Wednesday, August 31, 2011 | Por Lucas Garve
LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – Bebita es una de las
personas más perseverantes que conozco. Ayer, cuando pasé frente a su
casa estaba refrescándose en su portal y me llamó para decirme que
tenía tamales acabaditos de hacer, y que sólo le quedaban cuatro.
-Bueno, tráelos que me los llevo –le dije.
Enseguida tenía ante mí los tamales. Bebita, que ya pasa de los setenta
años, conserva fuerzas para adelantarse al sol cada mañana. Sale y
compra lo que necesita para confeccionar comida rápida y venderla a sus
vecinos, acostumbrados a sus tamales, papas rellenas con picadillo de
pollo o queso, hamburguesas, dulce de papaya, mermelada de guayaba,
etc., además de batidos de frutas y refrescos. Cada tamal lo vende a 5
pesos, las hamburguesas a 3, un pomo de dulce a 20, porque dice que "el
azúcar estás muy cara". Las papas rellenas las vende a dos pesos. El
viernes es el día mejor para Bebita. Por la tarde llegan los clientes y
le compran comida para el fin de semana, sobre todo los que planean irse
a la playa.
Ciertos días Bebita sale más temprano y se va al campo, donde viven
algunas amistades que venden arroz criollo, bien limpio, y regresa
contenta. Prepara una gran cacerola de congrí, y lo vende a 5 pesos la
ración. Como sabe a gloria, lo vende en un dos por tres, pero siempre
guarda un poco para la hija su hija y el nieto.
Entre las seis de la tarde y las ocho de la noche, Bebita tiene por
costumbre sentarse en su portal con la Biblia entre sus manos. Lee
fragmentos del libro, que según dice la relaja y la deja lista para la
faena del día siguiente.
En Cuba, después de la autorización de pequeños negocios privados, miles
de personas se incorporaron a lo que aquí denominan "cuentapropismo" o
trabajo por cuenta propia, pero Bebita fue pionera del cuentapropismo.
Dice que no hay peor gestión que la que no se hace, y que, mientras
pueda buscarse sus pesitos, seguirá haciendo tamales, papas rellenas,
hamburguesas, y todo lo que pueda.
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