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Tuesday, May 03, 2011

Surrealismo y revolución en Cuba

Surrealismo y revolución en Cuba
Lunes 02 de Mayo de 2011 11:18

La cola surrealista

Comparto con el post ¿Qué es la revolución cubana? ese fondo oscuro de
dudas y de perplejidad sobre la denominada "revolución". Se pone de
manifiesto con cada vez más agudeza el escepticismo sobre la veracidad y
la realidad de ese acontecimiento del año 1959.

El suelo ya no está tan firme como lo estaba, ya empiezan a moverse los
subsuelos. Los terrenos de aquel acontecimiento, antes tan sólidos y
seguros, tiemblan. Esto, en sí, es ya de una enorme importancia. Las
grandes sacudidas telúricas comienzan antes por pequeños movimientos en
la superficie.

La "revolución cubana" es una mentira. Esta afirmación es la grieta que
producirá algún día la caída en el vuelco de todas esas falsas
certidumbres. Y no porque lo diga yo, sino porque el paisaje histórico,
intelectual, mental, el mundo exterior cubano y sobre todo el interior,
están entrando en la realidad. Ese sustrato de irrealidad, de
imaginación, de fantasías, ensueños e ilusiones, ya se va desvaneciendo:
ya estamos entrando en la realidad. Los cubanos están saliendo de la
tiniebla alucinante revolucionario-castrista.

Hago, y se debiera hacer, una diferencia abismal entre la revolución y
la castro-revolución; entre la revolución y el golpe de Estado
castrista; entre la revolución y la falsificación revolucionaria; entre
la revolución y el revolucionarismo marxista-leninista, etcétera.

Pienso que Velázquez Callejas ha dado perfectamente en el clavo cuando
cita a Bretón y alude al surrealismo a propósito de esta "revolución
cubana". Pero el surrealismo no es irrealidad ni hiperrealismo. Si el
surrealismo se interesó tanto por el sueño no fue porque el sueño sea,
según se cree vulgarmente, la negación de la realidad, sino porque es la
"realización de un deseo", según los propios términos de Freud. Esto
significa que el surrealismo no es una evasión de la realidad, un
refugio en la imaginación o un destierro en las nubes de la fantasía.
Todo lo contrario. El surrealismo es la realidad aumentada; es subir más
allá de la realidad, pero a partir de la realidad misma.

La metáfora es un más allá, pero se trata de volver con lo recogido del
más allá para cambiar la vida, no para contemplar absortos lo recogido.
Lo recuperado es utilizado aquí y ahora para cambiar la vida, de lo
contrario el poema o el cuadro son puro esoterismo o divagación sin
consecuencias, un pobre entretenimiento. El surrealismo extrae de la
realidad, ya que "la surrealidad está contenida en la realidad misma", y
utiliza objetiva y concretamente eso surreal para cambiar la vida aquí
abajo. Cambiar la vida. Y cambiar la vida es siempre lo que reclaman los
auténticos revolucionarios, lo que hoy reclaman las multitudes
arabo-musulmanas y ayer reclamaban otras, y mañana reclamarán nuevas
multitudes. Cambiar la vida, es esto lo revolucionario, y esta
revolución surrealista sólo puede desarrollarse dentro de una absoluta
libertad.

Lo inverso de la revolución surrealista es el realismo socialista,
impuesto por un sistema policiaco. La escritura cubana está ahogada en
el realismo socialista, y muy poca se desarrolla dentro de ese "real
maravilloso" bretoniano.

Lo que el dictador llamó "revolución" es una mentira. Así de simple y
vulgar. Es aquí entonces donde estoy en desacuerdo con Callejas. Su
alusión para meter a la isla y a la denominada (por Castro) "revolución
cubana" en el mismo saco surrealista, me parece descompasado,
desacertado. Me parece, a la vista de lo que significa el surrealismo,
un contrasentido.

La isla no es surrealista, la isla es una realidad castrista. Es decir,
un mundo exterior en ruinas, mísero, encarcelado, esclavizado. Un mundo
exterior absurdo, insensato, demente. Un mundo castrista de miedo,
terror y vigilancia constantes. Es todo lo inverso de lo "real
maravilloso", de la surrealidad que recogían Bretón y los surrealistas.

Por eso la "revolución cubana", esa mentira impuesta por los hermanos
Castro para acaparar el poder y fabricar una dictadura, no puede en
absoluto compararse con el pensamiento surrealista. Cuando Callejas
escribe que la isla es surrealista, sólo está indicando que es
delirante, aberrante, aterradora, demencial, absurda. Pero el
surrealismo es exactamente todo lo opuesto.

El vocablo "revolución" es un abuso del lenguaje de Castro, una mentira
retórica, una falsificación de los hechos. La mentira castrista apodada
"revolución cubana" no es una metáfora surrealista, una imagen
romántico-emotiva o un mito fantaseado. La "revolución cubana" es una
mentira del castrismo, bien real y aterradora. Hay que romper esa falsa
imagen inventada por el castrismo. La "revolución cubana", insisto, es
un golpe de Estado vulgar y corriente, por mucho que le cueste al
nacionalismo cubano y al narcisismo cubano asumirlo.

La "revolución cubana" es una invención castrista. Esto queda por
pensar, sin tapujos surrealistas y demás romanticismos patrióticos y
teleológicos. No hay, en definitiva, excepción cubana. La "teleología
insular", esa excepción imaginaria en su sentido estético, terminó
ahogada en el fango de la realidad histórica.

http://www.neoclubpress.com/opinion/comentarios-en-neo-club/1237-surrealismo-y-revolucion-en-cuba.html

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