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Tuesday, May 03, 2011

Fuera de circulación

Fuera de circulación
Tuesday, May 3, 2011 | Por Víctor Manuel Domínguez

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) – Vuelve la censura. El número
69 de la revista Unión ha sido retirado de las librerías del país: Es
pornográfico. Atenta contra la pureza revolucionaria, de acuerdo con el
criterio de Nancy Morejón.

Tal vez a la directora de la revista y jefa de la sección de literatura
de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la ruborizó el
libro Sonetos lujuriosos, de Pietro Aretino (Arezzo, 1492-Venecia,
1556). O quién sabe si fueron El pornógrafo, poema de Víctor Fowler, o
La lengua impregnada (fragmentos repetitivos sobre sexo y literatura,)
de Alberto Garrandés, que también aparecen en la publicación.

De ahí en adelante no figuran más textos eróticos o "pornográficos" que
puedan escandalizar a la autora de Octubre imprescindible (1982), y
Cuaderno de Granada (1986), entre otros poemarios que la hicieron
acreedora del Premio Nacional de Literatura 2001.

Al parecer, las causas de la censura son extra literarias, según un
correo electrónico enviado por Ernesto Pérez Chan, jefe de redacción de
la revista a los miembros de la UNEAC.

"El asunto ha trascendido de un plano profesional a una especie de
vendetta personal por parte de Nancy Morejón", denunció el escritor,
quien también aseguró fue excluido de participar en un panel sobre el
canon literario, y fue anunciada su destitución. Aunque no es la primera
vez que la hoguera de la censura se prende en la casona de la UNEAC
contra una obra literaria, llama la atención la causa por la que
demonizan el número 69 de la revista.

Calificar de pornográfica una obra que detalle de forma directa una
relación sexual, está muy lejos del escenario temático por el que
transcurre la literatura cubana actual. Todas las variantes de la
sexualidad aparecen recogidas en los diversos géneros literarios
abordados en el país, sin que hasta la fecha se hubiera producido un
acto público de exclusión.

Novelas como El Rey de La Habana, de Pedro Juan Gutiérrez; o los cuentos
Sombrío despertar del avestruz, de Ena Lucía Portela, y Fiesta en casa
del Magister, de Pedro de Jesús, bastarían para que los mojigatos
llamaran al censor. Pero nos guste o no el desparpajo a la hora de
abordar el tema de la relación sexual, es un hecho cierto en la
literatura cubana de hoy. No cambia nada que unos le llamen realismo
sucio y otros posmodernidad.

La cuestión está en cómo establecer en la literatura los límites entre
la pornografía y el erotismo. Si a Nancy Morejón los sonetos escritos
por el Aretino en el siglo XVI le causan sudoraciones místicas, al
pueblo no.

Mientras en la librería de la UNEAC y otras instituciones los censores
recogían la revista para convertirla en pulpa, o exorcizar sus demonios
lujuriosos con un conjuro revolucionario, los lectores hacían fila en la
Fajad Jamís, de Obispo, para llevarse un ejemplar. Las razones de Nancy
o Ernesto Pérez Chang no importan al lector. Tampoco la guerra que
sostienen por el poder en ese mundillo de los elegidos para censurar o
aplaudir. El pueblo quiere leer para determinar si es pornografía o
erotismo lo publicado en la revista Unión.

vicmadomingues55@gmail.com

http://www.cubanet.org/articulos/fuera-de-circulacion-2/

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