Infolatam
Madrid, 1 abril 2011
Por Vicente Botín
Durante su reciente visita a Cuba, Jimmy Carter recibió de manos de la
disidencia un regalo peculiar: un paquete de cacahuetes. El maní, como
se denomina en la isla, tiene un significado muy especial para el ex
presidente estadounidense. Antes de dedicarse a la política, Carter
dirigió una plantación de cacahuetes que heredó de su padre en Plains,
Georgia, donde le retrató Andy Warholl, en 1977, poco antes de ser
elegido presidente de Estados Unidos. Carter regaló al artista
neoyorquino dos bolsitas de maní firmadas por él.
En esta ocasión han sido los disidentes cubanos quienes han obsequiado a
Carter con un cucuruchito de maní. Y no deja de ser curioso, porque en
Cuba el maní tiene curiosas connotaciones. Cuando una persona muere se
dice que "cantó el manisero", en alusión a una de las estrofas de la
popular canción "El Manisero", de Moisés Simona, que popularizaron,
entre otros, Rita Montaner y Antonio Machín, y que dice "el manisero se
va, se va…".
El ex presidente y Premio Nobel de la Paz se ha ido de Cuba y
afortunadamente nadie le cantó el manisero. El propósito de su visita,
según afirmó, fue tratar de mejorar las relaciones entre Estados Unidos
y Cuba. Carter reiteró su oposición al embargo que su país mantiene
sobre la isla y criticó a Washington por incluir a Cuba entre los países
que promocionan el terrorismo.
Jimmy Carter pudo entrevistarse con el ciudadano estadounidense Alan P.
Gross, condenado recientemente a 15 años de cárcel, acusado de
introducir ilegalmente en la isla equipos de comunicación por satélite
para distribuirlos entre la disidencia. Sin embargo, no logró que las
autoridades cubanas le pusieran en libertad. A cambio obtuvo el plácet
para poder entrevistarse con una nutrida representación de opositores al
régimen. Uno de ellos, Ángel Moya, leyó a Carter un fragmento de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y le dijo: "Por esto
fuimos encarcelados".
Ángel Moya, excarcelado el pasado mes de febrero, fue condenado a 20
años de prisión durante la llamada primavera negra de 2003, apenas un
año después de la anterior visita de Carter a Cuba, en mayo de 2002. En
aquella ocasión, el ex presidente estadounidense se reunió también con
los disidentes y en un famoso discurso en el Aula Magna de la
Universidad de la Habana, apoyó el Proyecto Varela, una propuesta del
Movimiento Cristiano de Liberación, liderado por Osvaldo Payá, dentro
del marco de la Constitución vigente en el país, "para que el Pueblo
Cubano pueda decidir sobre qué cambios deben realizarse en las leyes,
para que estas garanticen la participación libre y responsable de los
ciudadanos en la vida económica, social y política de la sociedad".
El Proyecto Varela llegó a la Asamblea Nacional del Poder Popular con el
aval de 11.000 firmas. La respuesta de Fidel Castro fue la convocatoria
de un referéndum de reforma constitucional que declaró "irrevocable" el
socialismo, y la detención de 75 disidentes, con una mayoría
significativa de miembros del Movimiento Cristiano de Liberación.
Los buenos propósitos de Jimmy Carter durante su primera visita a La
Habana se trocaron en una brutal represión. Y eso a pesar de que el ex
presidente de Estados Unidos fue el más firme defensor del acercamiento
de su país a Cuba. El 30 de mayo de 1977, meses después de la llegada de
Carter a la Casa Blanca, los Gobiernos de Estados Unidos y de Cuba
acordaron, mediante un canje de Notas Diplomáticas, establecer Secciones
de Intereses en Washington y La Habana, respectivamente. Era un paso
muy importante de cara a la normalización de las relaciones entre los
dos países, interrumpidas desde enero de 1961 durante la presidencia de
John Fitzgerald Kennedy.
El incremento de tropas cubanas en las guerras de Angola y Etiopía y el
dramático éxodo de 125.000 cubanos a Estados Unidos desde el puerto de
Mariel, cerca de La Habana, dieron al traste con el deshielo. No era la
primera vez que Fidel Castro torpedeaba los intentos de aproximación
entre los dos países. Lo hizo con Richard Nixon, enviando tropas a
Angola y lo repetiría con Bill Clinton al ordenar el derribo de dos
avionetas de la organización de exiliados cubanos Hermanos al Rescate,
provocando la muerte de sus cuatro ocupantes. Para Fidel Castro siempre
fue más rentable tener al "imperio" como enemigo para justificar todos
los males del país.
En 2002, Jimmy Carter viajó a Cuba y fue recibido por Fidel Castro con
todos los honores, sin que el dictador cubano permitiera un atisbo de
libertad en la isla. En 2011 Carter ha sido acogido también como un
amigo por parte de otro Castro que, como su hermano, viola
sistemáticamente los derechos humanos. La resistencia numantina frente a
la hipotética agresión de Estados Unidos se mantiene en Cuba lo mismo
que la represión. Nada ha cambiado en el país, a pesar de las recientes
excarcelaciones y destierro de presos de conciencia. Es una forma,
utilizada otras veces, de soltar lastre y lavar la cara. Ya lo dice la
canción: "si te quieres por el pico divertir/cómprame un cucuruchito de
maní".
No comments:
Post a Comment