia a funcionarios de la USINT", y "se aconsejó al
personal que tuviera cuidado y considerara a fondo… la posibilidad de
que una actividad planeada podría ser malinterpretada a propósito por el
GOC", reza la nota citada por el rotativo miamense.
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