Junto a la manigua fueron arrasados bosques enteros, miles de frutales y
cultivos hace 44 años.
Rolando Cartaya / martinoticias.com 30 de julio de 2011
En un reportaje titulado "¿Y el arroz cubano?", publicado por Diario De
Cuba el veterano periodista cubano Roberto Álvarez Quiñones, dice que ha
experimentado un deja vu al enterarse de un nuevo megaplan del gobierno
de la isla dirigido a lograr el autoabastecimiento del recurrido cereal.
El comunicador fue testigo de un proyecto faraónico muy similar hace 44
años. Pero lo peor no fue que el plan arrocero no tuviera éxito.
Dice Álvarez Quiñones que al leer la noticia se trasladó mentalmente a
un lugar llamado Puente Guillén, en el valle del río Cauto, a 50
kilómetros de Bayamo. Allí, en octubre de 1967, un grupo de periodistas
y de estudiantes de periodismo asistió a la puesta en marcha de la
Brigada Invasora Che Guevara, protagonista de lo que el autor describe
como "uno de los más vastos planes de deforestación y destrucción
ecológica emprendidos en Latinoamérica".
Por si alguien tenía dudas sobre la paternidad de la idea, el ex
periodista de Granma recuerda que a a quienes allí estaban se les dijo
que, por "orientaciones" del Comandante en Jefe, se desbrozarían en toda
la Isla miles de caballerías --cientos de miles de hectáreas-- para
sembrar pastos y, sobre todo, arroz.
La escena que describe es casi cinematográfica: "Operados por el
Ejército, unos 500 bulldozers y otros equipos pesados que arrastraban
unas enormes bolas de hierro macizo comenzaron a derribar todo a su
paso. Junto a la manigua fueron arrasados bosques enteros, miles de
frutales y cultivos. Recuerdo que las hermosas palmas reales y los
árboles maderables más robustos eran dinamitados por zapadores militares
y, al grito de 'Fuego a la carga' de algún sargento u oficial, volaban
y caían vencidos al suelo, o quedaban debilitados para que fueran
tumbados por los bulldozers.
Álvarez Quiñones concluye que lo peor de aquel ataque despiadado a la
naturaleza fue que es una de las causas de la galopante sequía que
afecta hoy a las provincias orientales.
En un estudio titulado "Salinidad y uso de aguas salinas para la
irrigación de cultivos y forrajes en cuba", redactado por los expertos
Álvarez Menéndez, Baños y Otero del Ministerio de Agricultura de Cuba,
se identifica como una de las principales causas de la salinidad de los
suelos la deforestación de tierras accidentadas, con el consecuente
cambio en el régimen de agua, la ocurrencia de precipitaciones y la
intensificación de la erosión.
Los especialistas señalan que actualmente se reportan más de un millón
de hectáreas de suelos salinos en Cuba, y que la misma cantidad de las
actuales tierras agrícolas, puede convertirse en salina en el futuro. La
salinización reduce drásticamente la fertilidad de los suelos .La
mayoría de estos terrenos salinos, agregan, están localizados al sur y
al norte de las regiones central y oriental del país, en áreas con un
balance negativo de lluvias y evaporación: llueve menos agua de la que
se evapora.
En este fenómeno han incidido la deforestación, que la brigada Che
Guevara llevó arrasando con todo desde oriente hasta occidente, y la
política, bajo la consigna de "Ni una gota de agua al mar", de crear
enormes presas y generalizar el regadío, otra idea del que más sabe,
cuya consecuencia ha sido la elevación del nivel del manto freático,
salinizando y compactando las tierras de cultivo.
Al mismo tiempo, ambos factores contribuyeron a adelgazar, cuando no a
secar los ríos y arroyos del país. Un titular del Granma de la época,
citado en Cubanet por el ecologista cubano Eudel Cepero, confesaba
victorioso: ''Desbrozado totalmente el espeso monte de Dormitorio en la
región del Cauto''. Precisamente –señala Cepero-- la deforestación
indiscriminada que ocasionó la brigada en esa zona es una de las causas
de la actual catástrofe ecológica que existe en la cuenca del río Cauto.
El periodista independiente Reinaldo Cosano, especializado en temas
ecológicos, me cuenta desde Cuba que el Cauto, el río más largo de la
isla, es hoy un hilito de agua en la mayor parte de su cauce. Mientras
tanto, la provincia de Guantánamo está ya semidesértica, y zonas de
Holguín y Las Tunas tienen enormes problemas con el agua, sobre todo
porque ya no les llueve.
A veces, cuando el Coma firma en Cubadebate --con la hora exacta en que
terminó de elucubrar-- alguna de sus largas tiradas sobre el cambio
climático, me pregunto si le quedará algún jirón de conciencia que le
recuerde la Brigada Invasora Che Guevara y le aconseje, al menos por
pudor, tirar al cesto esos papeles.
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